http://www.betisweb.com/real-betis-b...parte-1-a.html
...A LA ESPERANZA.
Esto lo escribía en este foro en Noviembre de 2.007: “Porque cuando esta pesadilla termine, cuando, por fin, enterremos a este muerto del Betis de Lopera, habrá que volver a empezar. Pasito a paso, sin más armas que las nacidas de nuestros propios cuerpos, habrá que trabajar, descubrir, crear, imaginar, soñar. En el discurso que Jesse Jackson pronunció poco después de su derrota electoral en Estados Unidos, él reivindicó el derecho de soñar: “Vamos a defender nuestro derecho”, dijo, “No vamos a permitir que nadie nos arrebate ese derecho”. Y hoy, más que nunca, es preciso soñar, “soñar juntos sueños que se desensueñen y en materia mortal encarnen”, como decía el poeta. La verdad es que quedará mucho, muchísimo, por hacer; con otros métodos y modos, seguro, pero con la herramienta de siempre, que es el hombre, que son los béticos y las béticas que siempre dieron la cara por el Betis.”
Cien días hacen hoy de la Junta Extraordinaria que dio paso al actual Consejo de Administración que dirige al Real Betis Balompié, S.A.D.; pese a unas circunstancias tan adversas, que limitan las posibilidades de gestión de cualquier órgano de dirección, como una administración judicial de la mayoría accionarial, y una administración concursal de la sociedad, solo se pueden hacer valoraciones positivas de su trabajo.
Económicamente, en administración concursal, concurso que intentó evitar el lamentablemente fallecido Juan Manuel Gómez Porrúa, la gestión se centra en buscar los recursos necesarios para poder satisfacer los compromisos de pago adquiridos, y me consta el ahínco, el esfuerzo, el trabajo desinteresado y desprendido de los consejeros, y de otros béticos, que desde esa parcela trabajan en encontrar dinero donde no lo hay. Independientemente de ese diario de buscar recursos, había que mejorar la explotación del Real Betis, aunque esto último era más fácil puesto que dicha explotación, en los años anteriores, solo había sido un atentado contra la misma sociedad perpetrado desde el propio Consejo.
Tras el trabajo de Huidobro como administrador judicial, el de los administradores concursales, y auditores, pronto sabremos la verdadera situación económica, y la deuda real de la sociedad, sabremos su origen, y si hay posibles responsabilidades a pedir a los que la han causado. Por lo que conocemos los que hemos manejado las anteriores cuentas anuales del Real Betis, la deuda puede estar entre los 60 a 75 millones de euros, lo que provocará que cualquier acuerdo con los acreedores lastre notablemente la economía del Betis para los próximos años. El acuerdo con los acreedores, pasa por Hacienda, acreedor principal y privilegiado, con el que la deuda puede estar entre los 30 y los 45 millones de euros, y dadas las referencias que tenemos de acuerdos de la Administración Tributaria con otros clubes, el Convenio podría ir desde los 5 ó 6 años para el pago de la deuda, contando con que el equipo esté en Primera, y hasta los 10 años con el equipo en Segunda.
En la última temporada en Primera el Betis tuvo unos ingresos de explotación de 33,7 millones de euros; aunque solo sea a efectos apriorísticos, podemos colegir que los ingresos de explotación de una próxima temporada en Primera deberían superar los 11 millones por abonos recaudados en la temporada 2008-2009, no subiendo el precio de los mismos, contando solo con la vuelta de muchos, para marcarse un objetivo de recaudar entre los 12,5 ó 13 millones; en Medios pasar de los 17,3 de la 08/09, a los 23,6, aunque no desgraciadamente a los 27 millones firmados con Sogecable dado que Lopera cobró un anticipo de 10 millones del contrato, y en los tres años que quedan del mismo tenemos que devolvérselos a la operadora de TV. Otro campo a crecer, y donde parece que hay posibilidades por lo que se ha demostrado en estos cien días, es en el tema comercial; en publicidad, marketing, merchandising, el objetivo debería ser duplicar lo obtenido en el último ejercicio en Primera que fue de solo 4 millones de euros.
Todo ello nos daría unos presumibles ingresos en Primera de entre 45 a 47 millones de euros, del que, mínimo, un tercio de estos ingresos habría que dedicarlo a pagar la deuda en el convenio con los acreedores a suscribir. El tope salarial en la plantilla deportiva debería estar puesto en estos años en el 55 % de los ingresos de explotación, por lo que nunca deberían pasar de los 23 millones de euros; como referencia la última temporada en Primera había un coste salarial deportivo de 30,8 millones, algo inasumible entonces, y menos ahora. Con el resto solo habría dos partidas a subir, una y de manera notable la dedicada a la cantera, y otra para la profesionalización de la gestión de la sociedad.
