Sucedió en Argentina, en el choque que iban a disputar en la localidad de Junín el local Sarmiento ante el histórico equipo de Nueva Chicago. Durante el calentamiento, un hincha local atravesó el campo para dirigirse a la zona visitante para robar una bandera que estaba colgada del lado del terreno de juego mientras los jugadores calentaban. Cuando los seguidores de Nueva Chicago se dieron cuenta, intentaron evitar el robo pero no podían alcanzar al ladrón porque estaba situado del otro lado del alambrado, con lo que empezaron a armar un lío notable en los graderíos. Los futbolistas visitantes entonces corrieron para interceptar al barra local, que fue sorprendido por detrás por un grupo de jugadores que se avalanzó sobre él y lo retuvo hasta que llegaron las autoridades. En ese momento, las autoridades competentes en materia de seguridad se dieron cuenta de que la dirigencia de Sarmiento había dejado abierto "por error" un par de portones de seguridad que dividían a las hinchadas.....

El asunto de las banderas no es un tema menor en el fútbol argentino. Consideradas elementos sagrados de las hinchadas, desde hace años está terminantemente prohibido mostrar telones de hinchadas rivales durante los encuentros. De hecho, una nueva directiva de las autoridades prohíbe en estos momentos mostrar telones y tirantes en los partidos que se jueguen en la Capital Federal del país, sean propios o ajenos, sine die. Por el robo de banderas se han producido verdaderas batallas campales en los estadios argentinos, una de las más famosas se produjo hace más de 20 años cuando unos días antes del clásico entre Boca y San Lorenzo una facción por entonces minoritaria de la barra sanlorencista le robó parte de las banderas a la mítica y temida barra xeneize conocida como la Banda del Abuelo. En el descanso del choque los barras locales recorrieron por dentro el estadio y asaltaron los visitantes con piedras y palos, en el contraataque visitante una tubería de considerables dimensiones fue arrojada desde lo alto del estadio a la zona de socios boquenses, provocando la muerte de una persona.