Diecisiete años hace que es máximo mandatario de la Entidad llamada Real Betis Balompié S.A.D. Diecisiete años en los que ha hecho y deshecho a su antojo, sin contar con el Beticismo para nada, sin consultar jamás, sin informar en la mayoría de las ocasiones de lo que se cuece en el club y mintiendo en gran parte de las mismas para favorecer sus intereses económicos y personales y no los intereses del Betis y de los/as Béticos/as.
Según la Unidad de Delitos Económicos de la Guardia Civil que investiga el caso, según los funcionarios de la Agencia Tributaria que analiza la documentación pertinente y según los Autos de la Jueza Mercedes Alaya, al parecer, hay indicios más que evidentes de irregularidades en la gestión, indicios más que probables de desvío de capital a empresas parásitas, e incluso, indicios muy posibles de la falsa compra de acciones en Junio de 1992 por parte del Consejero Delegado, que podría ser que, no solo no pusiera un duro, sino que además se lo quitara a las arcas del club para comprar sus propias acciones. Todo ello, a día de hoy, presuntamente, pues las diligencias judiciales siguen abiertas para lo bueno y para lo malo.
Actualmente, pocos son ya los que defienden lo indefendible y muchos menos los que lo defienden de corazón, pues los más están pagados o cobran de alguna forma por ello. Esperemos que dentro de poco, ojalá, ya no haya nada más que defender.
Pero hoy no quiero hablar del amo, sino de los lacayos. Hoy no voy a hablar del cacique sino de los vasallos. Hoy no hablaré del tirano sino de sus seguidores. Hoy no escribiré del máximo culpable sino de los culpables secundarios, de los llamados cómplices necesarios.
Cómplices necesarios para levantar una trama no solo financiera y mercantil, sino social, económica y personal en torno a sí mismo. Una trama para confundir los intereses del Betis y del Beticismo con los suyos, saliendo estos últimos siempre triunfadores. Esos cómplices son culpables imprescindibles y fundamentales en esta sórdida telaraña.
El Consejo de Administración en pleno, por supuesto, como “colaboradores” y “asesores” del máximo “dirigente”. Algunos permanecen agarrados a su cargo contra viento y marea, otros han llegado después, y unos pocos han entrado y salido en varias ocasiones. Ninguno de ellos podrá decir nunca que no sabe lo que ocurre, ni lo que ocurrió porque sin ellos, sin sus firmas, no podrían suceder los desmanes que cotidianamente revuelven las entrañas de la entidad.
Secretario Técnico y Jefe de Comunicación del club; ambos soportan cual muñeco de feria los bolazos, los tartazos, de los medios de comunicación y del aficionado Bético. Ambos se muestran cómodos en su posición de parapeto al amo, a ninguno de los dos le tiemblan las piernas ni la conciencia al acaparar la atención y la culpa de su señor. Ambos no eran nadie en sus respectivas profesiones hasta que, por una buena suma de dinero, se vendieron al mejor postor y a las peores intenciones.
Actores a sueldo; malos actores en realidad que, ocasionalmente, aparecen y desaparecen cual marionetas cuyos hilos mueven allá en las oficinas de INCECOSA para escenificar falsas ofertas por las acciones de la mayoritaria, para jurar y perjurar, sobretodo perjurar, que la venta es seria y real. Llámese Bsport, jeque árabe, empresario brasileño, libanés, canadiense, Castel y un largo etcétera para decorar y dramatizar una de las más grandes y continuas mentiras del régimen.
Anónimos a sueldo; quizás no tan desconocidos como puede pensarse, pero que desde el anonimato de internet, sobretodo, defienden las teorías y las falsas realidades del cacique. Gente que con cultura, los menos, y sin ella, los más, repiten una y otra vez las mismas mentiras esperando que se vuelvan verdad, o bien que algún incauto las crea a fuerza de oírlas mil veces. Mercenarios a sueldo de una forma u otra que se dedican a descalificar sin un solo argumento racional a todo aquel que ose discutir, denunciar o criticar los tejemanejes, los desmanes, las mentiras y las fechorías del tirano.
Todos ellos usan las mismas frases, los mismos motivos, que no argumentos, porque todos ellos no hacen más que seguir el guión que les marca su señor.
