MONTEQUINTO
"Me encañonaron delante de mis hijos"
Jesús Fernández relata el miedo sufrido en el registro de su casa.
F. PÉREZ ÁVILA | ACTUALIZADO 29.09.2011 - 07:41
Jesús Fernández pensó que quienes entraron en su casa a primera hora de la mañana de ayer vestidos de policías no eran tales, sino una banda de atracadores que pretendían secuestrarlo. Los agentes irrumpieron en su vivienda de Montequinto a las 08:15, lo encañonaron y lo esposaron contra el suelo mientras su esposa permanecía en la cama con sus dos hijos pequeños. La Policía buscaba a una persona vinculada con una organización dedicada al tráfico de drogas y se encontró con una familia que no tenía nada que ver con ello.
"Rompieron la puerta, me encañonaron, me golpearon, todo delante de mis hijos... Estoy muy afectado ahora mismo. Tengo ganas de llorar. Prefiero no seguir hablando", explicó ayer a este periódico Jesús Fernández, que ayer tuvo que recibir asistencia sanitaria y hoy tiene previsto acudir a un psiquiatra. El afectado ha puesto el caso en manos de su abogado, Manuel Risueño, que explica que en los próximos días pretende aclarar qué buscaba la Policía en casa de su cliente. "Él creyó que eran unos delincuentes vestidos de policías. No se podía explicar que la Policía entrara allí destrozando su puerta, encañonándolo y tirándolo al suelo. Como además lo esposaron con unas bridas de plástico y no con las esposas clásicas de metal, pensó que iban a secuestrarlo. Por lo que me han contado los niños incluso preguntaban qué había hecho su padre para que lo esposaran. A los veinte minutos, a alguno de los policías se le encendió la luz y decidió que allí no había nada de lo que buscaban y se marcharon dejando la casa completamente destrozada".
La Jefatura Superior de Policía explicó ayer a este periódico que el registro forma parte de una operación contra una red dedicada al tráfico de estupefacientes y que ha sido ordenado por un juzgado de Extremadura. La Policía sostiene que no hubo ningún error en el domicilio registrado y que esa vivienda es o ha sido propiedad de una persona vinculada al narcotráfico. Los residentes, en cambio, aseguran que llevan varios años viviendo allí y que no tienen nada que ver con esta actividad ilícita.
"Sí nos han comentado que en otras ocasiones han llegado allí policías preguntando por una persona en concreto. En una ocasión fueron hasta policías locales que querían saber algo sobre una mujer que decían que vivía en la casa. Pero nunca habían entrado como hoy. No sabemos si buscaban a la anterior propietaria de la vivienda o si se han equivocado en el domicilio", expuso el abogado de la familia en cuya casa se realizó el registro.
Rosa, la hermana de Jesús, explicó ayer que la familia se encuentra muy alarmada por todo lo ocurrido. Durante la tarde de ayer Jesús estuvo en el médico, donde se le expidió un parte de lesiones. El abogado pretende aclarar lo ocurrido antes de emprender acciones legales contra la Policía o contra el juez que haya ordenado el registro.
"Me encañonaron delante de mis hijos"
Jesús Fernández relata el miedo sufrido en el registro de su casa.
F. PÉREZ ÁVILA | ACTUALIZADO 29.09.2011 - 07:41
Jesús Fernández pensó que quienes entraron en su casa a primera hora de la mañana de ayer vestidos de policías no eran tales, sino una banda de atracadores que pretendían secuestrarlo. Los agentes irrumpieron en su vivienda de Montequinto a las 08:15, lo encañonaron y lo esposaron contra el suelo mientras su esposa permanecía en la cama con sus dos hijos pequeños. La Policía buscaba a una persona vinculada con una organización dedicada al tráfico de drogas y se encontró con una familia que no tenía nada que ver con ello.
"Rompieron la puerta, me encañonaron, me golpearon, todo delante de mis hijos... Estoy muy afectado ahora mismo. Tengo ganas de llorar. Prefiero no seguir hablando", explicó ayer a este periódico Jesús Fernández, que ayer tuvo que recibir asistencia sanitaria y hoy tiene previsto acudir a un psiquiatra. El afectado ha puesto el caso en manos de su abogado, Manuel Risueño, que explica que en los próximos días pretende aclarar qué buscaba la Policía en casa de su cliente. "Él creyó que eran unos delincuentes vestidos de policías. No se podía explicar que la Policía entrara allí destrozando su puerta, encañonándolo y tirándolo al suelo. Como además lo esposaron con unas bridas de plástico y no con las esposas clásicas de metal, pensó que iban a secuestrarlo. Por lo que me han contado los niños incluso preguntaban qué había hecho su padre para que lo esposaran. A los veinte minutos, a alguno de los policías se le encendió la luz y decidió que allí no había nada de lo que buscaban y se marcharon dejando la casa completamente destrozada".
La Jefatura Superior de Policía explicó ayer a este periódico que el registro forma parte de una operación contra una red dedicada al tráfico de estupefacientes y que ha sido ordenado por un juzgado de Extremadura. La Policía sostiene que no hubo ningún error en el domicilio registrado y que esa vivienda es o ha sido propiedad de una persona vinculada al narcotráfico. Los residentes, en cambio, aseguran que llevan varios años viviendo allí y que no tienen nada que ver con esta actividad ilícita.
"Sí nos han comentado que en otras ocasiones han llegado allí policías preguntando por una persona en concreto. En una ocasión fueron hasta policías locales que querían saber algo sobre una mujer que decían que vivía en la casa. Pero nunca habían entrado como hoy. No sabemos si buscaban a la anterior propietaria de la vivienda o si se han equivocado en el domicilio", expuso el abogado de la familia en cuya casa se realizó el registro.
Rosa, la hermana de Jesús, explicó ayer que la familia se encuentra muy alarmada por todo lo ocurrido. Durante la tarde de ayer Jesús estuvo en el médico, donde se le expidió un parte de lesiones. El abogado pretende aclarar lo ocurrido antes de emprender acciones legales contra la Policía o contra el juez que haya ordenado el registro.
Solo el leerlo te estremece, imagínate que nos ocurre a alguien de nosotros pero claro, aquí hay que preguntarse...
Una investigación policíal consta de varios meses, sobre todo de este calibre...y para entrar así a una casa...deben tenerlo clarísimo...y en caso de equivocación, personalmente la consideraría muy grave...¿hacia quién o quienes habría que ir judicialmente por el daño moral y destrozos causados, sumado a aquello que no van a poder pagar, que es la imagen de los niños viendo como esposaban a su padre?
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