Sobre la sangría de goles | Opinión: Sin pararrayos en medio de una tormenta

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Como quien va a la guerra con pocas balas y aún menos escudos. Como quien busca agua en medio del desierto. Como quien vive en medio de una tormenta y no tiene pararrayos. Ese es el Betis en LaLiga. Es un equipo que camina y el aire le viene de frente. Ese que busca meterse en competición europea con más sombras que luces. El que intenta sacar los partidos adelante con una defensa mediocre y encajando decenas y decenas de goles. 
 
Es un aspecto que se viene criticando desde hace tiempo y el estilo de juego no beneficia para corregir esa asignatura pendiente. La defensa del Betis, más bien todos sus componentes, dejan mucho que desear. La falta de nivel es evidente, al igual que la facilidad para hacerle gol. La portería tampoco es que haya acompañado demasiado hasta el momento, pero es que es difícil sacar algo positivo de la zaga. Van muchos partidos ya en los que las preguntas se suceden: ¿Pero quién defiende? ¿Siempre tienen que llegar tarde? ¿Pero quién cubre a ese jugador? ¿Van a dejar que tire solo? ¿Alguna vez van a estar bien colocados? 
 
La verdad es que todos esos interrogantes carecen de respuesta. Y los mercados de fichajes llegan y, tal como llegan, se van. La defensa sigue sin reforzarse. Porque sí, a los jugadores que han aterrizado en Heliópolis no se les puede llamar refuerzos. La excusa es que Antonio Cordón no tiene recursos económicos para poder hacer nada más, Manuel Pellegrini no puede hacer milagros con defensores de este calibre, pero en el Betis se sigue hablando de aspiraciones. ¿Aspirar a qué? ¿Aspirar cómo? 
 
Hace falta físico, hace falta contundencia, hace falta anticipación, hace falta inteligencia, hacen falta laterales que también sepan defender. Es decir, hace falta todo lo que se necesita para formar una defensa sólida. Pero no, pasan los años, pasan los entrenadores, etc., y el tema sigue siendo el mismo. ¿Tan difícil es darse cuenta de las cifras? Desde que los de las trece barras regresaron a Primera División, el número de goles encajados ha sido bastante parecido: 52 en la 2015-2016 (-18),  64 en la 2016-2017 (-23), 61 en la 2017-2018 (-1), 52 en la 2018-2019 (-8) y 60 en la 2019-2020 (-12). El dato entre paréntesis representa la diferencia entre los goles a favor y los goles en contra. Y sí, es más que preocupante que siempre sea una cifra negativa.
 
Si te marcan mucho, necesitas marcar mucho. Y no es que el Betis tenga facilidad para conseguir eso, precisamente. Al final es una lucha contra sus rivales y contra él mismo. Además, la cosa no pinta demasiado bien de cara al futuro próximo. Los verdiblancos, según @pedritonumeros, son los más goleados de 2020, con 46 tantos. Pero es que, por si fuese poco, ya llevan 17 goles en contra en tan solo nueve jornadas disputadas. Y lo peor es que la solución ni ha llegado ni se espera que llegue a corto-medio plazo viendo la situación en la que han dejado al club. 
 
¿De verdad se pretende conseguir algo? ¿Hay alguien que se crea tantas palabras bonitas a las que denominan objetivos? Un equipo no puede estar pensando en la zona media-alta de la tabla con un problema de tal calibre. No puede centrarse en meterse en la lucha por una plaza europea si tiene al enemigo en casa y parece importar poco. O se frena la sangría de goles o será todo el bando el que termine empapado, porque parece que al Betis le gusta vivir bajo una constante tormenta esperando a que le caigan los rayos una y otra vez.