 
1 - 1Tiempo completo |
0-1 | 50' Assane Diao | |
| Lucas Boyé 67' | 1-1 | |
| Colegiado: García Verdura | ||
| VAR: Pizarro Gómez |
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Segundo derby andaluz consecutivo para el Real Betis: si el fin de semana pasado tocaba el Cádiz en casa, esta vez ha sido el Granada el rival en el Estadio de Los Cármenes con un gran ambiente en las gradas. Demasiadas urgencias demasiado pronto para ambos equipos, necesitados de sumar de 3 con cierta premura después de haber empezado la Liga con muchas dudas.
Pellegrini dispuso un once titular con 6 novedades: entre ellas, Ruibal y Chadi Riad en defensa, Guardado en el mediocentro y Assane Diao en ataque. Tanto cambio situó de inicio a Ayoze en punta.
El primer tiempo fue entretenido para el espectador neutral. El Betis salió con ritmo, pautado por un sorprendente Assane Diao que en apenas 5 minutos provocó una tarjeta amarilla al rival y tuvo una ocasión tras galopada que finalizó muy desviado.
Pero a partir de ahí, el equipo nazarí pisó el acelerador y durante 20 minutos sólo existieron los locales sobre el campo. La avalancha fue tal que el Granada generaba ocasiones cada minuto. Ignasi Miquel, Lucas Boyé, Uzuni en dos ocasiones y Antonio Puertas en otras dos bien pudieron abrir el marcador, pero se encontraron con un buen Claudio Bravo o directamente con el poste. El Betis era incapaz de contener a su rival: las líneas demasiado separadas generaban huecos enormes que el Granada aprovechaba a placer.
Solo el lógico cansancio ante tanta intensidad hizo que el partido se enfriara a la media hora. La lesión de Uzuni, que fue sustituido, dio paso a un acto final del primer tiempo donde los verdiblancos al fin despertaron. Isco y Diao cogieron de nuevo la manija del equipo y se generó cierto peligro en acciones de Abde y sobre todo de Pezzella, que remató fuera en un escorzo de cabeza bastante complicado cerca de la meta de André Ferreira.
Al fin, el partido llegó al descanso con el marcador inicial, en un primer tiempo en el que el Granada remató hasta 9 veces a puerta y en el que en el Betis sólo Assane Diao y Claudio Bravo parecieron estar a la altura.
Sin cambios adicionales al descanso, la segunda parte comenzó de nuevo con un Granada eléctrico que en dos minutos tuvo tres llegadas muy peligrosas.
Pero todo cambió en el minuto 50: un error local en la salida de balón acaba con la pelota en los pies de Assane Diao, que saca un zurdazo seco y ajustado que se convierte en un golazo. Debut soñado con gol del canterano. El Betis se adelantaba con su primer disparo entre palos del partido.
A partir de aquí, el Betis al fin se creció. Rodri entró por un desdibujado Abde y los visitantes empezaron a hacer su juego con un Granada que se vino abajo. El equipo verdiblanco creó muchísimo peligro con acciones de Isco, Ayoze e incluso un gol de Chadi Riad que fue anulado, tras larga revisión del VAR, por fuera de juego de un Ayoze que influía en la jugada.
Pero fue solo un espejismo. En lugar de enfriar el partido o rematarlo con un segundo tanto, el Betis volvió a bajar la guardia y el Granada lo aprovechó. Un estelar Bryan Zaragoza jugaba como quería y Lucas Boyé era un dolor continuo. Precisamente fue el argentino el que empató el choque en un remate fácil desde cerca imposible para Bravo. El partido se empataba en el minuto 66.
Ahí no quedó la cosa. El Granada volvió a incrementar la intensidad y tuvo un nuevo tramo de dominio absoluto, con ocasiones de sobra para marcar más goles. Claudio Bravo hizo una enorme parada a disparo de José Callejón y Lucas Boyé perdonó de cabeza lo que parecía un gol cantado.
La falta de puntería local desembocó en un descuento tan largo como loco, con ocasiones por ambos bandos. Borja Iglesias, ya en el campo, tuvo el gol cerca pero demostró que está muy lejos de lo que una vez fue.
Así, el partido terminó en empate a 1. El Granada, penúltimo en Liga, fue netamente superior y mereció ganar. El Betis ahondó en su crisis de juego y resultados y cae a mitad de la tabla. El domingo espera el Valencia en casa. Mucho debe cambiar este grupo para dar la vuelta a lo que empieza a ser una situación preocupante.
