Así sumó el Betis sus primeros tres puntos del campeonato liguero, frente a un Sabadell que enseñó a los de Velázquez lo que les espera en la Categoría de Plata.
En ella, los verdiblancos resultan superiores a sus rivales a poco que pisen el acelerador. De hecho, en la Nova Creu Alta el equipo firmó un 0-3 sin apenas despeinarse.
Sin embargo, cuando aparece la relajación y se deja el mando al contrario, los heliopolitanos se vuelven vulgares y vulnerables, hasta el punto de complicarse la vida recibiendo dos goles en contra en apenas un minuto.
Un toque de atención en toda regla que esta vez se resolvió con victoria, pero que a partir de ahora será mejor impedir que se repita.
Sobre todo, porque la Liga es muy larga, cada punto cuenta y no siempre la suerte sonreirá a la escuadra de las trece barras.
Además, y pese a que parece ser el sino de la afición, nunca está de más evitar sobresaltos a una hinchada que volvió a dar todo un ejemplo de amor incondicional a sus colores a casi mil kilómetros de distancia de casa.
De nuevo, los béticos de Cataluña demostraron que el sentimiento verdiblanco no entiende de fronteras, convirtiendo Sabadell en un trocito más de Heliópolis. De hecho, el equipo jamás pudo sentirse sólo, puesto que alrededor de cuatro mil almas (el cuádruple de las que se esperaban) le prestaron aliento desde antes que el balón echase a rodar. Así, la Nova Creu Alta pareció por momentos el Villamarín, obligando aún más si cabe a los suyos a no fallar.
Y éstos no lo hicieron. Comandados por un Matilla que en Segunda se siente en su salsa, el equipo, que comenzó algo tímido, se fue creciendo con el paso de los minutos.Gran culpa de ello tuvo un Cejudo que ha vuelto hipermotivado a casa, hasta el punto de convertirse en el primer goleador oficial del curso.
Mientras, Rubén Castro iba de menos a más, entonándose según avanzaba el cronómetro y participando activamente en los tres tantos, firmando a medias con Rennella el que, a la postre, serviría para lograr el triunfo.
Y atrás, Álex Martínez confirmó que ha vuelto dispuesto a hacerse amo y señor de un flanco diestro que blindó a la perfección, sumándose incluso al ataque con acierto y aportando profundidad.
Además, Perquis, Xavi Torres, Lolo Reyes y Molina trabajaron sin descanso, anteponiendo el interés colectivo al lucimiento personal.
Lástima que también hubiese cosas que chirriaron. Por ejemplo Adán, que no exhibió su seguridad de siempre, fallando claramente en los dos ‘chicharros’ arlequinados, especialmente el primero, donde salió fatal.
Igualmente, no fue el partido de un Molinero al que Ariday le ganó prácticamente siempre la partida, ni tampoco el de un Figueras que, pese a no desentonar demasiado, quedó retratado en el 2-3, dejando que Tamudo, mucho más pequeño que él, rematase sin problemas de cabeza estando a su lado.
Detalles todos ellos que hay que pulir, ya sea con trabajo o, en el caso de los defensas, con fichajes que deben llegar en los próximos días.
Sea como fuere, ya lucen tres puntos en el casillero bético y queda por delante una ‘final’ menos para volver a Primera. La siguiente será el domingo, con el Numancia como rival.
Entonces, la escuadra de las trece barras ejercerá como anfitriona buscando su segunda victoria de la temporada. Para conseguirla no estará de más potenciar todo lo bueno y arreglar lo malo que se pudo ver en el estreno en Sabadell.
J. Julián Fernández