Re: Afición por idolatrar
En el momento en el que un ídolo alza la voz contra su deificación deja de ser tal para convertirse en leyenda. Y una leyenda no tiene porqué ser intrínsecamente perfecta, sino que uno reconoce sus flaquezas, debilidades y fortalezas, recordándolo con cierta melancolía y una sonrisa. Para mí Serra como entrenador o Alfonso como jugador son ejemplos. Mi padre habla así de Rogelio.
Efectivamente estos términos y sentimientos se pervierten, pero ni es exclusividad para béticos ni somos los más tontos ni los más cínicos, simplemente somos más.
En el momento en el que un ídolo alza la voz contra su deificación deja de ser tal para convertirse en leyenda. Y una leyenda no tiene porqué ser intrínsecamente perfecta, sino que uno reconoce sus flaquezas, debilidades y fortalezas, recordándolo con cierta melancolía y una sonrisa. Para mí Serra como entrenador o Alfonso como jugador son ejemplos. Mi padre habla así de Rogelio.
Efectivamente estos términos y sentimientos se pervierten, pero ni es exclusividad para béticos ni somos los más tontos ni los más cínicos, simplemente somos más.
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