La Maglia Verde: Bache Pasajero. 1-0 Depor. Alavés vs Real Betis

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Comenzamos con estas líneas los primeros kilómetros del año en este recién estrenado 2024 con la ilusión que siempre despierta el comienzo de una nueva temporada. Y es que, a diferencia del fútbol, el año ciclista coincide con el año natural. Los corredores ya están en la fase final de su pretemporada y preparación invernal y pronto tendremos las primeras carreras del calendario de un curso que promete grandes momentos y batallas en este inigualable deporte. Material recién estrenado y a rodar, y ya luego la carretera dictará sentencia.

Sin embargo, para nuestro Betis este comienzo de temporada nos ha traído un par de decepciones que más que por los resultados (eliminación copera por medio) transmite malas sensaciones por el juego desplegado y quizás, por qué no decirlo, una cierta falta de intensidad que en estos niveles es letal. En cualquier deporte no dar el 100% te puede suponer un disgusto, pues los rivales tienen sus recursos y todo está mucho más igualado que lo que una tabla clasificatoria pueda transmitir. Ciertamente que el equipo entre lesiones, Copa de África y otras circunstancias anda mermado de efectivos, pero eso jamás debe servir de excusa para no darlo todo en el campo tanto en esfuerzo como concentración.

Terminamos el año con un empate in extremis ante el insospechado gallito Girona, equipo mucho más que una simple revelación de la temporada. Hay veces que en lo más alto de la general se meten corredores que no se esperan, pero alguna escapada bidón más su tesón les ha permitido terminar arriba. Tenemos el ejemplo cercano de nuestro paisano, el lebrijano Juanpe López, que lució y defendió como un auténtico gladiador romano la prenda ciclista para mi gusto más bonita, la maglia rosa en el Giro de Italia del 2022 durante nada más y nada menos que 10 días. Dicho empate se puede dar por bueno por cómo llegó y la entidad del rival, entidad ganada a pulso en el campo y que explica lo que supone el deporte y fútbol en particular. Quién diría a principios de temporada dónde estaría el Girona FC, pero para mí ha sido de lo mejor que ha pasado por el Villamarín esta temporada.

Y comenzamos el año con mal pie. Derrota justa en Vigo, aunque se materializara en tiempo de descuento. Una vez más y no sé cuántas veces ya esta temporada nos metimos en la escapada buena poniéndonos por delante en el marcador fuera de casa, con lo realmente complicado que es eso. Pero se volvió a repetir por enésima vez el guion de este curso: empate a los pocos minutos, sea cuando sea el momento. Ingenuo penalti ante uno de los equipos de abajo y tablas otra vez. El equipo transmitió inopinadamente malas sensaciones en la segunda parte, y en el sprint final nos sorprendieron en una contra. Quizás lo peor fuera la imagen transmitida que el punto perdido en sí.

Y este sábado llegaba la eliminatoria de Copa. La única entre equipos de primera y tocaba jugarla fuera. La sensación de pájara quizás se queda hasta corta. El Deportivo Alavés salió como un ciclón en la primera parte y pronto pudimos encajar el primer gol, luego con el transcurso de los minutos el partido se igualó pero prácticamente sin ocasiones en ambas porterías. Ya en el segundo tiempo vino lo peor: El Alavés tiraba y tiraba hasta dejarnos de rueda sin aliento. Y pasó lo que se veía venir, gol encajado por pura insistencia y escasa resistencia de los de verdiblanco. Con el 1-0 el Alavés ni mucho menos reculó buscando la rueda del Betis metiéndose atrás. Al contrario de lo que nos pasa a nosotros el gol le dio nuevos bríos y pudo llegar perfectamente el segundo gol. Tampoco hizo falta porque el Betis no daba ni la más mínima muestra de peligro y en ningún momento los locales vieron peligrar el resultado. Eliminación tempranera, efímero paso por esta competición tan querida por nuestra afición. Abandon.

A veces en las grandes vueltas los equipos ciclistas se quedan con objetivos sin cumplir demasiado pronto. Se apuesta por la general y el líder tiene una caída u otros imponderables que se dan en carrera que te hacen cambiar los objetivos previstos inicialmente por otros. Pero la carrera continúa, quedan etapas y mucho todavía por jugarse. Confío que estamos en las mejores manos al timón, esperemos que esta tormenta sea pasajera y pronto veamos de nuevo ese juego e intensidad que nos gusta transformando en resultados que nos permitan estar arriba.

Para que volvamos a la buena senda jugará un papel fundamental la afición. Ahora es cuando hay que estar incondicionalmente con el equipo, porque es cuando más lo necesita. Esto es fútbol, y todo está tan igualado en la élite que la afición puede resultar decisiva con su apoyo sin fisuras. Recuerdo la presentación del míster John Mortimore y sus primeras palabras en la presentación del equipo de la 87/88:  “Saludos a la mejor afición del mundo”. Pues eso, que se cumpla y vayamos como nunca con los nuestros. Como el ciclista desfallecido siente el aliento del aficionado que le hace sacar fuerzas de la flaqueza.

Vamos Betis, manquepierda

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