En otro recital de mal gusto, el Betis volvió a tirar más de la mitad del partido y acabó pagando su desidia con otra derrota en el Villamarín. Pudo salir goleado en un partido que tuvo tintes de la peor temporada que se recuerda en Sevilla.
Digard fue el único halo de esperanza pero Mel se empeñó en sepultarlo con un último cambio demencial.
Cero puntos de nueve en los últimos tres partidos en casa. Tres goles a favor por ocho en contra merecen una explicación, una explicación no basada en un argumento victimista en el que parece caer el orgullo de Mel en cada rueda de prensa posterior al partido. No, Mel, no se le critica por cada cosa que haga. Se le critica que vuelva a cometer los mismos errores una y otra vez y que su cabezonería no le haga razonar. El Betis tiene mimbres de buen equipo pero hoy solo ha demostrado que es un juguete roto donde ningún jugador parece conocer su rol. Y eso sí es culpa del entrenador.
El sistema de juego del Betis volvió a dejar demasiadas dudas. Ninguna línea se movía en sincronía con las demás dando lugar a basculaciones lentas, poco coordinadas, y no permitiendo que las ayudas llegasen a tiempo. Los jugadores del Betis llegaban tarde a todos los balones, llegaban tarde a atacar y siempre partían en desventaja en las contras de un Athletic bastante inteligente.
Además los delanteros permitieron a los defensas subir el balón sin oposición (inadmisible en un 442), haciendo salir a uno de los dos mediocentros, normalmente Ceballos, dejando un vacío importante en el medio que era aprovechado por uno de la línea de tres del Athletic y, contando con que los vascos tienen a un lanzador bastante conocido por todos como Beñat para sacar un balón limpio, los atacantes del Athletic partían siempre en ventaja ante la defensa verdiblanca.
Pero no todo es culpa del entrenador, obviamente. La defensa volvió a hacer aguas, una vez más. No se puede defender tan blando y dando tantas facilidades como lo ha hecho la línea de cuatro del Betis hoy. No se puede porque lo normal, ya sea en primera o segunda división, es que te hagan un descosido. Y así ha sido. Y lo más alarmante es que podría haber sido mucho peor.
El cambio lo marcó Digard.
Si el Betis entró en el partido de nuevo, el culpable tiene nombre y apellidos: Didier Digard, que se echó el equipo a la espalda a la hora de defender y salir con el balón jugado. El Betis mejoró, y pudo hasta empatar en un partido que ni por asomo lo mereció pero si había un mínimo de esperanza Mel volvió a hacerlas desaparecer con el cambio de cada domingo.
El uno a uno:
Digard fue el único halo de esperanza pero Mel se empeñó en sepultarlo con un último cambio demencial.
Cero puntos de nueve en los últimos tres partidos en casa. Tres goles a favor por ocho en contra merecen una explicación, una explicación no basada en un argumento victimista en el que parece caer el orgullo de Mel en cada rueda de prensa posterior al partido. No, Mel, no se le critica por cada cosa que haga. Se le critica que vuelva a cometer los mismos errores una y otra vez y que su cabezonería no le haga razonar. El Betis tiene mimbres de buen equipo pero hoy solo ha demostrado que es un juguete roto donde ningún jugador parece conocer su rol. Y eso sí es culpa del entrenador.
El sistema de juego del Betis volvió a dejar demasiadas dudas. Ninguna línea se movía en sincronía con las demás dando lugar a basculaciones lentas, poco coordinadas, y no permitiendo que las ayudas llegasen a tiempo. Los jugadores del Betis llegaban tarde a todos los balones, llegaban tarde a atacar y siempre partían en desventaja en las contras de un Athletic bastante inteligente.
Además los delanteros permitieron a los defensas subir el balón sin oposición (inadmisible en un 442), haciendo salir a uno de los dos mediocentros, normalmente Ceballos, dejando un vacío importante en el medio que era aprovechado por uno de la línea de tres del Athletic y, contando con que los vascos tienen a un lanzador bastante conocido por todos como Beñat para sacar un balón limpio, los atacantes del Athletic partían siempre en ventaja ante la defensa verdiblanca.
Pero no todo es culpa del entrenador, obviamente. La defensa volvió a hacer aguas, una vez más. No se puede defender tan blando y dando tantas facilidades como lo ha hecho la línea de cuatro del Betis hoy. No se puede porque lo normal, ya sea en primera o segunda división, es que te hagan un descosido. Y así ha sido. Y lo más alarmante es que podría haber sido mucho peor.
