Hola a todas/os:
Cuidado, que no os pase como a mí. Os aviso de una estafa que están realizando estos días en todos los mercadonas de España y en la que están cayendo bastante gente. La hacen en el parking.
Así funciona el timo: dos chicos muy guapos de entre 28 y 30 años se acercan al coche mientras estas colocando en el maletero tus compras del centro comercial. Entonces empiezan a limpiarte el parabrisas con esponjas mientras se mojan aposta con sus ajustadas camisas haciendo gala de su musculatura y lanzándote todo tipo de puntas sensuales.
Cuando al final, para darles las gracias, intentas darles una propina ellos renuncian y piden en cambio que los lleves a Plaza Nueva . Si aceptas suben y se sientan en los asientos posteriores. Mientras conduces empiezan a hacerte miles de halagos y comienzan a masajearte, unos masajes tan bien hechos que te es imposible negarte. Cuando llegas a tu destino, uno de ellos, haciéndose el agradecido, se sube en el asiento anterior y te echa un polvo bestial con un arte que te es imposible negarte, mientras el otro, sin darte cuenta te roba la bolsa del pan y los yogures.
Con este ingenioso sistema me han robado la compra el martes, el miércoles, dos veces el jueves, otra vez el sábado y probablemente también mañana por la tarde.
Adios, me voy a comprar
Cuidado, que no os pase como a mí. Os aviso de una estafa que están realizando estos días en todos los mercadonas de España y en la que están cayendo bastante gente. La hacen en el parking.
Así funciona el timo: dos chicos muy guapos de entre 28 y 30 años se acercan al coche mientras estas colocando en el maletero tus compras del centro comercial. Entonces empiezan a limpiarte el parabrisas con esponjas mientras se mojan aposta con sus ajustadas camisas haciendo gala de su musculatura y lanzándote todo tipo de puntas sensuales.
Cuando al final, para darles las gracias, intentas darles una propina ellos renuncian y piden en cambio que los lleves a Plaza Nueva . Si aceptas suben y se sientan en los asientos posteriores. Mientras conduces empiezan a hacerte miles de halagos y comienzan a masajearte, unos masajes tan bien hechos que te es imposible negarte. Cuando llegas a tu destino, uno de ellos, haciéndose el agradecido, se sube en el asiento anterior y te echa un polvo bestial con un arte que te es imposible negarte, mientras el otro, sin darte cuenta te roba la bolsa del pan y los yogures.
Con este ingenioso sistema me han robado la compra el martes, el miércoles, dos veces el jueves, otra vez el sábado y probablemente también mañana por la tarde.
Adios, me voy a comprar
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