Los bienintencionados intentos por “democratizar” el Betis pueden quedar en un cambio de mayoritaria. En el ostracismo desde un malhadado brindis con champaña que terminó con sus posibilidades de comprar el paquete de Lopera, Luis Castel ha vuelto a la carga… o eso dicen. Que el club de Heliópolis es objeto de un asalto político, lo sabe hasta el más ingenuo de los sevillanos; y que el citado empresario es uno de los nuevos niños mimados del PSOE, también. El inefable Blas Ballesteros siempre anduvo a su sombra, seguro que con malas intenciones porque el personaje es incapaz de pensar nada bueno. Ahora, un alto cargo del Ayuntamiento y bético reconocido como el Delegado de Urbanismo Gómez de Celis (tórpido protagonista del estúpido episodio de las camisetas con la leyenda “lo ciento”) se fotografía con él y se encarga de que la imagen llegue a todos los medios. El medio elegido para filtrar su segunda oferta, primero, y después asegurar que ya dispone de los avales necesarios para ejecutar la compra ha sido la altamente intervenida televisión municipal. De momento, a Castel le viene bien que se hable de él, porque le encanta, y a Lopera le viene bien marear (más) la perdiz. Y ya hablaremos de lo que ciertos políticos entienden por “democratizar”.
muchodeporte
PD: menos mal que aún queda gente con dos dedos de frente
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