|OPINIÓN| Es la hora del cambio

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Pier Luigi Cherubino, ex-jugador verdiblanco muy querido por todos y ahora entrenador de fútbol femenino, recaló en un Real Betis Féminas totalmente cambiado tras la salida de Maria Pry y que no terminaba de arrancar.

El técnico hispano-italiano aceptó el reto, le dio otro aire al equipo y lo rescató. Terminó de asentar a los fichajes, recuperó el mejor nivel de Rosita Márquez y en pocas jornadas sacó al equipo del descenso mostrando un gran fútbol que hacía del Betis un rival temible. Sus méritos aquí le valieron para convencer a Ana Romero, la cual renovó al técnico y decidió montarle un equipo del más alto nivel posible.

Se han traído a dos centrales, una que cada vez se muestra más frágil y otra que, tras la falta de minutos, ha decidido marcharse. Una pivote cuanto menos luchadora que, desgraciadamente, es baja para casi toda la temporada y que, de momento, no tiene recambio. Una jovencísima extrema que, a pesar de que ofrece cosas diferentes, no termina de ser titular. Dos delanteras más que consolidadas en primera división que, casualmente, están viviendo su peor momento de cara a gol. Y una de las mejores centrocampistas del país que en cada partido se ve más sola. Fichajes que a pesar de su magnitud, no consiguen sacar los partidos adelante y que, por razones tácticas, no son capaces de encontrar su mejor versión.

Por otro lado, Pier no es de esos entrenadores que se obcecan con su idea y no varían ni el más mínimo detalle pase lo que pase, sino todo lo contrario. A lo largo de estas 12 jornadas lo hemos visto probar con distintas formaciones y siempre rotando a sus futbolistas. 4-4-2, 4-4-3, 3-4-2-1, etc. y aún así, todavía no ha dado con la tecla.

Estas 6 jornadas consecutivas perdiendo dejan una sensación más que preocupante y no solo por la posición del equipo en la tabla. Todas las dudas que ha ido ofreciendo el equipo han terminado de convertirse en una realidad y, a día de hoy, el vestuario parece estar de capa caída, cosa que se refleja sobre el césped.

Estaremos de acuerdo en que, un equipo así, no está para luchar por la salvación, aunque la realidad sea otra. Es por eso que, sabiendo que aún estamos en el inicio de la temporada, si queremos que esto salga adelante, necesitamos un cambio. 

Las jugadoras deben y sobre todo, necesitan cambiar el chip. Cualquiera que haya visto el partido que realizaron ante el Valencia sería incapaz de comprender la apatía con la que juegan ahora y más aún analizando individualmente la calidad que poseen.

Como todo en esta vida, cuando las cosas salen mal, algo debes variar para seguir avanzando. Las piezas del puzle están, incluyendo además a canteranas como Valle o Lucía Mendez, lo que indica que el desajuste viene de más arriba

Aunque pueda parecer algo insensato realizar un cambio de estas magnitudes tan pronto, en realidad es necesario. Este equipo no puede seguir así, los rivales más fuertes nos pasan por encima y los de más abajo, a parte de en fútbol, nos sobrepasan en intensidad aún jugando en nuestro propio campo. Lamentablemente, Pier no ha conseguido sacarle el máximo partido a sus jugadoras, que se encuentran decaídas moralmente, psicológicamente débiles, sin continuidad en su juego y sin ser capaces de ponerle casta y corazón cuando las cosas se tuercen. La camiseta les está pesando más de lo que sería necesario, es la hora del cambio.