Un martes cualquiera de diciembre, con un sabor navideño inherente, se dan cita en Gijón dos equipos de fútbol en un choque con tintes algo difusos: la dilucidación de la eliminatoria de dieciseisavos de la Copa del Rey, para la cual los seguidores del Betis no saben a ciencia cierta qué suerte desear al equipo de sus amores. Y es que una de las semanas que determinarán el futuro más cercano de la entidad de La Palmera viene precedida por un esperpento más que sumar a la hoja de seguimiento de la temporada, éste se vio ante el que era colista de Primera División previo al duelo contra los verdiblancos, Las Palmas pintó la cara a los de Mel el pasado sábado y, aunque se llevaron el partido merced a un gol anotado en el último minuto del descuento, sacaron a relucir el grueso de las deficiencias de su rival.

Toca levantarse –por enésima ocasión-, el rigor de diciembre invita a que aparezca en escena la mejor versión del Betis a no ser que algunos quieran atragantarse entre tanto polvorón y comida familiar, elementos típicos de lo que se viene.

Ventaja engañosa. Tras la ida de esta ronda, que tuvo lugar hace dos semanas con un resultado de 2-0 final, más bien después del gol de Vargas como desenlace de la cita copera en el Villamarín, multitud de aficionados, acompañados por la mayoría de los medios de comunicación, coincidían en adivinar que el pase de ronda estaba a punto de cobrar realidad. Pero nada más lejos de la realidad, lo cierto es que las circunstancias han cambiado. El Betis, que parecía encontrar un tramo de estabilidad con pinceladas de un juego atractivo que ofrecía sus frutos, ha vuelto a las andadas; por su lado, el Sporting ha encadenado dos partidos más que dignos que se han resuelto de manera distinta pero que han espoleado los ánimos de los rojiblancos, a lo que se suma que la próxima jornada estarán exentos de competición doméstica –debido a la participación del Barcelona en el Mundial de Clubes-.

Como en la ida, puesta en marcha del plan B. Si la cita frente a los guajes del ‘Pitu’ Abelardo sirvió para seguir las evoluciones de los menos habituales, esta tarde-noche no será menos. Pepe Mel ha llamado a todos aquellos cuyas apariciones en liga son testimoniales, los cuales tendrán una nueva oportunidad para demostrar su valía y reclamar mayor peso en el equipo. En este aspecto, Adán, Westermann, Piccini, Petros o Joaquín, bajo la etiqueta de titular, se quedaron en tierra y son reservados de cara al sábado, por diversas razonas.

En cambio, Abelardo incluyó en la lista de convocados al grueso de su plantilla, con todos los efectivos disponibles, a excepción de Sergio Álvarez o Sanabria, que no estarán por lesión, mientras que Jony, Meré, Juan Muñiz y Hugo Fraile se ausentan por decisión técnica. “Está difícil, pero buscaremos remontar”, sentenció el ‘Pitu’, adalid de un proyecto imberbe pero sobrado de valor. Los gijonenses irán a por todas, no lo van a poner fácil precisamente.

La suerte está echada: el sábado por la noche comprobaremos en qué estado queda el club de Heliópolis. El progreso en Copa del Rey, el poder accionarial y de gobierno de la entidad además de la batalla futbolística por alzarse con el triunfo en el derbi sevillano, todo en menos de 5 días. La vuelta de dieciseisavos de final, tercer partido de la temporada entre Betis y Sporting de Gijón, comenzará a las 20:00 horas en El Molinón y el encargado de impartir justicia será el trencilla González González, del colegio castellano-leonés.
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