Son números en el aire, como también en el aire está la posible asunción por la LFP de la deuda pública de los clubes de fútbol a cambio de irla pagando en diez años con los derechos televisivos, esto último sería para celebrarlo en la Plaza Nueva.
Desde el punto de vista social, de imagen, etcétera, no creo que haya que decir nada, ya he dicho antes que con poco que se hiciera sería un mundo, pero, en este caso, la imagen casposa, ineducada, rancia de antes, ha desaparecido, y las comparecencias públicas de los representantes de este Consejo no tienen nada que ver con el reciente y ominoso pasado.
Y no solo en estos cien días han tenido que andar con una economía de guerra, una empresa en la que todo era una para locura, hasta para los mismos empleados, sino que en un negocio donde el que entre o no la pelotita es clave, cuando la pelotita no entró y llegó la crisis deportiva, se tuvo la suficiente cabeza y temple para superar la situación.
Además hay una circunstancia que hay gente que aún no comprende: Claro que muchos béticos coincidimos en un proyecto, en un modelo, en una idea que tenemos muy definida y expuesta públicamente del Betis que queremos de futuro, pero estamos lamentablemente en el momento en el que estamos. El Real Betis es una sociedad judicializada, porque con independencia de la administración concursal, la mayoría accionarial está en manos de una administración judicial que tiene unos mandatos concretos de la Sra. Juez, Sra. Juez que instruye una causa penal contra el máximo accionista promovida por un grupo numeroso de accionistas. La judicialización impide soluciones económicas tales como ampliaciones de capital, emisión de obligaciones; una reversión de la actual situación provocada por las medidas cautelares adoptadas, ahuyentan otras posibilidades de ingresos, como es lógico de entender.
No sabemos el tiempo que durará esta administración, pero va ineludiblemente unida a un proceso judicial del que aún queda mucho. Muchos de los que se han destacado en este proceso contra el imputado Sr. Lopera, son accionistas importantes, o profesionales béticos muy útiles, pero son parte activa en la querella y no pueden asumir en estos momentos responsabilidad alguna en una sociedad en la que el accionista mayoritario es representado por un administrador judicial que tiene, entre uno de sus cometidos, el de velar por los intereses del propietario de las acciones que representa. Además, como he dicho decenas de veces públicamente, no se puede dar la mínima excusa a la defensa de Lopera para poder utilizar el manido mensaje de que los que hemos actuado, lo que queremos es sentarnos en el Consejo. Peor aún es usar excusas tan burdas como la de estar en el Consejo para fiscalizar, ¿Fiscalizar a quién? ¿A un administrador que responde periódicamente ante el juez que lo nombró en una causa penal en la que tú eres parte?
Hay sitio en el Betis para el que quiere colaborar, y las puertas están abiertas, pero aquí hay algunos que, al parecer, juegan el papel del protagonista de aquella historia que contaba el gran Gila: “Estaban dos tipos pegándole una paliza a uno en la calle, me paré, y me dije ¿Me meto o no me meto? ¿Me meto o no me meto?, al final me metí y le dimos una entre los tres...”
Por todo ello unidad, unidad primero con el Consejo de Administración, 18 años cargando con presuntos delincuentes, y reputados impresentables, y ahora que hay un Consejo de béticos decentes, no son admisibles campañas de descrédito contra aquellos que han tenido el valor de hacerse cargo de una institución que ha sido saqueada, violentada, insultada, hundida durante tantos años.
Unidad porque judicialmente queda muchísimo, y no se ha ganado la guerra, solo algunas batallas, pero el enemigo es fuerte, tiene poder económico, y otros, que en estas historias son fundamentales, unidad de acción jurídica si es necesario porque la guerra será larga, dura y costosa.
Y unidad con la plantilla y los técnicos, si subimos será por ellos, en sus manos estamos, por eso ellos son los mejores, y nuestro apoyo no puede ni faltar ni dudarse. Todos sabemos que ese Betis de los Béticos por el que estamos peleando exige el ascenso deportivo inmediato.
Muchas veces he citado esta frase de un político norteamericano del siglo pasado: “Normalmente cuando las personas están tristes, no hacen nada, se limitan a llorar. Pero cuando esa tristeza se convierte en indignación, son capaces de hacer cambiar las cosas”.
Sigamos indignándonos, sigamos trabajando para hacer cambiar las cosas, soñemos con el Betis que queremos, llegará más temprano que tarde; estoy seguro que con la unidad y el trabajo de todos, lo conseguiremos.
Hoy, cien días después del 13 de Diciembre de 2.010, más que nunca: VIVA EL BETIS LIBRE.
