La Maglia Verde. Equipo 1-1. Real Betis y Real Madrid

0

1 - 1
Tiempo completo
0-1
52' Bellingham
Aitor Ruibal 66'
1-1
Colegiado: Soto Grado
VAR: Jaime Latre

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En ocasiones, hablando de ciclismo, me comentan los amigos que cómo soy capaz de “tragarme” etapas que se televisan en su integridad desde el banderazo de salida hasta meta. Y mi respuesta siempre va dirigida en el mismo sentido: Porque así se puede apreciar la labor de equipo. Cuando nos enganchamos a un final de etapa y vemos al líder del equipo delante nos puede dar la sensación de que lo está simplemente porque es el más fuerte y es su sitio, pero nada más lejos de la realidad. Para que pueda estar en ese sitio privilegiado la labor de sus coequipiers durante toda la etapa es absolutamente imprescindible.

Es innegable que hemos visto a jugadores de fantasía que han ganado partidos casi por acciones individuales suyas. Yo del recuerdo más lejano que tengo de ver por el Villamarín fue a Cruyff, luego Maradona o el más reciente Messi. Leo es capaz de coger el balón y sortear rivales como si de un videojuego se tratara hasta la portería contraria. La única vez que he visto ganar a un ciclista un Tour de Francia con un equipo no tan fuerte fue mi admirado Greg Lemond en 1989, cuando regresó al modesto AGR después del terrible accidente de caza que casi le costó la vida. De cómo terminó aquel Tour los que peinamos canas, o ni eso, recordaremos la última etapa y la extraordinaria victoria del americano sobre Laurent Fignon en la contrarreloj de Versalles. Hasta ahora la diferencia más corta entre dos rivales, 8 segundos…

Y en el fútbol no puede ser diferente. En nuestro caso se lesionaron los dos porteros y debutó en un derbi como visitante Fran Vieites, cuajando una excelente actuación y sobre todo en el siguiente partido en casa frente a Las Palmas. Se fue Luiz Felipe y su lugar lo ocupó Chadi Riad, un joven inexperto que no escapó a críticas y menosprecio de aficionados y periodistas (que saben tanto de fútbol como de ciclismo, y por supuesto de muchas más cosas). En esta semana se nos cayó, y además lesión larga, uno de los jefes de filas como es Guido Rodríguez. A todo esto el equipo con un buen número de bajas por sanción, Bellerín, o lesiones como todos sabemos. Por el argentino salió otro chaval fichado este año y con dorsal del filial, Altimira. Y estuvo bien el tiempo que permaneció en el campo, sustituido en el 70’ por el enorme desgaste que sufrió. Además venía de jugar el partido de Copa entre semana… Ay el partido de Copa.

Noto como se me suben las pulsaciones como si estuviera subiendo de nuevo los Lagos de Covadonga. Lo que sufrí en aquella subida me recuerda a lo del miércoles. A punto estuvo de provocar una montonera de considerables dimensiones la meta volante de Villanueva de la Serena. Lo que parecía un simple sprint bonificado pudo desembocar en un abandono a las primeras de cambio en la competición copera. Esa que nos gusta tanto a los béticos.

Se arregló la cosa muy al final. Y bien está lo que bien acaba, pero los corazones no deberían pasar por estos trances. Ojalá sirva de premonición para alzarnos con el título, como sucedió en 2005 en Alcalá de Guadaíra o el más reciente de Talavera de la Reina, allí donde Joselito el Gallo perdió la vida de una cornada.

Nos visitaba todo un Real Madrid, como es natural, siempre un puerto fuera de categoría por todo lo que conlleva. Y las duras primeras rampas del puerto no dieron lugar a dudas. Sufríamos por el costado defensivo derecho con las incursiones de Rodrygo. Pero no nos descolgamos y la contienda se fue nivelando hasta el punto de tener el Betis, ya en las postrimerías de la primera parte una buena ocasión de gol de Ayoze con buena parada del cancerbero madridista Lunin, que desvió a corner mostrando buenos reflejos.

En la segunda parte el Betis estuvo en el partido, y sólo una desafortunada jugada, fruto también de la calidad de los jugadores visitantes, dio lugar al primer gol del partido. Fea  y provocativa celebración de Bellingham hacia la hinchada de Gol Sur. Estas cosas deben estar fuera de lugar, y afortunadamente Rüdiger lo quitó de en medio. Fíjense que nunca un corredor muestra menosprecio a los aficionados a pesar de lo que tienen que soportar a veces.

Perdíamos la rueda, y eso en un gran puerto y ante un  rival mayúsculo suele ser sinónimo de que se aumenten las distancias y quedarse descolgado. Pero he aquí que Aitor Ruibal, que se fue creciendo en la etapa como fiel gregario gladiador, se puso los galones de un grande marcando un gol que sólo está reservado a los elegidos. Soberbio zapatazo desde la frontal escorada que se coló por la escuadra. Golazo descomunal. Ya estaba aquí de nuevo el Betis a rueda, como saliendo de la humareda y entre los aficionados que apoyan al borde de la carretera.

Y pudo ser el premio completo de la etapa si el magnífico cabezazo de Isco no da en la parte interior del palo con Lunin ya batido y todos cantando gol. Llegamos juntos a la meta, reparto de puntos y actuación colosal de lo que debe ser un equipo.

Vamos Betis, pedalea fuerte. Toca volver a las carreteras europeas pero ahora en casa. Y pasará lo que tenga que pasar, pero tu fiel infantería estará siempre contigo.

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