Pidan perdón
No quiero que me pidan perdón a mí, sino a un regate de Rogelio a Enrique Lora que tengo en mi memoria infantil
Por Manuel Contreras, 25 de abril de 2016 10:05 h.
Pidan perdón. Desde Merino al último utillero. Póstrense genuflexos y expíen sus culpas por otro derbi infame. Presenten sus disculpas por ser un equipo no ya sin confianza, sino lo que es peor, sin alma. Lamenten tanto complejo de inferioridad, tanto partido saliendo derrotados desde el túnel de vestuarios, tanta falta de ambición. Hagan contrición por su mentalidad de club pequeño, resignado a la derrota, satisfecho con evitar la goleada. Pidan perdón, sí, porque ese no es el Betis que queremos.
Yo no he oído aún a nadie pedir disculpas. Alegan que lo han dado todo, que han corrido mucho; faltaría más en unos profesionales. Pero correr no basta para estar a la altura de la historia de este club. Deben disculparse no ya ante la afición, sino ante los recuerdos que cada aficionado atesoramos, un tesoro que mancillan con su actitud perdedora. No quiero que me pidan perdón a mi, sino a un regate de Rogelio a Enrique Lora que tengo en mi memoria infantil. A tres goles de Ladinski a Paco en la final de un trofeo Ciudad de Sevilla. A Cardeñosa poniéndosela imposible a un Gustavo Fernández desesperado. Al 4-0 en plena Feria con dos golazos de Enrique Morán. ¿Golazos? Al gol de Olías, por supuesto. Y al de Oliveira. A Beñat en el descuento mirando con cara de pillo la barrera mientras Edu Barba decía en el periódico “en esa falta está toda la temporada”. Y hasta al gol de Nosa enrabietado para levantar un 0-3 en el último derbi peleado con coraje. Tantos y tantos recuerdos que forjan una pasión. Ante todos y cada uno de ellos debe disculparse este Betis miedica y acomplejado que no ha sabido estar a la altura de si mismo.
Pidan perdón - Al final de la Palmera
No quiero que me pidan perdón a mí, sino a un regate de Rogelio a Enrique Lora que tengo en mi memoria infantil
Por Manuel Contreras, 25 de abril de 2016 10:05 h.
Pidan perdón. Desde Merino al último utillero. Póstrense genuflexos y expíen sus culpas por otro derbi infame. Presenten sus disculpas por ser un equipo no ya sin confianza, sino lo que es peor, sin alma. Lamenten tanto complejo de inferioridad, tanto partido saliendo derrotados desde el túnel de vestuarios, tanta falta de ambición. Hagan contrición por su mentalidad de club pequeño, resignado a la derrota, satisfecho con evitar la goleada. Pidan perdón, sí, porque ese no es el Betis que queremos.
Yo no he oído aún a nadie pedir disculpas. Alegan que lo han dado todo, que han corrido mucho; faltaría más en unos profesionales. Pero correr no basta para estar a la altura de la historia de este club. Deben disculparse no ya ante la afición, sino ante los recuerdos que cada aficionado atesoramos, un tesoro que mancillan con su actitud perdedora. No quiero que me pidan perdón a mi, sino a un regate de Rogelio a Enrique Lora que tengo en mi memoria infantil. A tres goles de Ladinski a Paco en la final de un trofeo Ciudad de Sevilla. A Cardeñosa poniéndosela imposible a un Gustavo Fernández desesperado. Al 4-0 en plena Feria con dos golazos de Enrique Morán. ¿Golazos? Al gol de Olías, por supuesto. Y al de Oliveira. A Beñat en el descuento mirando con cara de pillo la barrera mientras Edu Barba decía en el periódico “en esa falta está toda la temporada”. Y hasta al gol de Nosa enrabietado para levantar un 0-3 en el último derbi peleado con coraje. Tantos y tantos recuerdos que forjan una pasión. Ante todos y cada uno de ellos debe disculparse este Betis miedica y acomplejado que no ha sabido estar a la altura de si mismo.
Pidan perdón - Al final de la Palmera
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