La Maglia Verde: En búsqueda de la regularidad con la juventud 0-1. RCD Mallorca vs Real Betis

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Partido de la primera vuelta

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Jornada 22 de Liga, visitamos Palma de Mallorca, donde esta semana se ha celebrado la Challenge. Esta carrera tiene dos peculiaridades: supone levantar el telón de la temporada ciclista en nuestro país y por extensión el calendario europeo, pues las primeras carreras del año se han corrido en nuestras antípodas, el Tour Down Under de Australia. La segunda es que esta competición no tiene rango de vuelta. Aunque se corre en días consecutivos, no hay clasificación general ni otras y son trofeos independientes cada carrera. Por eso, por ejemplo, si un corredor no toma la salida un día o abandona puede ser de la partida la jornada siguiente sin problemas, al ser una  prueba distinta. El mismo sábado un joven asturiano, Pelayo Sánchez,  le ha dado los primeros puntos de la temporada UCI Pro Tour al Movistar, imponiéndose al sprint en la cuarta manga de la Challenge, el trofeo Pollença-Port d’Andratx.

Como dice mi amigo Pepe, compañero ciclista de pasado brillante en el triatlón y que de ciclismo sabe tela, estamos asistiendo en los últimos años en el mundo de las dos ruedas al nacimiento de una hornada de ciclistas que destacan tanto por su juventud como por su enorme calidad y talento. El colombiano Egan Bernal ganó el Tour de Francia nada más y nada menos, y se ha recuperado en tiempo récord de un accidente que bien pudo costarle la vida marcándose como objetivo la Vuelta a España este curso. Lo que estamos disfrutando con las grandes clásicas de primavera con gente como Van der Poel, Van Aert, Evenepoel, Pidcock... y por supuesto las grandes vueltas con Pogàcar y Vingegaard. Por cierto enhorabuena a Pepe por la brillante clasificación a semifinales de Copa del Rey de su Atlético de Madrid, justo vencedor de la eliminatoria.

Pues el mismo día que Pelayo conquistó Mallorca comparecía el Real Betis Balompié en Son Moix para rendir visita al equipo rojinegro del RCD Mallorca. El equipo balear salió fuerte con la moral por las nubes tras su clasificación copera a semifinales, eliminando nada más y nada menos que al Girona FC, actual líder de Primera División y posiblemente el que despliega el juego más vistoso de la competición. Las sensaciones béticas eran de falta de regularidad como visitante esta temporada, donde ciertamente hemos puntuado pero con la sensación de que podrían ser más los puntos en el zurrón verdiblanco. Muchos partidos donde nos hemos puesto por delante, pero que nos terminaban empatando. Y eso te deja un mal sabor de boca: no es lo mismo empatar a que te empaten. Como no es lo mismo que te cacen en una fuga a que seas tú el que viniendo por detrás consigues conectar con los que van por delante. Además, el considerable número de bajas dejaba en manos de jugadores jóvenes, y alguno prácticamente debutante, la responsabilidad de defender el escudo de las Trece Barras.

Pero he aquí que los dos jóvenes medio centros, Cardoso y especialmente Altimira, estuvieron a la altura. Tras ese dubitativo comienzo  con remate al palo del equipo local el Betis se hizo con las riendas del partido pero sin generar excesivo peligro. Justo al final de la primera parte, el anteriormente citado Altimira enganchó un soberbio zapatazo que, a pesar de tocar el portero, introdujo el balón en las mallas bermellonas. No había estado el Betis fino arriba, pues jugamos sin una referencia atacante claramente definida. Fekir volvió a esa posición que los entendidos denominan “falso 9” como en la resolución exitosa de la anterior jornada contra el Granada CF. La calidad del francoargelino, así como el enésimo partido brillante de Isco, entrega y calidad a raudales, no pudieron inclinar la balanza del lado verdiblanco hasta el postrero gol del catalán que nos ponía por delante. En la segunda parte estaba por ver si nos volverían a dar caza como en anteriores ocasiones o si por fin seríamos capaces de mantener o aumentar la renta. Se quedó en el banquillo el mariscal Pezzella y entró otro joven en su lugar, el canterano Visus. Como dice mi amigo Aurelio, ayer no jugó Sócratis. El griego se transformó en Sokratisbauer, pues vaya lección de liderazgo y jerarquía dio en el centro de la zaga, anulando toda opción a los delanteros locales. El Betis tiró de oficio; no es que generáramos arriba claras ocasiones, pero, aunque la cortedad del marcador siempre mantiene a uno en vilo porque en cualquier momento puede pasar cualquier cosa, esta vez parecía que la escapada llegaría con éxito como felizmente ocurrió.

Por supuesto que no toda la responsabilidad se puede cargar sobre los jóvenes, pero si estos están rodeados de expertos cualificados con oficio, calidad y compromiso, el cóctel puede ser el idóneo para alcanzar la ansiada regularidad que nos permita sumar de tres en tres y nos acerque al objetivo de estar en Europa nuevamente la temporada que viene.

Vamos Betis, pedalea sin descanso. Siempre contigo.

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