El Betis lleva media Liga perdiendo. Durante 484 minutos de los 1.080 que ha disputado esta temporada ha ido por debajo en el marcador (un 45 por ciento del total). Los goles nada más comenzar los partidos y la incapacidad (con la excepción de Gijón) de sobreponerse a los mismos hacen del equipo de Mel un conjunto acostumbrado a ir a remolque, con lo que ello penaliza en la Primera división. Sólo en cuatro partidos no ha ido perdiendo en el marcador. Y los minutos como ganador se reducen a 179 que, a pesar de ser muy bajos, le han reportado quince puntos de 36 posibles. Resume esta situación la cara de un Betis que luce más puntos que juego y que alcanza una racha negativa de cuatro puntos de los últimos quince que ha disputado.
Ante el Atlético, al Betis se le notó nervioso por sus fallos. Aparece en el campo con la intención de evitar por todos los medios encajar pronto y el asunto se convierte en una obsesión para la plantilla de tal manera que finalmente es lo primero que sucede, como en el Bernabeú y ante Espanyol, Granada, Athletic y Atlético (cuatro de los últimos cinco partidos). Así, ha convivido con la desventaja sobre el terreno de juego durante media liga disputada: 56 minutos frente al Villarreal, 88 con el Real Madrid, 22 en dos tramos frente al Deportivo, 29 en El Molinón, 87 con el Espanyol, 37 en el campo del Granada, 82 frente al Athletic y los 83 del domingo con el Atlético. De tal manera que sólo ha ido ganando 50 minutos frente a la Real Sociedad, 33 en El Molinón, 70 con el Rayo y 26 en Málaga. Con lo que se lee que cada partido que ha ido ganando se ha llevado los puntos en juego. Tan débil es cuando se adelanta el rival como fuerte cuando lo hace el bloque bético. Y es que el duelo ante el Sporting fue una excepción histórica en el ciclo de Mel, ya que el Betis no había logrado remontar un duelo desde el derbi protagonizado los goles de Beñat.

Seis cambios en el descanso en doce partidos
Prueba de los malos comienzos no sólo son los goles encajados y la desventaja evidenciada, sino la obligación para Mel de agotar un cambio en el descanso. Lo ha realizado en seis de los doce partidos de esta temporada, con una curiosa sucesión enlazada: Molinero fue sustituido por Jorge Molina en el Bernabeú, el delantero dejó su lugar a Ceballos ante la Real, el canterano sustituyó a Cejudo frente al Español, Digard suplió a Portillo con el Athletic, el francés dejó el campo para que entrara Xavi Torres en La Rosaleda y el alicantino fue el sacrificado el domingo pasado para que actuara Ceballos frente al Atlético.

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