«Tras ver el cariño de los béticos, no sería capaz de jugar en el Sevilla» Escrito por Mateo González viernes, 06 de febrero de 2009
[LEFT][LEFT]El delantero se muestra muy optimista[/LEFT]
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Llega con tanta ilusión que quiere contagiársela a sus compañeros para que remonten el vuelo. Se ha encontrado con una afición entregada que le ha hecho ver algo que no sabía: su importancia para la grada. Quiere comenzar a responder en el derbi. Hablamos de Ricardo Oliveira, quien en una entrevista a ABC de Sevilla se muestra muy optimista y deja claro que nunca jugará en el eterno rival
—Ha dicho varias veces que llega a su casa y ahora piensa que es para quedarse.
—Es cierto. Ésa es la ilusión con la que vengo. Cada vez que tenía un descanso en el Zaragoza e incluso en el Milan, venía a Sevilla y por eso considero este lugar mi casa. También por el clima, por la gente, por los amigos que tengo aquí. Cuando me surgió la oportunidad de regresar al Betis, no me lo pensé dos veces. Hablé con mi señora y le dije que tenía posibilidades de venir y ella se puso muy contenta por el pasado que tenemos aquí. Tenemos un cariño muy especial a esta tierra porque tenemos una hija sevillana. Es que Sevilla es mi casa. Además, aquí tengo los mejores recuerdos deportivos de mi carrera y mi ilusión es repetir lo que hice en mi primera etapa. Es lo que quiero, y si puedo transmitirlo a mis compañeros, lo haré, porque este club es muy grande, esta afición es muy especial y tenemos que darle una alegría a esta gente, porque ellos sí que se lo merecen. Este club no debe estar donde se mueve ahora.
—Hasta el vestuario ha notado que usted llega muy motivado...
—Es lo que he venido a hacer aquí. Soy amigo de todos ya que, afortunadamente y gracias a Dios, en todos los vestuarios por los que pasé nunca he tenido problemas. Aquí me encuentro compañeros del pasado y otros nuevos y a todos les he dicho que vengo a sumar, a disfrutar con ellos, pero también a sufrir, porque en el fútbol lo primero es lo que pasa dentro del campo. Hay que sufrir para ganar un partido y luego se disfruta ganando. Vengo a transmitir ilusión porque la perdí un poco en Zaragoza en el aspecto deportivo ya que las cosas no salían bien a pesar de que nos esforzábamos. Vengo a jugar de nuevo en Primera y quiero explicarles a mis compañeros que yo ya he probado lo bueno y lo malo, ya que en el Zaragoza bajé a Segunda después de marcar 18 goles que no sirvieron para nada. En el vestuario les he dicho a todos que lo he probado todo y lo malo no quiero repetirlo, así que vamos a sacar adelante esto porque tenemos plantilla y si apretamos un poco más el equipo saldrá. Es lo que vengo a transmitir y no se quedará en las palabras. En el campo me voy a hartar de correr. Si mis compañeros me tienen que echar la bronca y pegarme un grito, lo aceptaré perfectamente. Vengo a pelear por todo y creo que podemos sacar adelante esto porque hay buen ambiente y me he encontrado muy buenos jugadores.
—¿Ve si ha calado este mensaje?
—Espero que me hagan caso. No vengo sólo para hablar, lo que digo es fruto de mi experiencia. Lo he pasado mal y sé qué es pasarlo bien y prefiero esto último. Sé que la gente está sufriendo un montón en este equipo y por eso dije que me va a tocar pasarlo mal. Espero que mis compañeros no tomen mi llegada como la de alguien que viene a revolucionar esto, que entiendan el mensaje que quiero transmitirles porque será bueno para todos. Somos un equipo de fútbol y esto no depende de uno solo, sino de todos. Dependemos de nuestra afición, de la directiva y de todos los del vestuario para hacer fuerza positiva y que dentro del campo entendamos que estamos en un club muy grande y que somos muy buenos.
—Pues el primer partido para demostrarlo es el derbi...