Todos ellos son culpables por sí mismos, pero sobretodo culpables de perpetuar al máximo culpable, por ello y sin duda, son...
Cómplices necesarios.
Viva el Betis Manque Pierda y... Manque Lopera.
Según la Unidad de Delitos Económicos de la Guardia Civil que investiga el caso, según los funcionarios de la Agencia Tributaria que analiza la documentación pertinente y según los Autos de la Jueza Mercedes Alaya, al parecer, hay indicios más que evidentes de irregularidades en la gestión, indicios más que probables de desvío de capital a empresas parásitas, e incluso, indicios muy posibles de la falsa compra de acciones en Junio de 1992 por parte del Consejero Delegado, que podría ser que, no solo no pusiera un duro, sino que además se lo quitara a las arcas del club para comprar sus propias acciones. Todo ello, a día de hoy, presuntamente, pues las diligencias judiciales siguen abiertas para lo bueno y para lo malo.
Actualmente, pocos son ya los que defienden lo indefendible y muchos menos los que lo defienden de corazón, pues los más están pagados o cobran de alguna forma por ello. Esperemos que dentro de poco, ojalá, ya no haya nada más que defender.
Pero hoy no quiero hablar del amo, sino de los lacayos. Hoy no voy a hablar del cacique sino de los vasallos. Hoy no hablaré del tirano sino de sus seguidores. Hoy no escribiré del máximo culpable sino de los culpables secundarios, de los llamados cómplices necesarios.
Cómplices necesarios para levantar una trama no solo financiera y mercantil, sino social, económica y personal en torno a sí mismo. Una trama para confundir los intereses del Betis y del Beticismo con los suyos, saliendo estos últimos siempre triunfadores. Esos cómplices son culpables imprescindibles y fundamentales en esta sórdida telaraña.
El Consejo de Administración en pleno, por supuesto, como “colaboradores” y “asesores” del máximo “dirigente”. Algunos permanecen agarrados a su cargo contra viento y marea, otros han llegado después, y unos pocos han entrado y salido en varias ocasiones. Ninguno de ellos podrá decir nunca que no sabe lo que ocurre, ni lo que ocurrió porque sin ellos, sin sus firmas, no podrían suceder los desmanes que cotidianamente revuelven las entrañas de la entidad.
Secretario Técnico y Jefe de Comunicación del club; ambos soportan cual muñeco de feria los bolazos, los tartazos, de los medios de comunicación y del aficionado Bético. Ambos se muestran cómodos en su posición de parapeto al amo, a ninguno de los dos le tiemblan las piernas ni la conciencia al acaparar la atención y la culpa de su señor. Ambos no eran nadie en sus respectivas profesiones hasta que, por una buena suma de dinero, se vendieron al mejor postor y a las peores intenciones.
Actores a sueldo; malos actores en realidad que, ocasionalmente, aparecen y desaparecen cual marionetas cuyos hilos mueven allá en las oficinas de INCECOSA para escenificar falsas ofertas por las acciones de la mayoritaria, para jurar y perjurar, sobretodo perjurar, que la venta es seria y real. Llámese Bsport, jeque árabe, empresario brasileño, libanés, canadiense, Castel y un largo etcétera para decorar y dramatizar una de las más grandes y continuas mentiras del régimen.
Anónimos a sueldo; quizás no tan desconocidos como puede pensarse, pero que desde el anonimato de internet, sobretodo, defienden las teorías y las falsas realidades del cacique. Gente que con cultura, los menos, y sin ella, los más, repiten una y otra vez las mismas mentiras esperando que se vuelvan verdad, o bien que algún incauto las crea a fuerza de oírlas mil veces. Mercenarios a sueldo de una forma u otra que se dedican a descalificar sin un solo argumento racional a todo aquel que ose discutir, denunciar o criticar los tejemanejes, los desmanes, las mentiras y las fechorías del tirano.
Todos ellos usan las mismas frases, los mismos motivos, que no argumentos, porque todos ellos no hacen más que seguir el guión que les marca su señor.
Todos ellos son culpables por sí mismos, pero sobretodo culpables de perpetuar al máximo culpable, por ello y sin duda, son...
Cómplices necesarios.
Viva el Betis Manque Pierda y... Manque Lopera.
Comentario