Recontracrónica: Qué jartura de mundial

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Tenía yo ya ganas de ver a Messi con la mosquitera que le pusieron para ver ya finiquitada esta pantomima llamada mundial con la que nos han regalado los señores de la FIFA trufada con los miles de millones qataríes.

Tenía muchas ganas porque este parón no ha ayudado en nada al fútbol, ha comprimido las fechas de los partidos, ha disparado las lesiones, ha cortado de raíz la progresión de algunos equipos y sólo ha beneficiado el negocio inmenso de la FIFA. 

Bueno, también a Messi, que ya tiene el pobre su mundial. Tengo que reconocer que se le echa de menos por el Villamarín. O de más, porque cuando la pulga tenía ganas de jugar pasaba como con la selección, que pasaba de estar caminando todo el partido a hacerte dos diabluras y meterte tres goles.

Es verdad que pronto nos dejó desangelados Luis Enrique, en cuanto decidió que no habría béticos en la selección y, después, cuando se reencarnó en Quique Setién. Y nos tuvimos que abonar a los partidos donde hubiese béticos jugando que, todo hay que decirlo, no lo hicieron mal.

Pero está todo como viciado, con los equipos a medio montar, con los mundialistas todavía de vacaciones, con las sensaciones más raras que un santa claus dentro de una hermandad sevillana. Así que la reanudación tiene más peligro que un niño comprando por internet.
En fin, que ojalá nuestros problemas sean la media de los problemas de todos los equipos y el Betis vuelva muy muy enchufado a pisar el Villamarín, y ya que estamos en Navidad, cantemos villancicos…