—Estoy segurísimo de que puede ser un partido clave para nuestra temporada. Ya he jugado este derbi, sé cómo se vive aquí y sé lo que es anímicamente jugar este partido. Si vamos a este campo creyendo y siendo conscientes de que somos capaces de ganarle al Sevilla, respetándoles, y les ganamos con buen fútbol, intenso y con confianza, estoy seguro de que esto va a cambiar.
—¿Qué plantilla es mejor, la de 2005 o la actual?
—La que tenemos ahora es superior. Lo es futbolísticamente y puedo decir que me he encontrado un gran ambiente y muy buenos jugadores. En 2005 teníamos también muy buen ambiente, pero los futbolistas no pueden compararse con esta plantilla, que es buenísima. Aquí hay una calidad tremenda. Si juntamos eso a capacidad de sufrimiento, podemos sacar esto adelante.
—Pues, entonces, se marcarán objetivos ambiciosos, ¿no?
—Vamos a ir paso a paso, poquito a poco. Ya veremos dónde podemos llegar. Si salimos con la mentalidad de que podemos hacer las cosas mucho mejor y que podemos ganarle al Sevilla, esto va a cambiar. Hemos visto jugar muy bien al Betis, pero está claro que hemos pegado un bajón a nivel colectivo. Si volvemos al camino de capacidad de sufrimiento y superación, lo conseguiremos.
—¿Qué le parece el Sevilla?
—Tiene muy buenos futbolistas. Ese equipo ha hecho historia con unos jugadores que mantiene y que llevan muchos años en este club. Lo han hecho y lo están haciendo bastante bien. Será un partido complicado. Sé que ellos estarán confiados, sobre todo después de haber ganado el partido de Copa porque venían de dos derrotas consecutivas en la Liga. Comparando a las plantillas no los veo superiores a nosotros, de ninguna manera.
—Se le ha preguntado mucho por la posibilidad de haber fichado por el Sevilla...
—Sólo fueron rumores.
—Pero, si realmente el Sevilla hubiera tocado a su puerta, ¿hubiera jugado allí o el sentimiento bético que ahora señala se lo hubiera impedido?
—Te respondo por lo que siento ahora mismo y te digo que no sería capaz. En otro momento he dicho que yo soy un profesional del fútbol y uno tiene que serlo siempre, pero ahora ya hablo de sentimientos, con el corazón. Tras llegar aquí y ver el cariño de esta gente conmigo en estos días, le digo que no sería capaz de jugar en el Sevilla. Yo no tenía ni idea, ni la más mínima noción, de lo que yo representaba para esta afición y nada más llegar y ver este cariño, con la gente viniendo al entrenamiento a verme y la ilusión y confianza que la gente tiene en mí, pues sé que no sería capaz de irme allí.
—¿Tanto le ha llegado?
—Es que le hablo desde el sentimiento. Yo represento mucho para esta gente. Si en otra ocasión hubiera aceptado una propuesta para venir al Sevilla iba a hacer sufrir a esta gente. Hablo de hoy porque ya sé lo que represento para este club, pero hasta ahora no lo sabía.
—Seguro que se dio cuenta de ello en la durísima semana en la que estaba en Zaragoza esperando que se decidiera su fichaje, ¿verdad?
—Sí. Yo seguía los foros de Internet y me llegaba todo. Buscaba todo tipo de información sobre el Betis y leía la Prensa de Sevilla. Lo vi todo y por eso llegó un punto en el que yo dije que o me iba al Betis o no iba a ningún otro lado. Y llegaron propuestas de unos cuantos clubes que financieramente eran muy superiores, pero mi felicidad está en mi familia y en la alegría que yo tengo para jugar al fútbol. Cuando me llegó este cariño de la gente, lo tuve claro. Antes no tenía ni idea de lo que representaba y ahí lo supe: o me iba al Betis o nada.
—En su presentación pidió disculpas porque se había equivocado en su salida. ¿Por qué se marchó del Betis?
