Ahora es tu momento, Betis. Ahora que llevamos 6 de 6, ahora que en lo deportivo hay un respiro profundo fruto del trabajo de muchas personas. Y por qué no decirlo, de que en el primer equipo se están haciendo las cosas con más cordura.
Pero Betis, ahora se demuestran también otras cosas. Ahora Betis, Ahora, es momento de recordar de que aquellos que querían un Betis mejor tenían razón, aquellos que inspiraron y trabajaron por no ser meros comparsas de una tragicomedia tenían razón, y también son Betis, de hecho, son Betis.
Ahora Betis, ahora. Ahora que las peñas despiertan despierta el equipo, que de tres en tres vienen los puntos pero de diez en diez no van las peñas. Ahora Betis, que las peñas te quieren ver ganar, y ganar, y ganar, pero también quieren que una pelotita no marque los sentimientos enterrándolos en las directrices machacantes de quien debiera garantizar nuestra felicidad, la felicidad bética.
Ahora Betis, ahora. Ahora quiero ver a los béticos más béticos que nunca, ahora quiero ver animar al equipo como nunca y defenderlo más que nunca. Que la inmensa alegría de ese Chaparro achaparrado que sonríe de oreja a oreja nos contagie nuestro corazoncito bético pero que no borre de nuestros recuerdos tanta sinrazón. Porque el Betis se sustenta en unos pilares que no son acciones, son un millón de corazones...
Ahora Betis, ahora. Ahora bético debemos dejar de ser egoistas y cuando nos tape en nuestro cómodo sitio la lluvia nos acordemos de los que se mojan, que cuando aguantemos como campeones las ganas de orinar nos acordemos de los que no pueden y tienen que aguantar el vómito en otras partes del campo. Que si estamos cómodamente sentados nos acordemos de los que, acobardados, tienen bandas de niñatos que se cuelan. Que si estamos hartos de estar hartos, lo compartamos y exijamos no lo que creemos, sino lo que nos hicieron creer.
Ahora Betis, ahora. Ahora es el momento de seguir exigiendo como se hace, como se sufre, como se siente. Porque ser peñista y quere hacer beticismo no es un crimen, ser accionista y buscar nuestras acciones no es un delito, ser asambleario y tener miedo no es una necesidad. Son ya muchos los béticos que hacen Betis con sus manos cuando eso parecía no estar bien visto, cuando creíamos a piés juntillas las cuatros verdades que pierden su roída pintura a pasos agigantados.
Ahora Betis, ahora. Ahora es momento de no celebrar con fiestas y fanfarrias lo que debe ser cotidiano, desde una triste web hasta un tepe en un triste campo de fútbol donde sus obras son mil veces reinaguradas y con poca luz abandonadas.
Ahora soy más optimista que nunca, porque el Betis se sacude de lo que nunca debió ser. Y porque creo firmemente que la afición no es sumisa y no es de tortilla y romería. Es una afición tan generosa que aquello que dió, que fue lo más grande que podía dar, todavía muchos no acaban de creérselo a quien se lo dió.
Ahora Betis, hoy, dormiré a gusto mis sueños verdiblancos, quizá no me vengan las pesadillas que durante tantísimo tiempo me acompañaron, pero hoy debe ser de nuevo otro comienzo, no para caer de nuevo en errores, sino para demostrarnos que el bético que exije no es ni destructor, ni barriobajero ni mal bético, sino todo lo contrario.
¿Pruebas? las que quieran y cuando quieran.
Buenas noches, buenísimas noches Betis.
Pero Betis, ahora se demuestran también otras cosas. Ahora Betis, Ahora, es momento de recordar de que aquellos que querían un Betis mejor tenían razón, aquellos que inspiraron y trabajaron por no ser meros comparsas de una tragicomedia tenían razón, y también son Betis, de hecho, son Betis.
Ahora Betis, ahora. Ahora que las peñas despiertan despierta el equipo, que de tres en tres vienen los puntos pero de diez en diez no van las peñas. Ahora Betis, que las peñas te quieren ver ganar, y ganar, y ganar, pero también quieren que una pelotita no marque los sentimientos enterrándolos en las directrices machacantes de quien debiera garantizar nuestra felicidad, la felicidad bética.
Ahora Betis, ahora. Ahora quiero ver a los béticos más béticos que nunca, ahora quiero ver animar al equipo como nunca y defenderlo más que nunca. Que la inmensa alegría de ese Chaparro achaparrado que sonríe de oreja a oreja nos contagie nuestro corazoncito bético pero que no borre de nuestros recuerdos tanta sinrazón. Porque el Betis se sustenta en unos pilares que no son acciones, son un millón de corazones...
Ahora Betis, ahora. Ahora bético debemos dejar de ser egoistas y cuando nos tape en nuestro cómodo sitio la lluvia nos acordemos de los que se mojan, que cuando aguantemos como campeones las ganas de orinar nos acordemos de los que no pueden y tienen que aguantar el vómito en otras partes del campo. Que si estamos cómodamente sentados nos acordemos de los que, acobardados, tienen bandas de niñatos que se cuelan. Que si estamos hartos de estar hartos, lo compartamos y exijamos no lo que creemos, sino lo que nos hicieron creer.
Ahora Betis, ahora. Ahora es el momento de seguir exigiendo como se hace, como se sufre, como se siente. Porque ser peñista y quere hacer beticismo no es un crimen, ser accionista y buscar nuestras acciones no es un delito, ser asambleario y tener miedo no es una necesidad. Son ya muchos los béticos que hacen Betis con sus manos cuando eso parecía no estar bien visto, cuando creíamos a piés juntillas las cuatros verdades que pierden su roída pintura a pasos agigantados.
Ahora Betis, ahora. Ahora es momento de no celebrar con fiestas y fanfarrias lo que debe ser cotidiano, desde una triste web hasta un tepe en un triste campo de fútbol donde sus obras son mil veces reinaguradas y con poca luz abandonadas.
Ahora soy más optimista que nunca, porque el Betis se sacude de lo que nunca debió ser. Y porque creo firmemente que la afición no es sumisa y no es de tortilla y romería. Es una afición tan generosa que aquello que dió, que fue lo más grande que podía dar, todavía muchos no acaban de creérselo a quien se lo dió.
Ahora Betis, hoy, dormiré a gusto mis sueños verdiblancos, quizá no me vengan las pesadillas que durante tantísimo tiempo me acompañaron, pero hoy debe ser de nuevo otro comienzo, no para caer de nuevo en errores, sino para demostrarnos que el bético que exije no es ni destructor, ni barriobajero ni mal bético, sino todo lo contrario.
¿Pruebas? las que quieran y cuando quieran.
Buenas noches, buenísimas noches Betis.
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