Ahora que se acerca la Eurocopa me gustaría recordar otro momento inolvidable de la selección española. Fue en el mundial de Estados Unidos de 1994.

9 de Julio de 1994. Ese día se enfrentaban las selecciones de España e Italia en busca de una plaza de las semifinales del mundial. Pero, como siempre, repasemos las trayectorias de los dos equipos hasta el cruce de cuartos.

El camino de España no fue nada fácil. El día del debut contra Corea del Sur no se pudo pasar del empate a 2. Con los goles de Salinas y Goikoetxea parecía que se ganaría fácil a los coreanos, pero, en los minutos finales, éstos remontaron y colocaron el empate a 2 final. El segundo partido era contra la Alemania de Klinsmann. De nuevo empate, esta vez a uno, con gol de Goiko.

España llegaba a la última jornada con los mismos puntos que Corea, por lo que una victoria contra Bolivia casi aseguraba el pase a octavos. Y así fue. Guardiola y Caminero (por dos veces) nos dieron la victoria contra los sudamericanos, y esto, unido a la derrota de Corea con Alemania, hacían a España pasar a octavos como segunda de grupo. En la segunda ronda España eliminó con un rotundo 3-0 a Suiza, consiguiendo de esta manera el billete para cuartos de final.

Mientras tanto, la selección italiana sufrió de lo lindo en la primera fase. La derrota en el primer partido contra Irlanda fue inesperada, y mermaba mucho las posibilidades de Italia en el mundial. Tras ganar en el segundo encuentro a Noruega, con un gol de Dino Baggio, se llegó a una última jornada dramática. Los cuatro equipos llegaban a esta última jornada con tres puntos.

Los dos partidos terminaron en empate e Italia consiguió el pase como segundo mejor tercero (hay que recordar que entonces pasaban los dos primeros de cada grupo y los dos mejores terceros, que en ese mundial fueron Argentina e Italia). En octavos lo volvieron a pasar bastante mal. Comenzaron perdiendo contra Nigeria, pero apareció el gran Roberto Baggio para empatar en los últimos minutos y dar el gol de la victoria a Italia en la prórroga.

Y por fin llegamos al duelo de cuartos de final. Como decía antes, Italia lo había pasado peor que España, pero ya sabemos que la azzurra, cuando llega esta fase del torneo, se transforma y gana en confianza. Pero antes repasemos las alineaciones de los dos equipos.

Por Italia, jugaban: Pagliuca, Benarrivo, Costacurta, Maldini, Tassotti, Albertini, D. Baggio, R. Baggio, Conti, Donadoni y Massaro, con Arrigo Sacchi en el banquillo.
En España: Zubizarreta, Ferrer, Otero, Abelardo, Goikoetxea, Bakero, Sergi, Caminero, Alkorta, Nadal y Luis Enrique. El entrenador era Javier Clemente.

A los 25 minutos de encuentro, una bonita volea de Dino Baggio adelantaba a Italia y ponía las cosas muy difíciles para España, ya que marcar dos goles a Italia no era ni es nada fácil. España no estaba jugando mal, ni mucho menos, pero Italia se había encontrado con un gol que le allanaba bastante el camino. Así se llegó al descanso.

España salió en busca del empate en la segunda mitad, y fruto de esa insistencia, Caminero lograba el empate, tras desviar un defensa italiano y despistar al portero. Lo más difícil estaba conseguido.

Clemente jugó sus bazas y sacó al terreno de juego a Salinas y a Hierro (que entonces actuaba como medio centro). España buscaba la victoria y lo que sería un pase histórico a semifinales. Por juego, España lo merecía.

Así llegamos a la parte final del partido. A falta de unos 5 minutos para el final, Salinas recogía un balón largo y se plantaba delante del portero italiano, y cuando parecía que marcaría, estrelló la pelota contra los pies del guardameta. En el 87, tras una contra, Baggio driblaba a Zubizarreta y marcaba el 2-1 a puerta vacía. Fue un duro golpe, pero España no se vino abajo y trató por todos los medios estableces la igualada de nuevo. En uno de los últimos balones colgados ya a la desesperada, Tassotti y Luis Enrique saltaron para golpear el balón, y Luis Enrique caía al suelo y se echaba las manos a la cara. El árbitro no pitó nada.

GOLES DEL PARTIDO

La imagen de Luis Enrique llorando, increpando al árbitro y a Tassotti por la jugada, con la camiseta llena de sangre, ha quedado grabada para todos. La impotencia de aquel día fue impresionante, algo que los aficionados españoles tardarán mucho tiempo en olvidar.

JUGADA DE LUIS ENRIQUE


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