El cambio lo marcó Digard.
Si el Betis entró en el partido de nuevo, el culpable tiene nombre y apellidos: Didier Digard, que se echó el equipo a la espalda a la hora de defender y salir con el balón jugado. El Betis mejoró, y pudo hasta empatar en un partido que ni por asomo lo mereció pero si había un mínimo de esperanza Mel volvió a hacerlas desaparecer con el cambio de cada domingo.
El uno a uno:
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Adán: Gran parte de la culpa de que el Betis no haya salido vapuleado del partido la tiene él. Sacó varios goles cantados y poco pudo hacer en los tres goles. De lo poco salvable, como siempre. Ficha de Adán |
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Piccini: Sin ritmo ni confianza. Con el balón en los pies era un manojo de nervios y falló más de una vez a la hora de tirar el fuera de juego. Despistado sería la definición perfecta para su partido. Ficha de Piccini |
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Bruno: Perdió el duelo particular con Aduriz y el duelo general con la delantera del Athletic. Superado siempre solo mantuvo el nivel en balones por alto. Ficha de Bruno |
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Pezzella: Demasiado blando e inocente y esos, seguramente, sean de los peores defectos en un central en primera división. Le queda un mundo para poder ser competitivo. Cualidades tiene pero necesita varias marchas más de tensión. Ficha de Pezzella |
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Molinero: Su partido fue mediocre pero seguramente los minutos de Varela hacen ver su partido con otros ojos. A falta de Vargas, seguramente el jugador que más necesita el Betis ahora, la opción Molinero es la mejor…o menos mala. Ficha de Molinero |
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Joaquín: Demasiado individualista. Hizo la guerra por su cuenta en la primera mitad cuando el Betis necesitaba aguantar el balón y acumular varias posesiones seguidas. En la única vez que se marchó provocó el penalti, lo que ya es algo. Pero hay que pedirle mucho más. Ficha de Joaquín |
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N'Diaye: Dio una lección de orgullo a sus compañeros. No bajó los brazos en ningún momento y corrió las que sus compañeros no corrieron. Lo cual merece el mayor respeto. Ficha de N'Diaye |
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Dani Ceballos: Le cuesta mucho más jugar en la posición que Mel parece empeñado en ponerle. Cuando tuvo detrás a N’Diaye y Digard mostró una versión no muy lejos de la deseada. Lo que está claro es que la frescura que necesita Ceballos para mostrar su mejor fútbol no la tiene jugando de mediocentro. Y esa frescura la está pidiendo a gritos el Betis. Ficha de Dani Ceballos |
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Portillo: El damnificado a la hora de rectificar el fallo en el planteamiento. Seguramente fueron sus peores cuarenta y cinco minutos de la temporada. No aportó la seguridad en el pase que acostumbra. Ficha de Portillo |
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Van Wolfswinkel: Su primera parte fue desalentadora pero en la segunda dejó detalles y jugadas de cierto nivel. Aunque claro, los detalles no determinantes no cuentan para nada. Su periodo de gracia ha terminado y si no se entiende con Rubén y con sus compañeros va a tener muy difícil jugar. Ficha de Van Wolfswinkel |
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Rubén Castro: Cuando ves a Rubén bajando a recibir para tocar balón es que algo va bastante mal. Creó la mayor parte del peligro de Betis en un partido donde no tocó más de 20 veces el balón. Tiene su mérito. Ficha de Rubén Castro |
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Digard: Lo mejor y la nota más positiva del Betis hoy. Tensión, nervio y garra en el centro del campo. Aportó la estabilidad necesaria para que el Betis creciera en el partido colocándose a la salida del balón entre los dos centrales. Sus minutos merecen una valoración importante. Ficha de Digard |
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Varela: El cambio donde Mel reconocía implícitamente que se había equivocado. Sacar un diestro en el lateral izquierdo solo crea debilidades. Lo peor es que la salida de un zurdo empeoró lo visto. Y mira que era difícil. Ficha de Varela |
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Jorge Molina: Poco pudo aportar en el tiempo que jugó. Pero verle transitar sin ir a morder a la presión ni luchar un balón dividido cuando el partido está 1-2 y acababa de salir, escuece y bastante. Ficha de Jorge Molina |