Coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, el Parlamento Europeo (PE) aprobó ayer una resolución que exige "equidad" en el acceso a las medidas de prevención que pretenden reducir el número de infectados por el virus VIH en Europa. El texto salió adelante con 454 votos a favor, 44 abstenciones y 86 posicionamientos en contra, de los que once correspondieron a diputados españoles del Partido Popular (PP).
De esta forma, ningún eurodiputado popular español quiso votar a favor del fin de la discriminación de los seguros sanitarios privados ni respaldó la elaboración de un Plan Europeo contra el Sida. Los restantes doce europarlamentarios que conforman la delegación española del PP no ejercieron su derecho a voto "por no encontrarse en el hemiciclo en el momento de la votación", tal y como confirmaron fuentes de la propia institución.
Ni siquiera el ultraderechista francés Jean Marie Le Pen fue capaz de oponerse a la adopción de estas medidas, por lo que los conservadores españoles quedaron entre la cuarentena de parlamentarios ultras que confunden cuestiones morales con derechos fundamentales de las personas y que aglutinan el núcleo duro de parlamentarios contrarios a los derechos humanos de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales.
Los eurodiputados españoles que no quieren que las instituciones europeas batallen contra el Sida son: Jaime Mayor Oreja, portavoz de los populares españoles en el PE; la exministra de Educación Pilar del Castillo; la extremeña Pilar Ayuso; Pablo Arias; Agustín Díaz de Mera, ex director general de la Policía; Luis de Grandes Pascual; Carmen Fraga; Gabriel Mato; Francisco José Millán; José Ignacio Salafranca; y el ultraconservador Alejo Vidal-Quadras.
Los populares también votaron en contra de que los estados miembros de la Unión Europea (UE) redacten planes nacionales para combatir el contagio de VIH/sida y garanticen el “acceso igual y asequible a los anticonceptivos, incluida la contracepción de emergencia: aborto seguro y legal, incluidos los cuidados post-aborto”.
Según datos de la UE, diez europeos de cada millón mueren a causa del Sida. Portugal ocupa el primer lugar en el ranking de fallecimientos, con 63 muertes por cada millón de portugueses. Estonia, 31; Letonia, 26, España, 24 y Rumanía, diez. Estos son los estados que más mortalidad presentan por cada millón de habitantes.
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De esta forma, ningún eurodiputado popular español quiso votar a favor del fin de la discriminación de los seguros sanitarios privados ni respaldó la elaboración de un Plan Europeo contra el Sida. Los restantes doce europarlamentarios que conforman la delegación española del PP no ejercieron su derecho a voto "por no encontrarse en el hemiciclo en el momento de la votación", tal y como confirmaron fuentes de la propia institución.
Ni siquiera el ultraderechista francés Jean Marie Le Pen fue capaz de oponerse a la adopción de estas medidas, por lo que los conservadores españoles quedaron entre la cuarentena de parlamentarios ultras que confunden cuestiones morales con derechos fundamentales de las personas y que aglutinan el núcleo duro de parlamentarios contrarios a los derechos humanos de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales.
Los eurodiputados españoles que no quieren que las instituciones europeas batallen contra el Sida son: Jaime Mayor Oreja, portavoz de los populares españoles en el PE; la exministra de Educación Pilar del Castillo; la extremeña Pilar Ayuso; Pablo Arias; Agustín Díaz de Mera, ex director general de la Policía; Luis de Grandes Pascual; Carmen Fraga; Gabriel Mato; Francisco José Millán; José Ignacio Salafranca; y el ultraconservador Alejo Vidal-Quadras.
Los populares también votaron en contra de que los estados miembros de la Unión Europea (UE) redacten planes nacionales para combatir el contagio de VIH/sida y garanticen el “acceso igual y asequible a los anticonceptivos, incluida la contracepción de emergencia: aborto seguro y legal, incluidos los cuidados post-aborto”.
Según datos de la UE, diez europeos de cada millón mueren a causa del Sida. Portugal ocupa el primer lugar en el ranking de fallecimientos, con 63 muertes por cada millón de portugueses. Estonia, 31; Letonia, 26, España, 24 y Rumanía, diez. Estos son los estados que más mortalidad presentan por cada millón de habitantes.
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