Maglia Verde. El peligro de quedarse cortado 4-2. Athletic Club vs Real Betis

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4 - 2
Tiempo completo
0-1
2' Willian José
0-2
9' Isco
Vesga 30'
1-2
Vesga 44'
2-2
Guruzeta 45'
3-2
Unai G. 83'
4-2
Colegiado: Soto Grado
VAR: Del Cerro Grande

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El pasado 1 de julio comenzaba la más importante carrera del mundo ciclista en Bilbao, la Grande Boucle, el Tour de Francia. Siempre me ha maravillado y admirado la pasión con la que se vive en el País Vasco este maravilloso deporte. Carreteras pobladas de aficionados que vibran con los corredores, una auténtica marea humana que en algunos momentos se ha identificado con el color naranja del equipo Euskaltel-Euskadi, especialmente en los Pirineos.

En fútbol Bilbao es toda una referencia histórica, ni más ni menos que su estadio, ahora el coqueto y espectacular Nuevo San Mamés, siempre ha sido conocido como La Catedral. Y es que en el Bocho se vive el fútbol con enorme pasión, más concretamente el sentimiento por el Athletic Club. Equipo histórico donde los haya y que en su momento tenía tantos seguidores y peñas por la geografía nacional. En Bilbao se respira historia y fútbol a raudales, y tengo amigos de ese club que lo viven con enorme intensidad. Todo esto viene a cuento porque San Mamés y el apoyo de su afición es un factor muy importante y, tal como comentaremos más adelante, incluso decisivo.

Comenzó el partido de una manera que ni en nuestros mejores sueños pensamos que podría suceder. Pronto, muy pronto, nos pusimos por delante en el marcador con dos magníficos goles, especialmente el segundo con un pase largo magistral de Guido a Aitor Ruibal que cede a Isco para que de primeras la enchufase. Se me vino a la mente que nos habíamos metido en una escapada bidón, no consentida por supuesto por el Athletic pero que sí parecía que podría ser suficiente para llegar a la meta con los tres puntos en el bolsillo. La confianza en la solidez defensiva mostrada ante Villarreal y Atlético más los recursos ofensivos de los nuestros nos daba para ser optimistas para mantener o incluso ampliar el resultado.

Pero el Athletic se puso a tirar en el pelotón y nosotros, en vez de buscar posesión y presión alta , reculamos y nos metimos atrás. No supimos leer el partido ahí ni interrumpimos el rápido juego local empujado por su ferviente afición. Tampoco es que sufriéramos demasiado, pero cuando alguien tira tanto en el pelotón hay que estar atentos para no quedarte cortado, porque cualquier cosa que pase lo puede provocar: una caída, el aire con los abanicos, un simple pinchazo… o en el caso del partido de ayer un penalti inexistente precedido de una más que dudosa posición de Nico Williams. Nico arrastra el pie, busca el contacto con Rui Silva y se deja caer. Lo que toda la vida se ha llamado un piscinazo. El árbitro no dudó en señalarlo y, aunque fue avisado por el VAR que normalmente es para corregirle su decisión, se mantuvo en la misma, posiblemente influido por el ruido y presión de la grada local.

El 1-2 tuvo un triple efecto: vimos recortada nuestra ventaja sobre el pelotón, dicho pelotón (Athletic) se vino arriba arropado por su fiel infantería y nosotros reculamos aún más. Menos balón y menos posesión. Se echaba mucho de menos a nuestro William, Carvalho, para que pusiera pausa y criterio en nuestras posesiones, dándole relevo a un Isco muy solitario en esa parcela. Tras un segundo disparo al palo del Athletic, que apretaba de lo lindo, vino la jugada del segundo gol, otro penalti. Para mí tan claro como innecesario, pues Guido pisa a Nico Williams que se encontraba entre el propio jugador argentino y Sabaly sin apenas opciones controlar el balón. Penalti, gol y 2-2. Absorbidos por el pelotón.

Pero cuando estás en el pelotón todavía te puede pasar algo peor, y es que te quedes cortado, que pierdas contacto con él. En el 52’ hay una indecisión defensiva importante en una jugada sin aparente peligro que aprovecha el mayor de los hermanos Williams para asistir y marcar el Athletic el tercero. En definitiva, te metes en una escapada que tiene toda la pinta de llegar, pero te captura el pelotón y encima pierdes contacto con el mismo y te quedas cortado. De una ilusionante 0-2 a un 3-2 que psicológicamente te hace ir a vestuarios tocado.

En la segunda parte un quiero y no puedo. Controló bien el Athletic al Betis con presión alta, y en cuanto perdían la posición interrumpían el juego con faltas. Poco que destacar del Betis, que apenas llegó al borde del área y es que cuando te quedas cortado las distancias con el pelotón incluso aumentan. Así llego al final el cuarto de los locales en una contra tras el enésimo robo en su campo.

No queda otra que pesar en la siguiente etapa, partido frente a un duro y rocoso Rayo Vallecano, que tiene toda la pinta de esos puertos que no se ven en el libro de ruta pero que te pueden hacer daño. Primero tendremos que ver cómo queda configurada la plantilla entre entradas y salidas. Confiemos en que se pueda quedar un equipo con la mayor cantidad de recursos posibles. Que no haya salidas dolorosas y que los que vengan suban el nivel. A seguir rodando con ilusión.

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