[h=2]Una meteorología atípica hará que Sierra Nevada estrene este sábado la temporada de esquí mientras las estaciones del Pirineo retrasan su apertura.
Sierra Nevada, la más meridional de las estaciones de esquí españolas, estrenará este sábado la temporada. La apertura de las pistas a falta de tres semanas para que el invierno haga su aparición oficial no es algo extraordinario: sin ir más lejos, el año pasado ya ocurrió lo mismo, si bien ahora abrirá con 26 kilómetros de pistas esquiables (nada menos que el doble de su media histórica de aperturas) con espesores de hasta un metro.
Lo que ya no es tan normal es que la nieve haya llegado con generosidad a la estación granadina cuando en el Pirineo apenas ha alcanzado a cubrir las cimas de las cumbres más altas. Las contadas nevadas que han caído las últimas semanas en los sistemas montañosos del norte peninsular han desaparecido en un plisplás debido al predominio de vientos de componente sur que caldean el ambiente y desbaratan cualquier tentativa de crear un manto blanco. «No podemos usar los cañones porque las temperaturas son demasiado altas y la nieve llegaría a las pistas convertida en agua», se lamentan desde Aramon, la empresa pública que gestiona algunas de las principales estaciones aragonesas.
La apertura de la temporada se ha retrasado en todo el Pirineo. Las andorranas Grandvalira y Vallnord, la catalana Baqueira y la aragonesa Formigal, que son junto a Sierra Nevada las principales estaciones frecuentadas por los esquiadores españoles, han tenido que aplazar el estreno previsto para el sábado. Sus responsables cruzan los dedos para que la nieve llegue antes de la semana del doble puente -Constitución e Inmaculada-, la primera cita multitudinaria del calendario blanco. Hace unas décadas la temporada de esquí no solía estar a pleno rendimiento hasta bien entradas las fechas navideñas pero la industria de la nieve ha ido adelantando los plazos hasta los primeros días de diciembre.
«Viento sur aquí arriba y nieve en el sur; es como si se hubiese puesto el mapa al revés», comentan con cierto desazón desde las oficinas de Baqueira Beret. La estación leridana tampoco consigue hacer funcionar sus cañones de nieve por las altas temperaturas, así que ha pospuesto su apertura a la espera de la llegada de un frente frío. Miguel Ángel Majón, de la Agencia Estatal de Meteorología, explica que eso de que el norte se haya ido al sur se debe a una alteración de los patrones climáticos otoñales. «Lo normal en estas fechas es que las borrascas entren por Galicia y vayan dejando por todo el Cantábrico precipitaciones que al llegar a los Pirineos se convierten en nieve. Durante todo este otoño, sin embargo, las borrascas están entrando bastante más al sur y están descargando en Extremadura, Andalucía y la fachada mediterránea». La variación de itinerario de los frentes, añade el meteorólogo, trae consigo el predominio de vientos de componente sur y el consiguiente aumento de las temperaturas en la zona norte. «No es que sea algo extraordinario pero no es lo habitual en estas fechas», resume el especialista.
No está muy claro que las cosas vayan a cambiar a medio plazo. Los satélites localizaban ayer una gran masa de aire polar a la altura de Escocia que podría traer bajas temperaturas y nieve al norte peninsular durante la semana del doble puente. «Si ese frente evoluciona conforme a los patrones clásicos tendremos por fin mucho frío en casi toda la península, pero aún es pronto para hacer un pronóstico claro», se excusa el meteorólogo.
Crisis pero menos
El retraso en la apertura tendrá sin duda repercusiones en la cifra de negocio de las estaciones. Los datos de la temporada pasada, no obstante, demuestran que la industria blanca resiste los embates de la crisis con sorprendente solidez. Según datos recopilados por la web nevasport.com, las estaciones españolas y andorranas sumaron 7,7 millones de forfaits vendidos (8,6 millones en la temporada 2009-10). Pese al descenso, la facturación por la venta de billetes para remontes-111 millones de euros en el caso de las españolas- superó en más de un millón a la de la temporada anterior. La gran dominadora de la lista es la andorrana Grandvalira, surgida hace ya ocho años de la unión de las estaciones de Pas de la Casa-Grau Roig y Soldeu-el Tarter. Le siguen a considerable distancia Sierra Nevada y Baqueira-Beret, dominios que conforman junto a la aragonesa Formigal el trío de ases de la industria de la nieve española.
http://www.tele-ski.com/
Sierra Nevada, la más meridional de las estaciones de esquí españolas, estrenará este sábado la temporada. La apertura de las pistas a falta de tres semanas para que el invierno haga su aparición oficial no es algo extraordinario: sin ir más lejos, el año pasado ya ocurrió lo mismo, si bien ahora abrirá con 26 kilómetros de pistas esquiables (nada menos que el doble de su media histórica de aperturas) con espesores de hasta un metro.
