http://www.betisweb.com/poker/?p=350
Así está acabando el Betis... Es normal que me lo desmientan muchos béticos enrocados en la idea de que todo se hace bien y al mismo tiempo con loas y gracias por devolvernos a primera. Pero lo cierto es que el Betis está como un solar, abandonado a su suerte en muchos aspectos. Los béticos hemos sacado de nuestras alforjas todas las miserias para escupírnolas a la cara. Nos insultamos, nos enfrentamos, queremos o no ver la realidad pero ésta sí que nos radiografía a nosotros. Y expone todo lo que somos, negativo y positivo. No nos ha gustado nunca lavar los trapos sucios fuera de casa, pero cuando la casa está cerrada a cal y canto para sus propios inquilinos o se actúa con responsabilidad o se deja que la casa siga llenándose de escombros.
Mirándonos desde la perspectiva del poco tiempo pasado, la realidad se vuelve más enconada. Quien se siente engañado se revuelve como un poseso, el que sintiéndose engañado piensa que da igual casi que lo mismo, el que no es ni lo uno ni lo otro (o sea, que no quiere estar engañado ni todo lo contrario) suele evolucionar de manera muy dispar... Pero todos somos béticos y si hablamos, comentamos, aportamos, decimos o incluso insultamos es porque creemos que queremos al Betis.
Entiendo una cosa con claridad meridiana, y es que yo no soy el más capaz, que no tengo la verdad absoluta y menos todavía la puedo imponer acallando, engañando, insultando o censurando. Es una tentación hacerlo y luchar contra esa tentación es algo más duro que la facilidad con la que se podría engañar, insultar, censurar o imponer callando. Y la lucha por traspasar primero las propias debilidades son las que hacen que después pueda pensar que mis argumentos tienen más peso y que mi forma de defenderlos no deben caer nunca en esas mismas debilidades.
Quisiera eso del Betis??? Pues sí, a mí me repugna que se hable como del café con leche de maletines, de insinuaciones conspirativas, a favor o en contra, de béticos asustados, incluso de juicios con el Betis como telón de fondo. Pero... se habla, y existen... Existe la presunción de inocencia, existen los derechos de los accionistas, por existir existen incluso las inexistentes ventas y ofertas de ese paquete mayoritario que ha menguado en los últimos años.
No voy a ser ignorante de saber que según quien me lea leerá estas líneas bajo un prisma diferente, y por ello tampoco me voy a esconder en la escritura facilona del "esto es el Betis y siempre ha sido así"... Sería hacerle flaco favor al Betis. Un Betis que como idea es mucho más atormentada que como escenario. Como escenario, con la platea bien situada, gusta de figurar a mucha gente, no nos engañemos. Pero como idea, sólo de intentar imaginarla e imaginarla con proyección histórica, de pasado, presente y futuro, no está al alcance de todo el mundo, y menos de mí.
Pero estamos como un solar... Por un lado béticos cada vez más convencidos de nada (somos mayoría) y por otro un conjunto de fuerzas siempre predominantes y con el poder de hacer y decidir que parecen hacer oidos sordos a los béticos a no ser sólo para escuchar alagos y vítores... Y siempre hay alguien que los hará, ya sea por propia iniciativa, por ignorancia, por "arte" o porque por naturaleza las personas somos así. Y la amarga realidad, cuando nos la muestran, huele mal y queremos eliminar, curiosamente, al mensajero, no a la propia realidad. Ésta, escondida debajo de la alfombra tirada en el solar puede seguir ahí un día más, y después otro día más y así... así hasta que el olor nauseabundo nos haga vomitar de nuevo todo lo que tengamos de malos los béticos.
Ojalá, sí, ojalá el Betis suba a primera. Ojalá. Ojalá las súplicas, las ilusiones, las ganas, las mil y una formas de ser y sentir ese Betis centenario echen de nuevo raices fuertes en el solar. Para ello el encargado debe ser consciente de que sólo es un encargado de hacerlo y que no es el dueño de esa parcela, sino garante de una situación histórica. Una situación histórica que conlleva una responsabilidad tan grande como sacrificio. Pues es la historia y no la caja registradora la que acaba poniendo en su sitio al hombre u hombres que escojen esa responsabilidad. El resto, dueños o no del solar, somos elegidos para ser béticos, somos tocados por algo especial que nos marcará toda la vida hasta que pasemos a través de esa puerta mágica del Villamarín, a las gradas del cuarto anillo.
Puede que no sean tiempos de tender puentes, pero tampoco lo son de cerrar puertas. Y hay muchas puertas cerradas en este Betis, desde las de nuestros corazones hasta las más ajadas de la parte "noble" del Villamarín (perdonen que le llame al Villamarín Villamarín, pero es lo que me pide el cuerpo).
Lo dicho, ojalá volvamos a primera, pero esa primera división sólo será el marco de un cuadro en el que todos somos parte y que muestra lo que es el Betis. La primera o la segunda sólo es el marco para que nos veamos a nosotros mismos, no es la grandeza, ni es el propio Betis, es sólo cuatro listones en forma rectangular con más o menos brillo, el verdadero valor está en el lienzo.
