La rueda de prensa que vivimos el domingo en el Villamarín exponía motivos más que suficientes como para escucharla varias veces. El entrenador entró serio, casi cabizbajo. Al momento los periodistas lanzaron certeras preguntas que iban casi siempre en la misma dirección: el enfado de Setién con la grada.
Sabían los periodistas que ahí podían sacar, de la nada, varios programas intersemanales y nuestro “míster” les dio carnaza.
Triste, casi acongojado se quejaba amargamente del trato a uno de los suyos, a un futbolista de la casa e incluso ponía ejemplos impensables, que se pusieran en la piel del chico o en la de sus padres.
A la pregunta de que si pedía perdón por el “idos a tomar por culo” respondía que era humano aunque no era su condición y pedía perdón, pero le había pedido el cuerpo reaccionar así y así se había expresado.
Hoy la mitad bética pide un castigo y la otra mitad lo comprende, siempre esa dualidad… Pero hoy hablamos de Setién y no de Francis, hablamos de Setién y no de Sanabria. Le damos palos de todas las maneras a Setién y no a los jugadores.
Si para los jugadores del Betis no es una muestra de “con los míos a muerte” es que no tienen sangre en las venas. Si no es una demostración de que el entrenador es capaz de poner la cabeza antes de un pelo de sus jugadores y éstos no responden dejándose la piel en el campo por él esta temporada ya estará perdida antes de los mantecaos.
No hemos hecho mucho, tampoco hemos hecho nada, hay todo por hacer, el domingo el entrenador, cuando lo fácil es encogerse de hombros y decir que no le han traído un lateral (que eso ya lo hemos visto en ruedas de prensa) es capaz de defenderlo echándose encima a una parte de la afición lanzó un mensaje arriesgado, esperemos que sirva para sacar garra, que calidad ya tienen.