Llevo no sé la cantidad de años acudiendo año a año a la feria SIMO. Allí se veía lo último de lo último, se contactaba con fabricantes de lo más selecto y de lo más... chino.

En la feria veía ese último portátil o aquella cámara de 1,2 megapixel que revolucionaría el mercado. O el robot que limpiaba la casa. Ergonomía, LINUX, libros, software libre y el omnipresente MICROSOFT. Plóters, impresoras, portátiles y los móviles a mansalva acompañados con toda la publicidad del mundo.

Pero a mi me gustaba el viaje, con compañeros y amigos, en coche, autobús o Ave. Era una cita de uno o dos días, con la imaginación de un niño chico abierta de par en par. Con las ganas de traerte algo que fuese diferente, ideas para vender o para que te vendan, atisbar el futuro antes que nadie o al revés, saber que el futuro estaba allí y tú ya lo viste.

Es un poco de nostalgia informática, todo nace y todo muere, y la feria de SIMO ha tenido que sufrir las sacudidas de su tiempo. Dicen que se va a reestructurar y adaptarse a los tiempos. Le hacía falta, no debe caer en la feria de los móviles ni en la de los colorines. Debe buscar la exclusividad para los que tienen que transportarla a todo el mundo, porque ya somos parte de todo ese mundo.

Qué recuerdos cuando te hacían una foto y la podías mandar por internet. Que no os sorprende??? Pues imaginaos cuando sois casi los primeros en hacerlo.