Tras consumarse un descenso que nadie esperaba a principio de temporada y con la alegría de conseguir una semana después el primer título nacional en la historia del Real Betis Futsal como la Copa del Rey, los verdiblancos hacen limpieza para afrontar una segunda división que se presenta complicada con el objetivo claro de volver por la vía rápida a la elite del futbol sala nacional.
Lo que parecía un equipo diseñado para luchar por Copa de España y estar situados entre los ocho primeros se convirtió en una pesadilla con el descenso tras tres temporadas coqueteando con esta situación. Ahora todo es distinto, con un presupuesto más ajustado, la dirección deportiva apuesta por nuevas incorporaciones con carácter y curtidos en estas lides apoyados con una base de jugadores veteranos como Lin o Rafa López junto a jóvenes con experiencia como Pablo Muñoz, Cristian Povea, Charly, Pablo Otero, Raúl Sánchez o Starna.
Las bajas de jugadores como Molina, Carrasco que se marcha a Valdepeñas, Lemine cuyo destino es Jaén Paraíso Interior, Roger o Manolo Piqueras que se marcha cedido a Palma tras renovar con el conjunto bético hasta el 2028 unidos a gente de la casa como Ivi, el sevillano ha tenido mala suerte con las lesiones este año y pone rumbo a Alzira o Raúl Jiménez que quiere probar fortuna en el Anderlecht dan un giro de tuerca en esta nueva era de un Betis que vuelve a sus orígenes con la obligación de que la próxima temporada vuelva a donde se merece que no es otra cosa que la Primera División.
Cuatro temporadas en la elite de las que en tres de ellas nos hemos ido arrastrando por primera división, es el momento de resetear, de retomar las ilusiones y empezar de cero, es el momento de aprender de los errores, de crear un punto de inflexión para un futuro en el que el Real Betis Futsal sea uno de los equipos punteros de la liga, no hay duda que por entidad se lo merece.