Así está acabando el Betis... Es normal que me lo desmientan muchos béticos enrocados en la idea de que todo se hace bien y al mismo tiempo con loas y gracias por devolvernos a primera. Pero lo cierto es que el Betis está como un solar, abandonado a su suerte en muchos aspectos. Los béticos hemos sacado de nuestras alforjas todas las miserias para escupírnolas a la cara. Nos insultamos, nos enfrentamos, queremos o no ver la realidad pero ésta sí que nos radiografía a nosotros. Y expone todo lo que somos, negativo y positivo. No nos ha gustado nunca lavar los trapos sucios fuera de casa, pero cuando la casa está cerrada a cal y canto para sus propios inquilinos o se actúa con responsabilidad o se deja que la casa siga llenándose de escombros.
Mirándonos desde la perspectiva del poco tiempo pasado, la realidad se vuelve más enconada. Quien se siente engañado se revuelve como un poseso, el que sintiéndose engañado piensa que da igual casi que lo mismo, el que no es ni lo uno ni lo otro (o sea, que no quiere estar engañado ni todo lo contrario) suele evolucionar de manera muy dispar... Pero todos somos béticos y si hablamos, comentamos, aportamos, decimos o incluso insultamos es porque creemos que queremos al Betis.
Entiendo una cosa con claridad meridiana, y es que yo no soy el más capaz, que no tengo la verdad absoluta y menos todavía la puedo imponer acallando, engañando, insultando o censurando. Es una tentación hacerlo y luchar contra esa tentación es algo más duro que la facilidad con la que se podría engañar, insultar, censurar o imponer callando. Y la lucha por traspasar primero las propias debilidades son las que hacen que después pueda pensar que mis argumentos tienen más peso y que mi forma de defenderlos no deben caer nunca en esas mismas debilidades.
Quisiera eso del Betis??? Pues sí, a mí me repugna que se hable como del café con leche de maletines, de insinuaciones conspirativas, a favor o en contra, de béticos asustados, incluso de juicios con el Betis como telón de fondo. Pero... se habla, y existen... Existe la presunción de inocencia, existen los derechos de los accionistas, por existir existen incluso las inexistentes ventas y ofertas de ese paquete mayoritario que ha menguado en los últimos años.
No voy a ser ignorante de saber que según quien me lea leerá estas líneas bajo un prisma diferente, y por ello tampoco me voy a esconder en la escritura facilona del "esto es el Betis y siempre ha sido así"... Sería hacerle flaco favor al Betis. Un Betis que como idea es mucho más atormentada que como escenario. Como escenario, con la platea bien situada, gusta de figurar a mucha gente, no nos engañemos. Pero como idea, sólo de intentar imaginarla e imaginarla con proyección histórica, de pasado, presente y futuro, no está al alcance de todo el mundo, y menos de mí.
Pero estamos como un solar... Por un lado béticos cada vez más convencidos de nada (somos mayoría) y por otro un conjunto de fuerzas siempre predominantes y con el poder de hacer y decidir que parecen hacer oidos sordos a los béticos a no ser sólo para escuchar alagos y vítores... Y siempre hay alguien que los hará, ya sea por propia iniciativa, por ignorancia, por "arte" o porque por naturaleza las personas somos así. Y la amarga realidad, cuando nos la muestran, huele mal y queremos eliminar, curiosamente, al mensajero, no a la propia realidad. Ésta, escondida debajo de la alfombra tirada en el solar puede seguir ahí un día más, y después otro día más y así... así hasta que el olor nauseabundo nos haga vomitar de nuevo todo lo que tengamos de malos los béticos.
Ojalá, sí, ojalá el Betis suba a primera. Ojalá. Ojalá las súplicas, las ilusiones, las ganas, las mil y una formas de ser y sentir ese Betis centenario echen de nuevo raices fuertes en el solar. Para ello el encargado debe ser consciente de que sólo es un encargado de hacerlo y que no es el dueño de esa parcela, sino garante de una situación histórica. Una situación histórica que conlleva una responsabilidad tan grande como sacrificio. Pues es la historia y no la caja registradora la que acaba poniendo en su sitio al hombre u hombres que escojen esa responsabilidad. El resto, dueños o no del solar, somos elegidos para ser béticos, somos tocados por algo especial que nos marcará toda la vida hasta que pasemos a través de esa puerta mágica del Villamarín, a las gradas del cuarto anillo.
Puede que no sean tiempos de tender puentes, pero tampoco lo son de cerrar puertas. Y hay muchas puertas cerradas en este Betis, desde las de nuestros corazones hasta las más ajadas de la parte "noble" del Villamarín (perdonen que le llame al Villamarín Villamarín, pero es lo que me pide el cuerpo).
Lo dicho, ojalá volvamos a primera, pero esa primera división sólo será el marco de un cuadro en el que todos somos parte y que muestra lo que es el Betis. La primera o la segunda sólo es el marco para que nos veamos a nosotros mismos, no es la grandeza, ni es el propio Betis, es sólo cuatro listones en forma rectangular con más o menos brillo, el verdadero valor está en el lienzo.
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