Re: Jo jo jo....
Me voy a pringar a opinar. Y opino, tras oir a la propia madre en un programa de radio, que esto no tiene nada que ver, directamente, con la religión. Yo experimenté, hace ya muchos años, las iras de una señora cuyo hijo era un... llamémosle díscolo malcriado consentido, y cuya madre constantemente y ante todos los profesores era capaz de arañar por dar la razón a su hijo. Desgraciadamente esa tendencia no es nueva y el respeto de alumno profesor, que debiera empezar por los propios padres, lleva a situaciones como ésta cuya espoleta simplemente ha sido la religión, pero que la verdadera carga explosiva es la falta de respeto hacia el profesor que, en mentes tan inmaduras como los alumnos, se convierte en armas muy poderosas, dejando a éstos (el cuerpo docente) muchas veces indefensos.
Por tanto, tras escuchar a una de las partes, el ver que era la misma, mismita historia que viví hace años y cuyos resultados fueron nefastos, reflexionaría no sobre un jamón o sobre cruces o medias lunas, sino sobre lo que lo más sagrado, que es la enseñanza, sí es de verdad violado creyéndonos los más, los únicos, los que de verdad tenemos que educar a nuestros hijos... cuando lo que podemos hacer, con actitudes como las de esta madre, es maleducarlos casi de por vida.
Me voy a pringar a opinar. Y opino, tras oir a la propia madre en un programa de radio, que esto no tiene nada que ver, directamente, con la religión. Yo experimenté, hace ya muchos años, las iras de una señora cuyo hijo era un... llamémosle díscolo malcriado consentido, y cuya madre constantemente y ante todos los profesores era capaz de arañar por dar la razón a su hijo. Desgraciadamente esa tendencia no es nueva y el respeto de alumno profesor, que debiera empezar por los propios padres, lleva a situaciones como ésta cuya espoleta simplemente ha sido la religión, pero que la verdadera carga explosiva es la falta de respeto hacia el profesor que, en mentes tan inmaduras como los alumnos, se convierte en armas muy poderosas, dejando a éstos (el cuerpo docente) muchas veces indefensos.
Por tanto, tras escuchar a una de las partes, el ver que era la misma, mismita historia que viví hace años y cuyos resultados fueron nefastos, reflexionaría no sobre un jamón o sobre cruces o medias lunas, sino sobre lo que lo más sagrado, que es la enseñanza, sí es de verdad violado creyéndonos los más, los únicos, los que de verdad tenemos que educar a nuestros hijos... cuando lo que podemos hacer, con actitudes como las de esta madre, es maleducarlos casi de por vida.
Comentario