Rubén, ariete mediático atribuido a un doble sentido del estar y el ser, incrementa su apatía sacando de su cuero sintético de colores chillones cosido en los bordes y con protuberancias plásticas el poco rendimiento a la introducción del pentaedro truncado en la línea que delimita el final de la portería y el encuentro con las redes.
Perdido en la zona mixta el disfrute de su parcela se ve interrumpida por la presencia constante de personas que impiden su normal funcionamiento.
Así, el conjunto de personas que suma una docena menos uno y que acompaña en una supuesta coreografía al cuero de forma esférica no logra alterar el mecanismo electrónico que forma con leds lumínicos llamado marcador.
Por su parte, los integrantes de la notoria docena menos uno busca en vano enterarse de cuándo y dónde es el trabajo largo y penoso de comprender las esencias condensadas en letras hechas palabras para saber si un simple pase es la transición hegemónica de la suerte convexa en el borde de la cal situada al norte del centro geográfico del tapete de césped cuando lo fácil, según su norma de conducta habitual es decir... PASAAAA.
Señor Velázquez, me gusta su forma de explicarnos el fútbol, pero estamos donde estamos... 6 de 12, en la liga más dura de la competición más ingrata donde jamás debió estar el Betis.
El BETIS debe y tiene que ser primero, todo lo demás es un fracaso que hay que corregir y no al revés, que ver que aunque estemos a quince puntos del sexto puesto bajo sus enigmáticas palabras es un éxito por ser de por sí una oportunidad de subir... aunque sea sexto.
El equipo no tiene alma, y usted puede sentir que son los mejores del mundo, y no se lo discuto, pero el alma al equipo se la pone usted y éste es mi Betis... HAGA ALGO.
Juan Carlos Pérez