Dos años y una historia del Betis que no va a gustar a nadie.
Cogiendo prestado el título de un gran libro de Eslava Galán que a su vez le cogió el título de su buen amigo Pérez Reverte, hace ya dos años cuando un 13 de abril de 2006 unos cuantos béticos decidieron crear la Asociación Por Nuestro Betis.
Desde entonces han pasado muchas cosas, muchísimas. Y acogiéndome al título hemos podido vivir una historia del Betis que no va a gustar a nadie. Porque para quienes la fueron elaborando les temblaba el pulso en el empeño, para quienes no la conocían les tembló el alma, para quienes no la conocían y querían nunca haberla conocido les trastocó los papeles y quienes la conocían de antemano les cambió las formas.
En dos años unos cuantos béticos tradujeron lo que nunca parecía que nadie se atrevería, los números a hechos, las cifras a acontecimientos, y todo con una meridiana claridad todavía a la espera de supuestas y presuntas amenazas de pleitos.
Han caido mitos importantes, cortinas muy pesadas han hecho mucho ruido en el descenso. Han desaparecido gallinas y sus webos de oro, lo que parecía dogma de fe se ha suavizado o incluso triturado por el peso de las pruebas. Y esto no ha gustado a nadie, porque a nadie le gusta que estas cosas hayan pasado en casa, porque a nadie le gusta que le digan que sus creencias sólidas estaban ancladas en un barro muy sucio. Porque a muchos béticos les cuesta creer que hay mentiras y a otros les cuesta creer qué hay de verdad. No hay términos medios porque incluso los que en el medio se creen se engañan.
Y todo después de dos años, dos años ya, en los que unos béticos decidieron que las verdades tenían que ser verdades, que no valía cualquier cosa para hacernos creer que la nave verdiblanca estaba bien comandada y, sobre todo, que el escudo del Betis nunca debió estar tras otra cosa que no fuese la doble B enlazada. Quizá en eso no gustó que simples béticos, sin pretensiones y sin otra gana de hacer que hacer las cosas bien completaran sus ánimos en el campo con su celo para con el Betis. Eso nunca gustó a algunos, pero tranquilizó a muchos. Los tranquilizó porque les dio la oportunidad de saber, de saber de su Betis por encima de unas mentiras vergonzantes que han dado paso a, por lo menos, un cuidado en las formas para no seguir en la senda que ningún bético quiere.
¿Mejorar? Se puede mejorar mucho, muchísimo. Y PNB es consciente de que puede aportar en esa mejora, no es una asociación nacida para destruir, sino para ayudar a mejorar al Betis y a los béticos, y bien que ha dado pruebas de ello, aunque nos haya enseñado una historia del Betis que no va a gustar a nadie.
http://www._pornuestrobetis_.com/
Comentario