Crónica. Sigue la decepción en Europa 1-1. Real Betis vs FC Copenhague

Europa volvió al Villamarín: Real Betis y Copenhague se han enfrentado en la segunda jornada de la fase de liga de la Conference. Los 45702 espectadores, 575 de ellos daneses, que se han acercado a Heliópolis han visto un empate a 1 que decepciona y enfada a la parroquia verdiblanca. 

Con ambos planteles teniendo la vitola de gallitos en esta competición y habiendo perdido inesperadamente en su primer choque, los dos equipos necesitaban y querían ganar.

Pellegrini hizo autocrítica antes del partido sobre el exceso de confianza que el Betis pagó muy caro en Varsovia, con lo que esta vez quiso, sin éxito, evitar el mismo error. La apuesta inicial del Ingeniero estuvo compuesta por Adrián, que volvía a la portería del Villamarín 11 años después; Ruibal y Ricardo Rodríguez en los laterales con Natan y Llorente en el centro de la defensa; un doble pivote formado por Johnny Cardoso y Altimira escoltando a Abde y Fornals en las bandas y el Chimy Ávila con Bakambu en punta. Es decir, una disposición con dos delanteros, como se hiciera con éxito en Pamplona.

Por su parte, el técnico danés Jacob Neestrup dispuso un once sorprendentemente sin el exjugador del Sevilla Delaney, pero con el brasileño Robert y el noruego de origen marroquí Elyounoussi por bandas, Mattsson como mediapunta y el capitán sueco Claesson como delantero. Hay que tener en cuenta que el próximo domingo tienen un choque clave en su competición doméstica contra el Brøndby, junto al que actualmente son colíderes.

El partido comenzó con un Copenhague atrevido. Los daneses presionaban arriba, robaban y mandaban tímidamente en la posesión, lo que incomodó a un Betis que parecía algo nervioso. Pero eso terminó de sopetón: en el minuto 8, el Chimy Ávila pelea y recupera un balón arriba y lo mueve hacia Abde, que venía al centro. El marroquí recibe y sin pensárselo dos veces lanza un derechazo desde 25 metros a la escuadra de Trott. 1-0 en el primer disparo a puerta del partido. Un auténtico golazo.

A raíz del tanto, el partido continuó en equilibrio. Un arreón visitante buscó un empate tempranero sin fortuna: Adrián estaba seguro y Pereira cabeceó fuera un corner bastante cómodo. El Betis replicó con acciones de Bakambu y Fornals, con idéntica fortuna.

Poco a poco el Copenhague creció. Con la batuta de un buen Mattsson, los daneses movían bien el balón y el Betis corría detrás de él. Eso sí, las ocasiones no llegaban en ninguna de las dos porterías… y los daneses se fueron diluyendo.

La última fase del primer tiempo fue un auténtico tostón. El rival quería pero no podía, y el Betis se limitaba a no desgastarse demasiado. Dos remates desviados, uno de Abde a pase de Fornals, y otro justo después del castellonense, fueron lo único que los espectadores pudieron llevarse a la boca en este tramo.

De este modo el partido llegó al descanso con el marcador provisional de 1-0: el único remate entre palos de todo el primer tiempo acabó en gol.

En la reanudación, Pellegrini no tuvo más remedio que incluir a Vitor Roque por un Bakambu con molestias físicas, mientras Neestrup no movió ficha en el Copenhague.

El Betis planteó segundo tiempo a fuego lento, apoyado en posesiones largas de balón. Quería evitar a toda costa que el partido se desbocara. El Copenhague, por su parte, contribuía al letargo con las revoluciones igualmente bajas. Así, sobre el césped no pasaba nada: solo alguna arrancada de Abde por parte local, mientras que el peligro danés venía más por errores de un irreconocible Diego Llorente que por aciertos propios.

A la hora de partido se vinieron los cambios: por partida triple en el equipo visitante, mientras Pellegrini reemplazaba a un oscuro Ruibal por Bellerín en el lateral derecho. Las ocasiones seguían llegando con cuentagotas y de forma muy tímida: Larsson, Fornals y el Chimy Ávila firmaron acciones con muy poco peligro.

Por la cuenta que le traía, Neestrup agitó el árbol y agotó sus cambios alrededor del minuto 70. Justo poco después el Betis perdonó el segundo: un gran centro desde su banda de Ricardo Rodríguez lo remata Fornals y Trott hace la parada de la tarde. El fútbol tiene sus leyes, y una de las que más se cumple es que el que perdona, lo paga. Y más si se tienen fallos de concentración como el de Bellerín: es incomprensible cómo un futbolista que acaba de entrar y está fresco cometa un penalty tan evidente sobre Kevin Diks. El propio holandés se encargó de anotar desde los once metros: empate a 1 en el minuto 77.

Entonces llegaron las prisas. Pellegrini incluyó a Diao y Juanmi a la desesperada, buscando hacer en 15 minutos lo que no había hecho en 75: meter intensidad. El equipo pudo aproximarse al área rival, pero sin peligro alguno. Solo produjo remates forzados, muy fáciles para Trott.

La afición, también aletargada durante toda la tarde, se desesperaba ante la impotencia de su equipo, que era incapaz tan siquiera de colgar balones de peligro. El partido terminó con empate a 1. Un Betis demasiado contemplativo volvió a pifiarla en Europa.

Ahora vuelve la Liga: será el próximo domingo, también en el Villamarín, ante el Atlético de Madrid. Un rival que no se nos da nada bien. Esperemos que el Betis pueda estar a la altura que hoy no ha tenido.