"SIEMPRE NEGOCIO YO; ASÍ NO SE PIERDE DINERO POR EL CAMINO"
ÁNGEL TORRES pasa revista. El Getafe está en la frontera de la UEFA y de las semifinales de la Copa del Rey con 22 millones de presupuesto
En Ángel Torres Sánchez (Recas, Toledo, 1952) fue veinticinco años antes el Getafe que el Madrid. Con diez llegó a la localidad madrileña, en 1965 se hizo socio del club, en 1987 se convirtió en directivo efímero y en 2001 regresó para salvarlo. "Me había ido para no volver, porque los políticos me parecían insoportables, pero la situación del club era complicada, me lo pidió el alcalde... Tampoco el plan era que yo fuese el presidente y aquí estoy". Al Madrid le condujo Camacho a principios de los noventa y no reniega de su condición de abonado, aunque cree que no favorece al Getafe: "He llegado a pensar que mi condición de madridista ha sido un hándicap para que el Real nos cediese jugadores".
Que a uno le salga todo bien debe ser tan difícil como explicar por qué. Por eso Torres no acierta a comprender todas las claves de su éxito en la presidencia de un club que tomó en Segunda B y asomado a la desaparición (hubiera sido la segunda de su historia, tras la del 83) y que tiene ahora en la frontera de la UEFA y a punto de anunciar su cuarta temporada de superávit (sobre tres millones este curso). Eso sí, sabe que le ha ido bien como autodidacta, guiándose de la intuición y negociando en primera persona: "Todos los fichajes los he cerrado yo. Algunos los he propuesto y otros me los han sugerido, pero siempre he pactado yo las cantidades. Es la única manera de que no se pierda dinero por el camino. Los intermediarios son un cáncer para el fútbol". Dinero, sustantivo que no admite equivocaciones en el Getafe. Torres y otros seis accionistas poseen el 99,8 % del club: "Nosotros nos jugamos nuestro patrimonio y estamos obligados a acertar". Fuera del despacho, se distancia mucho: "Ni bajo al vestuario ni intimo con los jugadores. Sólo acudo al entrenamiento de los sábados para hacerme una idea de los que van a jugar".
La modestia del Getafe le ha obligado a improvisar en medio de su tormenta de éxito. Incluso antes de que éste llegara. Uribe, su técnico en Segunda, se comprometió con el Elche mientras peleaba por el ascenso: "No creía que tuviéramos equipo para subir y yo sí. Por eso se ofreció al Rayo primero y firmó por el Elche después. La plantilla, en cambio, tenía la misma fe que yo. A falta de catorce jornadas hice mis cuentas: subiríamos ganando ocho partidos y empatando seis. Lo clavé".
Ése es otro de los problemas de Torres. Su fe está unos pisos por encima de quienes le rodean. Michel, sin ir más lejos. Para él era el primer proyecto en Primera: "Vi que dudaba. Pretendía que yo hiciera el equipo antes de que él volviera de la Eurocopa. Al final fui yo quien decidió que no viniera". Mientras se decidía Michel hablaba también con Schuster: "Le dije que había otro delante. Entonces le llegó una oferta del Levante. Me dijo que estaba dispuesto a esperar. Le aconsejé que firmara. Veinte días después, y con el Getafe aún sin entrenador, volvió a telefonearme: '¿Me sigue queriendo? Aún no conozco ni al presidente del Levante. Esto no va a salir bien', me dijo. Le convencí para que se quedara porque si al Getafe le iba mal nos iban a freír a los dos".
Floro
Entonces apuntó a Floro. Fue a Santander a charlar con él y en plena negociación al técnico le llegó la oportunidad de entrenar a la Selección. Tercer tiro al aire. Y en éstas apareció Quique: "Me lo habían ofrecido y quise conocerle. Nos citamos en el Ritz. Iba vestido con un traje, prenda que nunca usa, y con el pelo engominado. Empezamos a hablar de fútbol y me pareció interesante... y barato. Arrancamos mal, colistas, y algunos de los que no jugaban empezaban a cuestionarle, así que decidí que tenía que hacer algo y le propuse renovar. Era un golpe de autoridad. No lo esperaba. Se echó a llorar".