...A LA ESPERANZA.
Esto lo escribía en este foro en Noviembre de 2.007: “Porque cuando esta pesadilla termine, cuando, por fin, enterremos a este muerto del Betis de Lopera, habrá que volver a empezar. Pasito a paso, sin más armas que las nacidas de nuestros propios cuerpos, habrá que trabajar, descubrir, crear, imaginar, soñar. En el discurso que Jesse Jackson pronunció poco después de su derrota electoral en Estados Unidos, él reivindicó el derecho de soñar: “Vamos a defender nuestro derecho”, dijo, “No vamos a permitir que nadie nos arrebate ese derecho”. Y hoy, más que nunca, es preciso soñar, “soñar juntos sueños que se desensueñen y en materia mortal encarnen”, como decía el poeta. La verdad es que quedará mucho, muchísimo, por hacer; con otros métodos y modos, seguro, pero con la herramienta de siempre, que es el hombre, que son los béticos y las béticas que siempre dieron la cara por el Betis.”
Cien días hacen hoy de la Junta Extraordinaria que dio paso al actual Consejo de Administración que dirige al Real Betis Balompié, S.A.D.; pese a unas circunstancias tan adversas, que limitan las posibilidades de gestión de cualquier órgano de dirección, como una administración judicial de la mayoría accionarial, y una administración concursal de la sociedad, solo se pueden hacer valoraciones positivas de su trabajo.
Económicamente, en administración concursal, concurso que intentó evitar el lamentablemente fallecido Juan Manuel Gómez Porrúa, la gestión se centra en buscar los recursos necesarios para poder satisfacer los compromisos de pago adquiridos, y me consta el ahínco, el esfuerzo, el trabajo desinteresado y desprendido de los consejeros, y de otros béticos, que desde esa parcela trabajan en encontrar dinero donde no lo hay. Independientemente de ese diario de buscar recursos, había que mejorar la explotación del Real Betis, aunque esto último era más fácil puesto que dicha explotación, en los años anteriores, solo había sido un atentado contra la misma sociedad perpetrado desde el propio Consejo.
Tras el trabajo de Huidobro como administrador judicial, el de los administradores concursales, y auditores, pronto sabremos la verdadera situación económica, y la deuda real de la sociedad, sabremos su origen, y si hay posibles responsabilidades a pedir a los que la han causado. Por lo que conocemos los que hemos manejado las anteriores cuentas anuales del Real Betis, la deuda puede estar entre los 60 a 75 millones de euros, lo que provocará que cualquier acuerdo con los acreedores lastre notablemente la economía del Betis para los próximos años. El acuerdo con los acreedores, pasa por Hacienda, acreedor principal y privilegiado, con el que la deuda puede estar entre los 30 y los 45 millones de euros, y dadas las referencias que tenemos de acuerdos de la Administración Tributaria con otros clubes, el Convenio podría ir desde los 5 ó 6 años para el pago de la deuda, contando con que el equipo esté en Primera, y hasta los 10 años con el equipo en Segunda.
En la última temporada en Primera el Betis tuvo unos ingresos de explotación de 33,7 millones de euros; aunque solo sea a efectos apriorísticos, podemos colegir que los ingresos de explotación de una próxima temporada en Primera deberían superar los 11 millones por abonos recaudados en la temporada 2008-2009, no subiendo el precio de los mismos, contando solo con la vuelta de muchos, para marcarse un objetivo de recaudar entre los 12,5 ó 13 millones; en Medios pasar de los 17,3 de la 08/09, a los 23,6, aunque no desgraciadamente a los 27 millones firmados con Sogecable dado que Lopera cobró un anticipo de 10 millones del contrato, y en los tres años que quedan del mismo tenemos que devolvérselos a la operadora de TV. Otro campo a crecer, y donde parece que hay posibilidades por lo que se ha demostrado en estos cien días, es en el tema comercial; en publicidad, marketing, merchandising, el objetivo debería ser duplicar lo obtenido en el último ejercicio en Primera que fue de solo 4 millones de euros.
Todo ello nos daría unos presumibles ingresos en Primera de entre 45 a 47 millones de euros, del que, mínimo, un tercio de estos ingresos habría que dedicarlo a pagar la deuda en el convenio con los acreedores a suscribir. El tope salarial en la plantilla deportiva debería estar puesto en estos años en el 55 % de los ingresos de explotación, por lo que nunca deberían pasar de los 23 millones de euros; como referencia la última temporada en Primera había un coste salarial deportivo de 30,8 millones, algo inasumible entonces, y menos ahora. Con el resto solo habría dos partidas a subir, una y de manera notable la dedicada a la cantera, y otra para la profesionalización de la gestión de la sociedad.
