En los últimos tiempos, han surgido clubes y equipos de fútbol creados en muchos casos por empresarios que habían hecho dinero con la construcción y que llegaban a duplicar nombres de clubes anteriormente existentes.
El caso más escandaloso fue el del Granada 74 Club de Fútbol (no confundir con el Club Polideportivo Granada 74). Tuvo su origen en el Ciudad de Murcia, fundado a fines de los 90 por Quique Pina (actual presidente del Granada) y que en pocos años pasó de Tercera a Segunda.
En 2006, estuvo a punto de subir a Primera y al año siguiente, tras hacer otra buena temporada en Segunda, fue vendido a Carlos Marsá, un empresario afincado en Granada, que trasladó la sede del club a esa ciudad y le cambió el nombre por Granada 74 Club de Fútbol para diferenciarlo del original, el Club Polideportivo, que se convirtió en su filial: sería como si alguien comprase un club de Segunda, cambiara las oficinas a Salamanca, le pusiese como nombre Salamanca Fútbol Club y transformara el Salamanca histórico (la Unión Deportiva) en un club subordinado.
Por supuesto, el "nuevo" Granada 74 bajó a Segunda B en 2008 (quedó penúltimo) y no tardó mucho en desaparecer por tener unas deudas que no podía afrontar.
Otros "engendros" podrían ser el Oviedo Astur (en realidad, había un equipo modesto llamado Astur y fundado en los años 20, pero se pretendía crear ese club para ocupar el lugar del histórico Real Oviedo, a lo que sus aficionados no estaban dispuestos) o el Lorca Deportiva, fundado en 2002, que aspiró al ascenso en 2006 y, aunque no ha desaparecido, lleva dos años sin jugar.
Obsérvese que muchas veces esos clubes surgen en ciudades y provincias con equipos históricos en horas bajas, que pasan por malos momentos y que juegan en Segunda B o en Tercera. Por tanto, es más fácil que aparezcan engendros en Salamanca, Jaén, Castellón, Lérida o Tenerife que en Sevilla, Málaga, Madrid, Barcelona, Bilbao, Pamplona o Valencia.
El caso más escandaloso fue el del Granada 74 Club de Fútbol (no confundir con el Club Polideportivo Granada 74). Tuvo su origen en el Ciudad de Murcia, fundado a fines de los 90 por Quique Pina (actual presidente del Granada) y que en pocos años pasó de Tercera a Segunda.
En 2006, estuvo a punto de subir a Primera y al año siguiente, tras hacer otra buena temporada en Segunda, fue vendido a Carlos Marsá, un empresario afincado en Granada, que trasladó la sede del club a esa ciudad y le cambió el nombre por Granada 74 Club de Fútbol para diferenciarlo del original, el Club Polideportivo, que se convirtió en su filial: sería como si alguien comprase un club de Segunda, cambiara las oficinas a Salamanca, le pusiese como nombre Salamanca Fútbol Club y transformara el Salamanca histórico (la Unión Deportiva) en un club subordinado.
Por supuesto, el "nuevo" Granada 74 bajó a Segunda B en 2008 (quedó penúltimo) y no tardó mucho en desaparecer por tener unas deudas que no podía afrontar.
Otros "engendros" podrían ser el Oviedo Astur (en realidad, había un equipo modesto llamado Astur y fundado en los años 20, pero se pretendía crear ese club para ocupar el lugar del histórico Real Oviedo, a lo que sus aficionados no estaban dispuestos) o el Lorca Deportiva, fundado en 2002, que aspiró al ascenso en 2006 y, aunque no ha desaparecido, lleva dos años sin jugar.
Obsérvese que muchas veces esos clubes surgen en ciudades y provincias con equipos históricos en horas bajas, que pasan por malos momentos y que juegan en Segunda B o en Tercera. Por tanto, es más fácil que aparezcan engendros en Salamanca, Jaén, Castellón, Lérida o Tenerife que en Sevilla, Málaga, Madrid, Barcelona, Bilbao, Pamplona o Valencia.
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