Armar plantillas le ha costado menos. Y eso que en la mayoría de los casos ejerce de director deportivo y presidente a la vez: "A mí me gusta ver mucho fútbol español, de Primera, Segunda y Tercera. Estoy al día. Y ficho en función de las necesidades del equipo. Un ejemplo. Nos hacía falta un portero y negocié por el Pato y el mexicano Osvaldo Sánchez. Me costó atar al argentino porque es un hombre hogareño y tras el Mundial anduvo quince días desaparecido en su granja". Otra perla, Alexis: "Está en el Getafe porque aquí no hay burocracia. Andaban tras él Valencia y Sevilla y les gané pagando al contado". Y el último, un fichaje psicológico: "Maris llegó para acabar con el síndrome de la falta de gol y porque lo pidió Schuster. Ya le quise en verano, pero no aceptaban la cesión y yo únicamente compro lo que conozco". El buen ojo también tiene pequeños secretos: "Yo me encuentro con ojeadores de grandes en los aeropuertos y les pregunto. También me gustan sus canteranos. Nadie está diez años en una cantera de Madrid, Atlético o Barça si técnicamente no es bueno".
Esta agilidad para moverse en el mercado la pierde al topar con el Madrid: "En junio, Michel hizo un informe favorable a la incorporación de Arbeloa, Jurado y Soldado al Getafe. No ha venido ninguno de los tres. Este invierno igualé la oferta del Zaragoza por De la Red. Me dieron el OK, pero aún estoy esperando que me llamen. Con Mejía, meses antes, ocurrió algo parecido. Estaba todo cerrado y dieron marcha atrás. Ahora no juega ninguno de los dos...".
Eso ya es pasado y Torres trabaja para el futuro. Primero en el sustituto de Schuster ("aunque aún confío en que se quede") y después en un nueve: "Uche está difícil. Le quieren demasiados. Intentaremos cerrar a Kepa, al que ya tanteamos en verano". Llama la atención lo del ariete cuando Güiza está desatado: "Sólo Ronaldo le supera en el uno contra uno". El salto a los medios de la relación del jugador con Nuria Bermúdez no le hace gracia al presidente: "Cuando le salgan las cosas mal se lo echarán en cara".
El estadio.
El otro rostro del futuro está en el nuevo estadio y en el contrato televisivo. "Nuestro campo carece de párking y los accesos no son buenos. Necesitamos otro y el proyecto tiene el visto bueno del Ayuntamiento. También hay terreno elegido, aunque es preciso un cambio de término, porque ese suelo pertenece ahora a Madrid. Podemos aprovecharnos de las subvenciones que ofrece la candidatura olímpica, porque ese estadio, con capacidad para 22.000 espectadores, podría ser una subsede de fútbol. Hay que esperar a que pasen las elecciones". Torres cree que daría aire al proyecto que el equipo jugara la final de Copa.
De los derechos televisivos, el acuerdo con Telemadrid a razón de 16 millones anuales de 2009 a 2014 es inminente, aunque cabe la sorpresa: "Mediapro nos ha mejorado esa oferta. Y ya tiene diez equipos de Primera firmados. Además, Sogecable nos ha anunciado otra propuesta. En cualquier caso, lo normal es que firmemos con Telemadrid, porque vamos de la mano con el Atlético y yo no quiero fallarles. No obstante, el sistema no me va. Yo soy más partidario de que la Liga hubiese negociado un contrato global". La pequeña pantalla asegura la supervivencia de un equipo que se mueve en 22 millones de presupuesto sin agobios: "Es que ya no quedan tantos galáctico, por eso ha bajado el nivel de todas las ligas".
Al otro lado de su corazón está el Madrid, que le duele: "Me hablaron de cerrar lo de Alexis hace meses y aún estoy esperando que me llamen. Con Schuster hubo un contacto este verano. Calderón quedó en hablar con él y hasta hoy. Mientras MIjatovic siga en el Madrid el alemán no entrenará allí. Y no porque él no quiera...". El serbio se decidió por Capello: "Puede que fuera buena idea ficharle, pero no por tres años. Vino para unir y acabó echando a Ronaldo. Para eso vale cualquiera. Trajo a varios jugadores de más de 30 años, en diciembre deshizo el equipo, ahora puede caer él... El problema del Madrid no es el entrenador. Al club hay que llevarle al médico y que éste decida los que hay que echar, aunque duela". Torres ha recibido propuestas de varios candidatos, pero no quiere estar en el equipo de cirujanos que reclama.