—Yo tenía 25 años y tuvimos problemas aquí. Aquellos problemas no fueron por culpa de Lopera. He tenido gente a mi lado que quizás me dijeron cosas que no eran verdad y yo les hice caso. Entonces, por no tener idea de lo que estaba pasando, me arrastraron, me aconsejaron mal y me dijeron cosas que no eran verdad. Metí la pata. Hice cosas malas y luego me di cuenta. A mí no me gusta pelearme con nadie, sea por lo que sea. Puedo estar triste por cosas que ocurren, pero no me gusta pelearme con nadie porque yo tengo un carácter diferente y lo pasé muy mal. Lo primero que hice al coger el teléfono y llamar a don Manuel fue decirle «le pido perdón sea por lo que sea y no hay ningún rencor por mi parte. Me da igual si acabo yendo al Betis o no, pero sólo quería que supiera esto».
—Incluso en aquel verano de 2006 se le notaba cambiado...
—Es que no era el verdadero Ricardo, yo no soy así. Por desgracia me pasó esto. Como hombre y como ser humano me equivoqué, pero más aún como humano reconocí mi error y creo que eso es importante. No voy a ser orgulloso y esconderme. Si mañana tengo que volver a pedir perdón, lo haré. Como lo hice con don Manuel y como hago ahora con la afición del Betis.
—Seguro que fuera de Sevilla se encontró con muchos béticos que le pedían que volviera.
—En Zaragoza, el año pasado, antes de jugar contra el Betis, una peña me dio una placa como mejor jugador de la 2004-05 y me decían «vuelve al Betis», «tienes que regresar a tu casa». Y yo les respondí: «Si un día tengo oportunidad de volver, lo haré. Si me lo permiten, no me lo pensaría dos veces». Mire cómo es la vida que ya estoy por aquí. Allá por donde fui siempre encontré béticos que me decían que volviera al Betis y que me querían mucho. Uff, eso llega. Lo que quiero es sentirme querido y ser feliz. Aquí lo soy. Sé que he acertado plenamente al volver. Noto la ilusión por la calle y el martes, tras el entrenamiento, los aficionados me decían «vaya cómo estás, se te nota que estás contento», «bienvenido, muchas gracias por volver». Y les contestaba que soy yo el que tiene que estar agradecido a todo el mundo porque me han abierto las puertas nuevamente. Esto me llega y quiero que mis compañeros cojan este mensaje.
pues la mejor manera es marcando goles,y dejemos las palabritas en el campo.
menos peloteo.
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Llega con tanta ilusión que quiere contagiársela a sus compañeros para que remonten el vuelo. Se ha encontrado con una afición entregada que le ha hecho ver algo que no sabía: su importancia para la grada. Quiere comenzar a responder en el derbi. Hablamos de Ricardo Oliveira, quien en una entrevista a ABC de Sevilla se muestra muy optimista y deja claro que nunca jugará en el eterno rival
—Ha dicho varias veces que llega a su casa y ahora piensa que es para quedarse.
—Es cierto. Ésa es la ilusión con la que vengo. Cada vez que tenía un descanso en el Zaragoza e incluso en el Milan, venía a Sevilla y por eso considero este lugar mi casa. También por el clima, por la gente, por los amigos que tengo aquí. Cuando me surgió la oportunidad de regresar al Betis, no me lo pensé dos veces. Hablé con mi señora y le dije que tenía posibilidades de venir y ella se puso muy contenta por el pasado que tenemos aquí. Tenemos un cariño muy especial a esta tierra porque tenemos una hija sevillana. Es que Sevilla es mi casa. Además, aquí tengo los mejores recuerdos deportivos de mi carrera y mi ilusión es repetir lo que hice en mi primera etapa. Es lo que quiero, y si puedo transmitirlo a mis compañeros, lo haré, porque este club es muy grande, esta afición es muy especial y tenemos que darle una alegría a esta gente, porque ellos sí que se lo merecen. Este club no debe estar donde se mueve ahora.
—Hasta el vestuario ha notado que usted llega muy motivado...
