No pudo ser. Pese a que el Betis lo intentó todo y tuvo contra las cuerdas al ‘todopoderoso’ Barcelona, los tres puntos terminaron escapándose rumbo a la Ciudad Condal, pasando a engrosar las estadísticas de un conjunto que está haciendo añicos la historia. Aunque esta vez, en el Villamarín, tuvo que sudar de lo lindo para sumar su decimocuarta victoria del campeonato.
Porque a los verdiblancos sólo les faltó algo de fortuna para, al menos, empatar. Y lo merecieron, vaya si lo merecieron. Firmaron una segunda parte, sencillamente, para enmarcar y a poco que alguno de los tres balones que se estrellaron en la madera hubiese variado unos centímetros su rumbo la Champions continuaría mirando hacia Heliópolis. Pero la suerte, tan caprichosa como siempre, vistió de azulgrana y así cualquier hazaña es poco menos que imposible.
En cualquier caso, la del domingo es de esas derrotas que no escuecen, sino que sirven para revitalizar el orgullo de la afición y el equipo, quienes, a estas alturas, tienen motivos más que de sobra para mantener la ilusión por las nubes. Se han acabado los ‘Alpes’ de la Liga y, más allá de la debacle de Nervión, el Betis ha rayado a un gran nivel y, lo que es más, se encuentra quinto, con 25 puntos y viendo el descenso a 13.
Aunque todavía nada es definitivo. Restan 23 jornadas por delante hasta que la competición eche el cierre allá por el mes de junio y, por tanto, hay que seguir trabajando. Hasta el momento, la escuadra de las trece barras ha demostrado que hay mimbres más que suficientes para pensar en algo más que la permanencia, pero el fútbol no tiene memoria, por lo que habría que seguir recordándole esto semana a semana, en todos los campos.
Por fin se están haciendo las cosas bien, con un conjunto capaz de plantarle cara a cualquiera y que, incluso, mira con ambición a una Copa del Rey que ya no se ve como un marrón, sino como otra ilusionante vía para seguir dándole alegrías a la afición y, por qué no, hasta soñar con un título y la vuelta a Europa. Los complejos se han perdido, sólo falta mantener la misma línea de juego y resultados.
Y es que con derrotas como la encajada frente al Barcelona queda demostrado claramente que se ha encontrado el camino para seguir creciendo, que jugadores y cuerpo técnico se han dado cuenta de que están en él y, lo que es más importante, que sobran ganas y fuerza para recorrerlo. De hecho, ya ni los primeros puestos parecen estar tan altos, sino al alcance de la mano.
Hay motivos para creer que, por fin, esta temporada debe ser la del retorno al ‘Viejo Continente’, pero para ello es prioritario seguir como hasta ahora, avanzando paso a paso, sin hacer más ruido que el que los números vayan ocasionando. Se han acabado los ‘Alpes’, pero aún quedan kilómetros por delante en esta gran vuelta en la que, a poco que no se varíe el rumbo, el premio será la posibilidad de sacarse el pasaporte para el próximo año. El 'Eurobetis’ parece estar en disposición de regresar, pero hay que continuar en la misma línea para, de aquí a junio, seguir acercándolo.
J. Julián Fernández
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Una derrota de las que no duelen
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