Buena gestión ¿no os parece?
ÁNGEL TORRES pasa revista. El Getafe está en la frontera de la UEFA y de las semifinales de la Copa del Rey con 22 millones de presupuesto
En Ángel Torres Sánchez (Recas, Toledo, 1952) fue veinticinco años antes el Getafe que el Madrid. Con diez llegó a la localidad madrileña, en 1965 se hizo socio del club, en 1987 se convirtió en directivo efímero y en 2001 regresó para salvarlo. "Me había ido para no volver, porque los políticos me parecían insoportables, pero la situación del club era complicada, me lo pidió el alcalde... Tampoco el plan era que yo fuese el presidente y aquí estoy". Al Madrid le condujo Camacho a principios de los noventa y no reniega de su condición de abonado, aunque cree que no favorece al Getafe: "He llegado a pensar que mi condición de madridista ha sido un hándicap para que el Real nos cediese jugadores".
Que a uno le salga todo bien debe ser tan difícil como explicar por qué. Por eso Torres no acierta a comprender todas las claves de su éxito en la presidencia de un club que tomó en Segunda B y asomado a la desaparición (hubiera sido la segunda de su historia, tras la del 83) y que tiene ahora en la frontera de la UEFA y a punto de anunciar su cuarta temporada de superávit (sobre tres millones este curso). Eso sí, sabe que le ha ido bien como autodidacta, guiándose de la intuición y negociando en primera persona: "Todos los fichajes los he cerrado yo. Algunos los he propuesto y otros me los han sugerido, pero siempre he pactado yo las cantidades. Es la única manera de que no se pierda dinero por el camino. Los intermediarios son un cáncer para el fútbol". Dinero, sustantivo que no admite equivocaciones en el Getafe. Torres y otros seis accionistas poseen el 99,8 % del club: "Nosotros nos jugamos nuestro patrimonio y estamos obligados a acertar". Fuera del despacho, se distancia mucho: "Ni bajo al vestuario ni intimo con los jugadores. Sólo acudo al entrenamiento de los sábados para hacerme una idea de los que van a jugar".
La modestia del Getafe le ha obligado a improvisar en medio de su tormenta de éxito. Incluso antes de que éste llegara. Uribe, su técnico en Segunda, se comprometió con el Elche mientras peleaba por el ascenso: "No creía que tuviéramos equipo para subir y yo sí. Por eso se ofreció al Rayo primero y firmó por el Elche después. La plantilla, en cambio, tenía la misma fe que yo. A falta de catorce jornadas hice mis cuentas: subiríamos ganando ocho partidos y empatando seis. Lo clavé".
Ése es otro de los problemas de Torres. Su fe está unos pisos por encima de quienes le rodean. Michel, sin ir más lejos. Para él era el primer proyecto en Primera: "Vi que dudaba. Pretendía que yo hiciera el equipo antes de que él volviera de la Eurocopa. Al final fui yo quien decidió que no viniera". Mientras se decidía Michel hablaba también con Schuster: "Le dije que había otro delante. Entonces le llegó una oferta del Levante. Me dijo que estaba dispuesto a esperar. Le aconsejé que firmara. Veinte días después, y con el Getafe aún sin entrenador, volvió a telefonearme: '¿Me sigue queriendo? Aún no conozco ni al presidente del Levante. Esto no va a salir bien', me dijo. Le convencí para que se quedara porque si al Getafe le iba mal nos iban a freír a los dos".
Floro
Entonces apuntó a Floro. Fue a Santander a charlar con él y en plena negociación al técnico le llegó la oportunidad de entrenar a la Selección. Tercer tiro al aire. Y en éstas apareció Quique: "Me lo habían ofrecido y quise conocerle. Nos citamos en el Ritz. Iba vestido con un traje, prenda que nunca usa, y con el pelo engominado. Empezamos a hablar de fútbol y me pareció interesante... y barato. Arrancamos mal, colistas, y algunos de los que no jugaban empezaban a cuestionarle, así que decidí que tenía que hacer algo y le propuse renovar. Era un golpe de autoridad. No lo esperaba. Se echó a llorar".
