Sería bueno que todo Betico, en su reflexión interna sepa llegar a la conclusión de manera más o menos lógica de quién o quiénes son los personajes nocivos culpables y en mayor o menor medida responsables de que el Betis, nuestro Real Betis Balompié lleve unos años navegando a la deriva... O quizás solo en algunos aspectos. Como bien dice un periodista Melista, o mejor dicho, el periodista más Melista, que los árboles no nos impidan ver el bosque. En estos años que llevamos a la deriva, hemos hecho lo de siempre, descender, ascender y jugar competición europea... Y aparte, pues hemos salido de un concurso de acreedores, se han mejorado ciertas estructuras del club, se han profesionalizado otras... Lo dicho, que los árboles no nos impidan ver el bosque.
Profundizando en el título, vamos a ir bajo mi punto de vista al mayor responsable. No nos olvidemos. Ese que se encierra en un búnker y que desde el primer día interpuso empresas de dudosa reputación que no hicieron más que provocar el enriquecimiento del personaje y la descapitalización del club, aparte por supuesto de generar una maraña de entramados que tienen en vilo al club después de años de instrucciones en diversos juzgados de nuestra ciudad, con el consiguiente desgaste y consecuencias que ello ha ocasionado en el Betis. Por supuesto tampoco olvidemos las vergüenzas que este personaje bajuno nos hizo pasar también a todos los niveles.
Pero el Betis es tan enormemente grande que es capaz de ir sobreviviendo a una larga travesía por el desierto, otra más, unido a éxitos continuos en la otra acera, muchos de ellos con extremas dosis de fortuna y a un último y vergonzoso descenso.
Se logra un ascenso, y sobre todo, se sale del gobierno de dirigentes procedentes de la designación de una jueza, y de una junta histórica, emana un consejo elegido de forma unánime por la inmensa mayoría de los accionistas atomizados, y ya en primera de nuevo, el Betis respira algo más libre y en su afición se nota la ilusión. Inequívocamente la ocasión lo merece. Quedaban muchas cosas atrás y parecía que el futuro solo podía depararnos esperanza.
Pero de nuevo aquí nos encontramos con otro personaje nocivo. Seguro que no al mismo nivel que el anterior, pero un responsable del banquillo endiosado, vago, con el "inexplicable" favor de la prensa, que tira por tierra una serie de fichajes razonables para llegar al objetivo de la salvación, que empequeñece la vuelta añorada de un jugador grande como Joaquin y que su más que justificado cese provoque la marcha de un presidente que muchos Beticos vemos capacitados para nuestro club.
No podemos permitirnos que los efectos secundarios provocados por los personajes nocivos hipoteque el crecimiento razonable de la entidad y a su vez, la entidad no puede permitir que los periodistas sesgados por quien todos sabemos provoquen la desestabilización de los cimientos de nuestro querido club.
Que los árboles no nos impidan ver el bosque
Profundizando en el título, vamos a ir bajo mi punto de vista al mayor responsable. No nos olvidemos. Ese que se encierra en un búnker y que desde el primer día interpuso empresas de dudosa reputación que no hicieron más que provocar el enriquecimiento del personaje y la descapitalización del club, aparte por supuesto de generar una maraña de entramados que tienen en vilo al club después de años de instrucciones en diversos juzgados de nuestra ciudad, con el consiguiente desgaste y consecuencias que ello ha ocasionado en el Betis. Por supuesto tampoco olvidemos las vergüenzas que este personaje bajuno nos hizo pasar también a todos los niveles.
Pero el Betis es tan enormemente grande que es capaz de ir sobreviviendo a una larga travesía por el desierto, otra más, unido a éxitos continuos en la otra acera, muchos de ellos con extremas dosis de fortuna y a un último y vergonzoso descenso.
Se logra un ascenso, y sobre todo, se sale del gobierno de dirigentes procedentes de la designación de una jueza, y de una junta histórica, emana un consejo elegido de forma unánime por la inmensa mayoría de los accionistas atomizados, y ya en primera de nuevo, el Betis respira algo más libre y en su afición se nota la ilusión. Inequívocamente la ocasión lo merece. Quedaban muchas cosas atrás y parecía que el futuro solo podía depararnos esperanza.
Pero de nuevo aquí nos encontramos con otro personaje nocivo. Seguro que no al mismo nivel que el anterior, pero un responsable del banquillo endiosado, vago, con el "inexplicable" favor de la prensa, que tira por tierra una serie de fichajes razonables para llegar al objetivo de la salvación, que empequeñece la vuelta añorada de un jugador grande como Joaquin y que su más que justificado cese provoque la marcha de un presidente que muchos Beticos vemos capacitados para nuestro club.
No podemos permitirnos que los efectos secundarios provocados por los personajes nocivos hipoteque el crecimiento razonable de la entidad y a su vez, la entidad no puede permitir que los periodistas sesgados por quien todos sabemos provoquen la desestabilización de los cimientos de nuestro querido club.
Que los árboles no nos impidan ver el bosque
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