—Es lo que he venido a hacer aquí. Soy amigo de todos ya que, afortunadamente y gracias a Dios, en todos los vestuarios por los que pasé nunca he tenido problemas. Aquí me encuentro compañeros del pasado y otros nuevos y a todos les he dicho que vengo a sumar, a disfrutar con ellos, pero también a sufrir, porque en el fútbol lo primero es lo que pasa dentro del campo. Hay que sufrir para ganar un partido y luego se disfruta ganando. Vengo a transmitir ilusión porque la perdí un poco en Zaragoza en el aspecto deportivo ya que las cosas no salían bien a pesar de que nos esforzábamos. Vengo a jugar de nuevo en Primera y quiero explicarles a mis compañeros que yo ya he probado lo bueno y lo malo, ya que en el Zaragoza bajé a Segunda después de marcar 18 goles que no sirvieron para nada. En el vestuario les he dicho a todos que lo he probado todo y lo malo no quiero repetirlo, así que vamos a sacar adelante esto porque tenemos plantilla y si apretamos un poco más el equipo saldrá. Es lo que vengo a transmitir y no se quedará en las palabras. En el campo me voy a hartar de correr. Si mis compañeros me tienen que echar la bronca y pegarme un grito, lo aceptaré perfectamente. Vengo a pelear por todo y creo que podemos sacar adelante esto porque hay buen ambiente y me he encontrado muy buenos jugadores.
—¿Ve si ha calado este mensaje?
—Espero que me hagan caso. No vengo sólo para hablar, lo que digo es fruto de mi experiencia. Lo he pasado mal y sé qué es pasarlo bien y prefiero esto último. Sé que la gente está sufriendo un montón en este equipo y por eso dije que me va a tocar pasarlo mal. Espero que mis compañeros no tomen mi llegada como la de alguien que viene a revolucionar esto, que entiendan el mensaje que quiero transmitirles porque será bueno para todos. Somos un equipo de fútbol y esto no depende de uno solo, sino de todos. Dependemos de nuestra afición, de la directiva y de todos los del vestuario para hacer fuerza positiva y que dentro del campo entendamos que estamos en un club muy grande y que somos muy buenos.
—Pues el primer partido para demostrarlo es el derbi...
—Estoy segurísimo de que puede ser un partido clave para nuestra temporada. Ya he jugado este derbi, sé cómo se vive aquí y sé lo que es anímicamente jugar este partido. Si vamos a este campo creyendo y siendo conscientes de que somos capaces de ganarle al Sevilla, respetándoles, y les ganamos con buen fútbol, intenso y con confianza, estoy seguro de que esto va a cambiar.
—¿Qué plantilla es mejor, la de 2005 o la actual?
—La que tenemos ahora es superior. Lo es futbolísticamente y puedo decir que me he encontrado un gran ambiente y muy buenos jugadores. En 2005 teníamos también muy buen ambiente, pero los futbolistas no pueden compararse con esta plantilla, que es buenísima. Aquí hay una calidad tremenda. Si juntamos eso a capacidad de sufrimiento, podemos sacar esto adelante.
—Pues, entonces, se marcarán objetivos ambiciosos, ¿no?
—Vamos a ir paso a paso, poquito a poco. Ya veremos dónde podemos llegar. Si salimos con la mentalidad de que podemos hacer las cosas mucho mejor y que podemos ganarle al Sevilla, esto va a cambiar. Hemos visto jugar muy bien al Betis, pero está claro que hemos pegado un bajón a nivel colectivo. Si volvemos al camino de capacidad de sufrimiento y superación, lo conseguiremos.
—¿Qué le parece el Sevilla?
—Tiene muy buenos futbolistas. Ese equipo ha hecho historia con unos jugadores que mantiene y que llevan muchos años en este club. Lo han hecho y lo están haciendo bastante bien. Será un partido complicado. Sé que ellos estarán confiados, sobre todo después de haber ganado el partido de Copa porque venían de dos derrotas consecutivas en la Liga. Comparando a las plantillas no los veo superiores a nosotros, de ninguna manera.
—Se le ha preguntado mucho por la posibilidad de haber fichado por el Sevilla...
—Sólo fueron rumores.
—Pero, si realmente el Sevilla hubiera tocado a su puerta, ¿hubiera jugado allí o el sentimiento bético que ahora señala se lo hubiera impedido?