Lo que ya no es tan normal es que la nieve haya llegado con generosidad a la estación granadina cuando en el Pirineo apenas ha alcanzado a cubrir las cimas de las cumbres más altas. Las contadas nevadas que han caído las últimas semanas en los sistemas montañosos del norte peninsular han desaparecido en un plisplás debido al predominio de vientos de componente sur que caldean el ambiente y desbaratan cualquier tentativa de crear un manto blanco. «No podemos usar los cañones porque las temperaturas son demasiado altas y la nieve llegaría a las pistas convertida en agua», se lamentan desde Aramon, la empresa pública que gestiona algunas de las principales estaciones aragonesas.
La apertura de la temporada se ha retrasado en todo el Pirineo. Las andorranas Grandvalira y Vallnord, la catalana Baqueira y la aragonesa Formigal, que son junto a Sierra Nevada las principales estaciones frecuentadas por los esquiadores españoles, han tenido que aplazar el estreno previsto para el sábado. Sus responsables cruzan los dedos para que la nieve llegue antes de la semana del doble puente -Constitución e Inmaculada-, la primera cita multitudinaria del calendario blanco. Hace unas décadas la temporada de esquí no solía estar a pleno rendimiento hasta bien entradas las fechas navideñas pero la industria de la nieve ha ido adelantando los plazos hasta los primeros días de diciembre.
«Viento sur aquí arriba y nieve en el sur; es como si se hubiese puesto el mapa al revés», comentan con cierto desazón desde las oficinas de Baqueira Beret. La estación leridana tampoco consigue hacer funcionar sus cañones de nieve por las altas temperaturas, así que ha pospuesto su apertura a la espera de la llegada de un frente frío. Miguel Ángel Majón, de la Agencia Estatal de Meteorología, explica que eso de que el norte se haya ido al sur se debe a una alteración de los patrones climáticos otoñales. «Lo normal en estas fechas es que las borrascas entren por Galicia y vayan dejando por todo el Cantábrico precipitaciones que al llegar a los Pirineos se convierten en nieve. Durante todo este otoño, sin embargo, las borrascas están entrando bastante más al sur y están descargando en Extremadura, Andalucía y la fachada mediterránea». La variación de itinerario de los frentes, añade el meteorólogo, trae consigo el predominio de vientos de componente sur y el consiguiente aumento de las temperaturas en la zona norte. «No es que sea algo extraordinario pero no es lo habitual en estas fechas», resume el especialista.
No está muy claro que las cosas vayan a cambiar a medio plazo. Los satélites localizaban ayer una gran masa de aire polar a la altura de Escocia que podría traer bajas temperaturas y nieve al norte peninsular durante la semana del doble puente. «Si ese frente evoluciona conforme a los patrones clásicos tendremos por fin mucho frío en casi toda la península, pero aún es pronto para hacer un pronóstico claro», se excusa el meteorólogo.
Crisis pero menos
El retraso en la apertura tendrá sin duda repercusiones en la cifra de negocio de las estaciones. Los datos de la temporada pasada, no obstante, demuestran que la industria blanca resiste los embates de la crisis con sorprendente solidez. Según datos recopilados por la web nevasport.com, las estaciones españolas y andorranas sumaron 7,7 millones de forfaits vendidos (8,6 millones en la temporada 2009-10). Pese al descenso, la facturación por la venta de billetes para remontes-111 millones de euros en el caso de las españolas- superó en más de un millón a la de la temporada anterior. La gran dominadora de la lista es la andorrana Grandvalira, surgida hace ya ocho años de la unión de las estaciones de Pas de la Casa-Grau Roig y Soldeu-el Tarter. Le siguen a considerable distancia Sierra Nevada y Baqueira-Beret, dominios que conforman junto a la aragonesa Formigal el trío de ases de la industria de la nieve española.
http://www.tele-ski.com/
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