Re: Sala de prensa
La vida es muy dura
El domingo, tras el partido, sentí como la impotencia y la frustración me dominaban. Me puse de mala leche. Estaba triste y muy fastidiado.
Me acordé entonces de lo que me decía mi hija Lola, de cuatro años, dos días antes, el viernes, tras salir de la bañera, camino ya de la cena y la cama. Cansada, medio llorosa, se lamentaba en voz alta. “¡La vida es muy dura! ¿Por qué hay que trabajar tanto?”.
Y desde el domingo no dejo de pensar en esas palabras de Lola aplicadas al Betis. Porque mira que se nos está haciendo dura la vida últimamente! No quiero ni recordar la temporada pasada, pero es que ésta, en Segunda, cada vez la veo más complicada y cuesta arriba. ¿Y si al final, después de tanto trabajar, de tantas dificultades y esfuerzos, no conseguimos el único objetivo posible? ¿Y si, después de tanto compromiso de los aficionados, con más de 37.000 abonados,
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La vida es muy dura
El domingo, tras el partido, sentí como la impotencia y la frustración me dominaban. Me puse de mala leche. Estaba triste y muy fastidiado.
Me acordé entonces de lo que me decía mi hija Lola, de cuatro años, dos días antes, el viernes, tras salir de la bañera, camino ya de la cena y la cama. Cansada, medio llorosa, se lamentaba en voz alta. “¡La vida es muy dura! ¿Por qué hay que trabajar tanto?”.
Y desde el domingo no dejo de pensar en esas palabras de Lola aplicadas al Betis. Porque mira que se nos está haciendo dura la vida últimamente! No quiero ni recordar la temporada pasada, pero es que ésta, en Segunda, cada vez la veo más complicada y cuesta arriba. ¿Y si al final, después de tanto trabajar, de tantas dificultades y esfuerzos, no conseguimos el único objetivo posible? ¿Y si, después de tanto compromiso de los aficionados, con más de 37.000 abonados,
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