En la mañana de ayer de produjo la llamada telefónica que todos esperaban: el Al-Hilal había aceptado las condiciones. El Betis estaba satisfecho, los intermediarios daban su ok y Emana aceptaba el pacto. Hoy, reunión para elegir sustituto.

Hay que hilar fino en esta historia para no equivocarse. Hasta que no se firme, Emana no es del equipo saudí y el culebrón amenaza con nuevos capítulos. El avance es que se considera que el acuerdo está al 99,9 por ciento. El 0,1 restante ha de ser considerado. Y más, teniendo en cuenta los antecedentes de esta historia interminable.


Los términos más gruesos del acuerdo son sencillos: operación cifrada en algo menos de 4,7 millones, de los que 4,3 van para el Betis íntegramente. El resto, para diferentes gestiones. Mucha gente en este entuerto con aparente final feliz. Tres de los millones llegarán al contado en el momento de la firma (cuando verdaderamente se dirá que está hecho), el resto, en cómodos plazos para los saudíes.


Para alcanzar el sí unánime, todos han tenido que ceder. El Betis, a sus formas de pago preferidas; el Al-Hilal, a las suyas y a olvidarse de un puñado de euros más de los que creían. Emana perdona dinero y los agentes, también. Y ganan todos, porque la situación era insostenible y el equipo ya está en Sevilla.


Con las reservas oportunas que propician las comas mal puestas en la redacción de los contratos y las cláusulas mejor o peor interpretadas, se puede decir que Emana cambia Sevilla por Riad a cambio de algo más de ocho millones de euros a cobrar en cuatro temporadas. Pone fin así a tres años en el Betis, donde sufrió un descenso, gozó de un ascenso y vivió el cariño y las críticas de una afición tan ciclotímica con él como su propio carácter.


Las partes eran ayer prudentes en la valoración del acuerdo, ya que la tensión generada en el desarrollo de esta historia y las ganas que hay de que se cierre invitan a la prudencia. Con los contratos redactados queda la revisión de los mismos, el finiquito en el Betis, el ingreso del dinero, el viaje de Emana, tránsfer... Mucho perejil con estos actores, aunque la historia está al fin más cerca del final feliz que de un nuevo capítulo de desencuentro. Por cierto, como dato curioso, Emana y el Betis no se encontraron en el aeropuerto de San Pablo por una hora y media, ya que el jugador había viajado a París y regresó por la noche a Sevilla.



Reunión por el sustituto

Esta mañana habrá una reunión en las oficinas del club entre Mel, Guillén y Stosic para tratar de encontrar la fórmula para traer a un delantero de garantías. Es la prioridad del técnico tener a un atacante que pueda servir de referencia arriba y que descongestione el ataque verdiblanco alternando con Jorge Molina. El paraguayo Valdez es el gran deseo, pero el Dnipro, tras ver frustradas sus aspiraciones por Emana, intentará contratarlo. Zigic aparece como una opción probable toda vez que la salida del camerunés propicia que el Betis tenga dinero para poder permitírselo. Además del delantero, el equipo precisa de más retoques según los técnicos y es posible que se reactive la posibilidad de incorporar a Miguel Lopes para el lateral. El fichaje del central aparece ahora como asunto secundario, ya que con Juanito Calahorro y la variante de Cañas se puede cubrir esa posición gracias a Dorado, Mario y Amaya.

Emana, del Al-Hilal al 99,9%