Armar plantillas le ha costado menos. Y eso que en la mayoría de los casos ejerce de director deportivo y presidente a la vez: "A mí me gusta ver mucho fútbol español, de Primera, Segunda y Tercera. Estoy al día. Y ficho en función de las necesidades del equipo. Un ejemplo. Nos hacía falta un portero y negocié por el Pato y el mexicano Osvaldo Sánchez. Me costó atar al argentino porque es un hombre hogareño y tras el Mundial anduvo quince días desaparecido en su granja". Otra perla, Alexis: "Está en el Getafe porque aquí no hay burocracia. Andaban tras él Valencia y Sevilla y les gané pagando al contado". Y el último, un fichaje psicológico: "Maris llegó para acabar con el síndrome de la falta de gol y porque lo pidió Schuster. Ya le quise en verano, pero no aceptaban la cesión y yo únicamente compro lo que conozco". El buen ojo también tiene pequeños secretos: "Yo me encuentro con ojeadores de grandes en los aeropuertos y les pregunto. También me gustan sus canteranos. Nadie está diez años en una cantera de Madrid, Atlético o Barça si técnicamente no es bueno".
Esta agilidad para moverse en el mercado la pierde al topar con el Madrid: "En junio, Michel hizo un informe favorable a la incorporación de Arbeloa, Jurado y Soldado al Getafe. No ha venido ninguno de los tres. Este invierno igualé la oferta del Zaragoza por De la Red. Me dieron el OK, pero aún estoy esperando que me llamen. Con Mejía, meses antes, ocurrió algo parecido. Estaba todo cerrado y dieron marcha atrás. Ahora no juega ninguno de los dos...".
Eso ya es pasado y Torres trabaja para el futuro. Primero en el sustituto de Schuster ("aunque aún confío en que se quede") y después en un nueve: "Uche está difícil. Le quieren demasiados. Intentaremos cerrar a Kepa, al que ya tanteamos en verano". Llama la atención lo del ariete cuando Güiza está desatado: "Sólo Ronaldo le supera en el uno contra uno". El salto a los medios de la relación del jugador con Nuria Bermúdez no le hace gracia al presidente: "Cuando le salgan las cosas mal se lo echarán en cara".
El estadio.
El otro rostro del futuro está en el nuevo estadio y en el contrato televisivo. "Nuestro campo carece de párking y los accesos no son buenos. Necesitamos otro y el proyecto tiene el visto bueno del Ayuntamiento. También hay terreno elegido, aunque es preciso un cambio de término, porque ese suelo pertenece ahora a Madrid. Podemos aprovecharnos de las subvenciones que ofrece la candidatura olímpica, porque ese estadio, con capacidad para 22.000 espectadores, podría ser una subsede de fútbol. Hay que esperar a que pasen las elecciones". Torres cree que daría aire al proyecto que el equipo jugara la final de Copa.
De los derechos televisivos, el acuerdo con Telemadrid a razón de 16 millones anuales de 2009 a 2014 es inminente, aunque cabe la sorpresa: "Mediapro nos ha mejorado esa oferta. Y ya tiene diez equipos de Primera firmados. Además, Sogecable nos ha anunciado otra propuesta. En cualquier caso, lo normal es que firmemos con Telemadrid, porque vamos de la mano con el Atlético y yo no quiero fallarles. No obstante, el sistema no me va. Yo soy más partidario de que la Liga hubiese negociado un contrato global". La pequeña pantalla asegura la supervivencia de un equipo que se mueve en 22 millones de presupuesto sin agobios: "Es que ya no quedan tantos galáctico, por eso ha bajado el nivel de todas las ligas".
Al otro lado de su corazón está el Madrid, que le duele: "Me hablaron de cerrar lo de Alexis hace meses y aún estoy esperando que me llamen. Con Schuster hubo un contacto este verano. Calderón quedó en hablar con él y hasta hoy. Mientras MIjatovic siga en el Madrid el alemán no entrenará allí. Y no porque él no quiera...". El serbio se decidió por Capello: "Puede que fuera buena idea ficharle, pero no por tres años. Vino para unir y acabó echando a Ronaldo. Para eso vale cualquiera. Trajo a varios jugadores de más de 30 años, en diciembre deshizo el equipo, ahora puede caer él... El problema del Madrid no es el entrenador. Al club hay que llevarle al médico y que éste decida los que hay que echar, aunque duela". Torres ha recibido propuestas de varios candidatos, pero no quiere estar en el equipo de cirujanos que reclama.
Buena gestión ¿no os parece?
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