—Te respondo por lo que siento ahora mismo y te digo que no sería capaz. En otro momento he dicho que yo soy un profesional del fútbol y uno tiene que serlo siempre, pero ahora ya hablo de sentimientos, con el corazón. Tras llegar aquí y ver el cariño de esta gente conmigo en estos días, le digo que no sería capaz de jugar en el Sevilla. Yo no tenía ni idea, ni la más mínima noción, de lo que yo representaba para esta afición y nada más llegar y ver este cariño, con la gente viniendo al entrenamiento a verme y la ilusión y confianza que la gente tiene en mí, pues sé que no sería capaz de irme allí.
—¿Tanto le ha llegado?
—Es que le hablo desde el sentimiento. Yo represento mucho para esta gente. Si en otra ocasión hubiera aceptado una propuesta para venir al Sevilla iba a hacer sufrir a esta gente. Hablo de hoy porque ya sé lo que represento para este club, pero hasta ahora no lo sabía.
—Seguro que se dio cuenta de ello en la durísima semana en la que estaba en Zaragoza esperando que se decidiera su fichaje, ¿verdad?
—Sí. Yo seguía los foros de Internet y me llegaba todo. Buscaba todo tipo de información sobre el Betis y leía la Prensa de Sevilla. Lo vi todo y por eso llegó un punto en el que yo dije que o me iba al Betis o no iba a ningún otro lado. Y llegaron propuestas de unos cuantos clubes que financieramente eran muy superiores, pero mi felicidad está en mi familia y en la alegría que yo tengo para jugar al fútbol. Cuando me llegó este cariño de la gente, lo tuve claro. Antes no tenía ni idea de lo que representaba y ahí lo supe: o me iba al Betis o nada.
—En su presentación pidió disculpas porque se había equivocado en su salida. ¿Por qué se marchó del Betis?
—Yo tenía 25 años y tuvimos problemas aquí. Aquellos problemas no fueron por culpa de Lopera. He tenido gente a mi lado que quizás me dijeron cosas que no eran verdad y yo les hice caso. Entonces, por no tener idea de lo que estaba pasando, me arrastraron, me aconsejaron mal y me dijeron cosas que no eran verdad. Metí la pata. Hice cosas malas y luego me di cuenta. A mí no me gusta pelearme con nadie, sea por lo que sea. Puedo estar triste por cosas que ocurren, pero no me gusta pelearme con nadie porque yo tengo un carácter diferente y lo pasé muy mal. Lo primero que hice al coger el teléfono y llamar a don Manuel fue decirle «le pido perdón sea por lo que sea y no hay ningún rencor por mi parte. Me da igual si acabo yendo al Betis o no, pero sólo quería que supiera esto».
—Incluso en aquel verano de 2006 se le notaba cambiado...
—Es que no era el verdadero Ricardo, yo no soy así. Por desgracia me pasó esto. Como hombre y como ser humano me equivoqué, pero más aún como humano reconocí mi error y creo que eso es importante. No voy a ser orgulloso y esconderme. Si mañana tengo que volver a pedir perdón, lo haré. Como lo hice con don Manuel y como hago ahora con la afición del Betis.
—Seguro que fuera de Sevilla se encontró con muchos béticos que le pedían que volviera.
—En Zaragoza, el año pasado, antes de jugar contra el Betis, una peña me dio una placa como mejor jugador de la 2004-05 y me decían «vuelve al Betis», «tienes que regresar a tu casa». Y yo les respondí: «Si un día tengo oportunidad de volver, lo haré. Si me lo permiten, no me lo pensaría dos veces». Mire cómo es la vida que ya estoy por aquí. Allá por donde fui siempre encontré béticos que me decían que volviera al Betis y que me querían mucho. Uff, eso llega. Lo que quiero es sentirme querido y ser feliz. Aquí lo soy. Sé que he acertado plenamente al volver. Noto la ilusión por la calle y el martes, tras el entrenamiento, los aficionados me decían «vaya cómo estás, se te nota que estás contento», «bienvenido, muchas gracias por volver». Y les contestaba que soy yo el que tiene que estar agradecido a todo el mundo porque me han abierto las puertas nuevamente. Esto me llega y quiero que mis compañeros cojan este mensaje.
pues la mejor manera es marcando goles,y dejemos las palabritas en el campo.
menos peloteo.
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