 
18:30Vista previa |
| Colegiado: Cuadra Fernández |
| VAR: Pizarro Gómez |
Detalles
| Día de partido | Fecha | Hora | Liga | Temporada | Tiempo completo | TV |
|---|---|---|---|---|---|---|
| Jornada 17 | domingo, 15/12/2024 | 18:30 | LaLiga | 24-25 | 90' | Dazn |
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En el fútbol, como en la vida, se dan situaciones que se escapan de la lógica común. Es un deporte en el que hay tantos factores que intervienen, dentro y fuera del campo, que sería imposible predecir los comportamientos. De hecho, suele ser normal percibir que por mayor inversión habrá mayor rendimiento, algo que se sigue demostrando que no da a ciencia cierta el resultado esperado. Es la imprevisibilidad el elemento diferencial que hace que amemos está locura del balompié.
Dentro de esa complejidad, tanto para el análisis como para el entendimiento del juego, podríamos hacer hincapié en que 1 + 1 no son dos. A veces 1 + 1 son 4 o 5. Eso es debido a que hay relaciones futbolísticas que generan en las partes un resultado mayor al esperado.
Hay deportistas que se entregan al equipo sin necesidad de brillar en lo personal; no es raro ver profesionales que priorizan su rendimiento individual por encima del colectivo; encontramos jugadores que necesitan gregarios cerca suya para brillar tapando sus carencias; hay atletas que solo rinden si se sienten imprescindibles dándole igual el resultado del equipo; pero también existen otro tipo de jugadores qué hacen mejores a los que les rodean desatando a su alrededor la mejor versión de los compañeros, permitiendo que el nivel colectivo sea mayor que el que se obtendría con otros 11 jugadores.
Este tipo de futbolista que al entrar en contacto con otro compañero, ya sea táctico o técnico, hace que se multipliquen los rendimientos individuales son, en mi opinión, los diferenciales.
Normalmente cuando hago análisis tácticos presto mucha atención en aquellos tándems qué provocan que “el todo” sea mayor que la suma de sus partes. Jugadores que desatan en su compañero un desglose de gestos técnicos tácticos e incluso el liderazgo que potencian el resultado final. Poner a jugar al talento individual o detectarlo en el análisis es muy fácil. Lo complicado es ponerlo en el contexto táctico colectivo que, verdaderamente, haga que el jugador brille y, más difícil, que brillen los demás con él.
Es en este punto donde destacan los entrenadores de más experiencia e inteligencia emocional para detectar qué jugadores tienen el don de hacer centellear a los que les rodean. Insisto en que no es solo percibir el talento sino también el diseñar un entramado de juegos que permita que verdaderamente saqué a relucir ese carisma que necesitan otros futbolistas para desenvolverse de una manera más natural sin ataduras.
El impacto de estos jugadores que elevan a los demás reside sobre todo en lo emocional. Obviamente en la élite los jugadores tienen ese nivel técnico y táctico sobresaliente que les ha hecho llegar. El plus de competitividad se lo dará el equilibrio emocional de aprender a jugar sin presión y divertirse cada vez que entren en el terreno de juego. Es en este punto donde personalmente considero que estos futbolistas que impulsan al resto tienen la capacidad de transmitir calma, tranquilidad, confianza y personalidad para trasladar a su compañero de equipo aquella plazoleta de su barrio donde jugaban felices.
La pelota solo se le pasa al bueno, es algo que se aprende desde pequeños. Pero cuando el bueno es el que te pasa la pelota a ti, se despierta esa confianza y esa neurona espejo que permite ver más allá de las limitaciones que te autoimpones bajo el foco de la presión mediática.
Cuidemos a estos jugadores de talento que hacen mejores a los demás, a esos Magos que, desde un control, un pase o una sonrisa despiertan la esencia por la que todo el mundo empezó a jugar al fútbol: la diversión.
Jesús Botello
Escritor
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