El Villamarín se prepara para una nueva lucha. Este jueves se reunirán Real Betis y Espanyol sobre el verde del feudo verdiblanco con el único propósito de sumar tres puntos que pueden ser salvadores de aquí a final de la temporada. En esta última recta de la competición doméstica todo se vuelve más intenso. Los equipos se ven con la soga al cuello y sacan su alma más peleona para dar ese último empujón hacia su objetivo. Ahora, el propósito de béticos y pericos no es otro que mantenerse en Primera División y, aunque estos últimos lo tienen más complicado, van a perseguirlo hasta el último segundo.
Cambio en los mandos
Para este partido, uno de los cuatro que quedan en la Avenida de La Palmera, Rubi ya no se sentará en el banquillo. El técnico catalán fue destituido tras una nueva derrota a domicilio, en San Mamés, ante el Athletic. De nuevo, la actitud del equipo dejó mucho que desear. Lo único que puede resumir el encuentro en tierras vascas es pasotismo. La desgana se reflejó durante los 90 minutos de partido, al igual que la falta de ideas, la poca conexión y la fragilidad defensiva -tercer conjunto más goleado- que ya caracteriza al Real Betis.
Estas últimas jornadas, los de las trece barras tendrán que mostrar una versión más seria si no quieren complicarse aún más la vida debido a los ocho puntos que les separan de los puestos de descenso. Para ello, Alexis Trujillo, quien se hará cargo de la plantilla hasta que termine la campaña, ya ha comenzado a trabajar con el equipo y afirmó en su presentación que ve a los jugadores muy concentrados. El ahora técnico ha recuperado para el duelo ante el Espanyol tanto a Sidnei como a Carvalho, mientras que Joaquín y Javi García son duda.
Levantar el vuelo
El Espanyol tiene grandes similitudes con este Betis, pues los pericos son unos de los que más goles reciben. De hecho, es el segundo equipo más goleado, por lo que queda reflejado que, al igual que los verdiblancos, sufre una gran debilidad en la parcela defensiva. Debido a su poco gol y la cantidad de tanto que recibe, los resultados no han sido los mejores ni en LaLiga, en la que ocupa el último puesto -con cinco victorias-, ni en Copa del Rey o Europa League, en las que cayó eliminado en dieciseisavos. Todo esto ha llevado a una irregularidad en el banquillo, por el que han pasado David Gallego, Pablo Machín y, desde diciembre hasta la actualidad, el Pitu Abelardo.
Tras el parón se ha visto un Espanyol más luchador. Ganas y actitud no le faltan al conjunto catalán, pues el objetivo es mantenerse en la Primera División y van a luchar por conseguirlo a toda costa. Sin embargo, eso que se ha visto en el terreno de juego no ha quedado reflejado en los resultados. Regresó con un triunfo frente al Alavés, sumó un punto frente al Getafe, pero todo se torció aún más en el último duelo contra el Levante (1-3). Por ello, hacerse con los tres puntos en el Villamarín es una obligación, aunque no lo tendrá fácil sin sus centrales Bernardo y Cabrera -sancionados-. Además, es duda Raúl de Tomás, quien va convocado pero sigue entre algodones.
Sin favorito
El partido más reciente, el de la primera vuelta, se saldó con un sufrido empate (2-2). El Betis comenzó ganando con un tanto de Borja Iglesias a su ex equipo, pero el Espanyol remontó, antes del descanso, gracias a los goles de Darder y Bernardo. Fue Bartra el que acabó firmando el empate en la segunda mitad. Asimismo, el último partido en el Villamarín tampoco deja una clara superioridad, pues acabó 1-1 gracias a un gol de Feddal en el descuento. Es cierto que, en esa temporada -la 2018/2019-, los de las trece barras sí lograron ganar a domicilio en la competición doméstica (1-3) e, incluso, eliminaron a los blanquiazules en cuartos de final de la Copa del Rey con un global de 4-2.
Ahora se vuelven a reunir estos dos equipos. Dos conjuntos tocados, con muchas carencias, pero, sobre todo, necesidades -uno incluso más que el otro-, se verán las caras en la capital hispalense. Tanto los de Alexis Trujillo como los de Abelardo deben sumar estos tres puntos medicinales para seguir afrontando este tramo final de la temporada con la intención de evitar un trágico final: el descenso.