Son números en el aire, como también en el aire está la posible asunción por la LFP de la deuda pública de los clubes de fútbol a cambio de irla pagando en diez años con los derechos televisivos, esto último sería para celebrarlo en la Plaza Nueva.
Desde el punto de vista social, de imagen, etcétera, no creo que haya que decir nada, ya he dicho antes que con poco que se hiciera sería un mundo, pero, en este caso, la imagen casposa, ineducada, rancia de antes, ha desaparecido, y las comparecencias públicas de los representantes de este Consejo no tienen nada que ver con el reciente y ominoso pasado.
Y no solo en estos cien días han tenido que andar con una economía de guerra, una empresa en la que todo era una para locura, hasta para los mismos empleados, sino que en un negocio donde el que entre o no la pelotita es clave, cuando la pelotita no entró y llegó la crisis deportiva, se tuvo la suficiente cabeza y temple para superar la situación.
Además hay una circunstancia que hay gente que aún no comprende: Claro que muchos béticos coincidimos en un proyecto, en un modelo, en una idea que tenemos muy definida y expuesta públicamente del Betis que queremos de futuro, pero estamos lamentablemente en el momento en el que estamos. El Real Betis es una sociedad judicializada, porque con independencia de la administración concursal, la mayoría accionarial está en manos de una administración judicial que tiene unos mandatos concretos de la Sra. Juez, Sra. Juez que instruye una causa penal contra el máximo accionista promovida por un grupo numeroso de accionistas. La judicialización impide soluciones económicas tales como ampliaciones de capital, emisión de obligaciones; una reversión de la actual situación provocada por las medidas cautelares adoptadas, ahuyentan otras posibilidades de ingresos, como es lógico de entender.
No sabemos el tiempo que durará esta administración, pero va ineludiblemente unida a un proceso judicial del que aún queda mucho. Muchos de los que se han destacado en este proceso contra el imputado Sr. Lopera, son accionistas importantes, o profesionales béticos muy útiles, pero son parte activa en la querella y no pueden asumir en estos momentos responsabilidad alguna en una sociedad en la que el accionista mayoritario es representado por un administrador judicial que tiene, entre uno de sus cometidos, el de velar por los intereses del propietario de las acciones que representa. Además, como he dicho decenas de veces públicamente, no se puede dar la mínima excusa a la defensa de Lopera para poder utilizar el manido mensaje de que los que hemos actuado, lo que queremos es sentarnos en el Consejo. Peor aún es usar excusas tan burdas como la de estar en el Consejo para fiscalizar, ¿Fiscalizar a quién? ¿A un administrador que responde periódicamente ante el juez que lo nombró en una causa penal en la que tú eres parte?
Hay sitio en el Betis para el que quiere colaborar, y las puertas están abiertas, pero aquí hay algunos que, al parecer, juegan el papel del protagonista de aquella historia que contaba el gran Gila: “Estaban dos tipos pegándole una paliza a uno en la calle, me paré, y me dije ¿Me meto o no me meto? ¿Me meto o no me meto?, al final me metí y le dimos una entre los tres...”
Por todo ello unidad, unidad primero con el Consejo de Administración, 18 años cargando con presuntos delincuentes, y reputados impresentables, y ahora que hay un Consejo de béticos decentes, no son admisibles campañas de descrédito contra aquellos que han tenido el valor de hacerse cargo de una institución que ha sido saqueada, violentada, insultada, hundida durante tantos años.
Unidad porque judicialmente queda muchísimo, y no se ha ganado la guerra, solo algunas batallas, pero el enemigo es fuerte, tiene poder económico, y otros, que en estas historias son fundamentales, unidad de acción jurídica si es necesario porque la guerra será larga, dura y costosa.
Y unidad con la plantilla y los técnicos, si subimos será por ellos, en sus manos estamos, por eso ellos son los mejores, y nuestro apoyo no puede ni faltar ni dudarse. Todos sabemos que ese Betis de los Béticos por el que estamos peleando exige el ascenso deportivo inmediato.
Muchas veces he citado esta frase de un político norteamericano del siglo pasado: “Normalmente cuando las personas están tristes, no hacen nada, se limitan a llorar. Pero cuando esa tristeza se convierte en indignación, son capaces de hacer cambiar las cosas”.
Sigamos indignándonos, sigamos trabajando para hacer cambiar las cosas, soñemos con el Betis que queremos, llegará más temprano que tarde; estoy seguro que con la unidad y el trabajo de todos, lo conseguiremos.
Hoy, cien días después del 13 de Diciembre de 2.010, más que nunca: VIVA EL BETIS LIBRE.
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