Abrimos el libro de Sociedad de sexto

Pues bien, hemos decidido a acercarnos a ese libro que, en parte, se ha convertido en nuestro icono, ese libro azul con cuadros de colores, de sexto que tantos quebraderos de cabeza nos produjo y que tanta ilusión nos hace verlo ahora. Y no solo nos hemos acercado, si no que hemos ido más allá; lo hemos abierto, sabiendo que, como la caja de Pandora, lo que nos íbamos a encontrar sería como una borrasca de datos que, es posible, hayamos olvidado. ¿En serio estudiábamos todo esto en sexto?
Como todo buen libro empezaba por el principio de todo, esto es, hablándonos de la Tierra, con la atmósfera, litosfera e hidrosfera. Datos de los kilómetros cuadrados de superficie y con conceptos que se nos escapaban como las diferentes capas, manto y núcleo. Así como para empezar bien el curso, nada de ir poco a poco.

El libro estaba separado por temas de un tamaño similar, con un montón de dibujos (a los que nosotros añadíamos detalles a lápiz) y con diagramas explicativos con datos, muchísimos datos que subrayábamos cuando el profesor nos decía que eso entraría en el examen. De la Tierra y sus capas, hidrosferas y demás se pasaba a los países del Mundo y, ya en la página 8, te encasquetaban un mapamundi.

Un dibujo a doble página con un montón de nombres (bufff) ¿Hay que aprenderse todos? Pues espérate a que lleguen las provincias, capitales, municipios, ríos…. Al final de cada tema venían dos hojas de ejercicios, donde además solía haber una pequeña lectura hablando de un libro o escritor conocido que viniese a cuento con lo estudiado, como para hacerlo más ameno.

Una vez pasados los países y situados en nuestro planeta era necesario conocer su clima y saber diferenciarlo dependiendo del país o zona geográfica. ¿Y esto para qué tengo que saberlo si aquí siempre llueve y no voy a irme lejos? Cualquier excusa era buena para quejarse, pero no colaba y el profe nos decía eso de: esto subrayadlo que va a entrar. Jo…

Pero es que nuestra vaguería llegaba hasta el punto de no subrayar lo dicho por el profesor y poner anotaciones o llaves o círculos que agrupasen varios párrafos. Jo, hay que saberse todo, no se deja fuera nada de nada. El control del viernes no sé yo si voy a aprobar…


El libro de Sociedad era, en ocasiones, un libro de Historia, y nos hablaba de los primeros asentamientos humanos, de tribus antiquísimas, de vikingos, de bárbaros o de romanos haciendo de las suyas en su enorme imperio. Aquello ya era algo más divertido, era como ver una peli de esas que daban los sábados después de comer.

Y si a veces era libro de Historia otras veces lo era de Arte y nos hablaban de los estilos dórico, jónico y corintio, de volutas, rosetones y demás ¿Esto que es gótico o románico? Bufff, esto ya era menos ameno…

Según iban pasando los capítulos, los temas empezaban a ser algo más complicados y había que hacer un gran esfuerzo por entender algunos conceptos. Pensábamos que la asignatura de Sociedad no era para niños, aquello era para gente mayor, hablando del comercio y de cosas de esas que habíamos escuchado en los telediarios, esos programas tan aburridos…

Y claro, con el comercio y los transportes acabaron viniendo conceptos como importación, exportación… Vamos que hasta para tomar un desayuno tranquilamente en casa antes del cole se metía el libro de Soci…

Por lo general no daba tiempo a dar el libro entero en un curso y los últimos temas se daban deprisa y corriendo que era cuando empezaba lo divertido, cosas como las señales de tráfico (lo de divertido era por los dibujos de guardias de tráfico) y cosas de vital importancia como las partes de una bicicleta (¿eso era sociedad?


Pero también era un libro que te hablaba del comportamiento cívico, de las corrientes ideológicas, de las religiones, las razas, los modelos de familia actuales, de cultura, incluso noticias… Un libro completo que, bien pensado, tenía el nombre perfecto, ya que aquella era nuestra sociedad.

https://yofuiaegb.com/abrimos-el-lib...edad-de-sexto/

Pues bien, hemos decidido a acercarnos a ese libro que, en parte, se ha convertido en nuestro icono, ese libro azul con cuadros de colores, de sexto que tantos quebraderos de cabeza nos produjo y que tanta ilusión nos hace verlo ahora. Y no solo nos hemos acercado, si no que hemos ido más allá; lo hemos abierto, sabiendo que, como la caja de Pandora, lo que nos íbamos a encontrar sería como una borrasca de datos que, es posible, hayamos olvidado. ¿En serio estudiábamos todo esto en sexto?
Como todo buen libro empezaba por el principio de todo, esto es, hablándonos de la Tierra, con la atmósfera, litosfera e hidrosfera. Datos de los kilómetros cuadrados de superficie y con conceptos que se nos escapaban como las diferentes capas, manto y núcleo. Así como para empezar bien el curso, nada de ir poco a poco.

El libro estaba separado por temas de un tamaño similar, con un montón de dibujos (a los que nosotros añadíamos detalles a lápiz) y con diagramas explicativos con datos, muchísimos datos que subrayábamos cuando el profesor nos decía que eso entraría en el examen. De la Tierra y sus capas, hidrosferas y demás se pasaba a los países del Mundo y, ya en la página 8, te encasquetaban un mapamundi.

Un dibujo a doble página con un montón de nombres (bufff) ¿Hay que aprenderse todos? Pues espérate a que lleguen las provincias, capitales, municipios, ríos…. Al final de cada tema venían dos hojas de ejercicios, donde además solía haber una pequeña lectura hablando de un libro o escritor conocido que viniese a cuento con lo estudiado, como para hacerlo más ameno.

Una vez pasados los países y situados en nuestro planeta era necesario conocer su clima y saber diferenciarlo dependiendo del país o zona geográfica. ¿Y esto para qué tengo que saberlo si aquí siempre llueve y no voy a irme lejos? Cualquier excusa era buena para quejarse, pero no colaba y el profe nos decía eso de: esto subrayadlo que va a entrar. Jo…

Pero es que nuestra vaguería llegaba hasta el punto de no subrayar lo dicho por el profesor y poner anotaciones o llaves o círculos que agrupasen varios párrafos. Jo, hay que saberse todo, no se deja fuera nada de nada. El control del viernes no sé yo si voy a aprobar…


El libro de Sociedad era, en ocasiones, un libro de Historia, y nos hablaba de los primeros asentamientos humanos, de tribus antiquísimas, de vikingos, de bárbaros o de romanos haciendo de las suyas en su enorme imperio. Aquello ya era algo más divertido, era como ver una peli de esas que daban los sábados después de comer.

Y si a veces era libro de Historia otras veces lo era de Arte y nos hablaban de los estilos dórico, jónico y corintio, de volutas, rosetones y demás ¿Esto que es gótico o románico? Bufff, esto ya era menos ameno…

Según iban pasando los capítulos, los temas empezaban a ser algo más complicados y había que hacer un gran esfuerzo por entender algunos conceptos. Pensábamos que la asignatura de Sociedad no era para niños, aquello era para gente mayor, hablando del comercio y de cosas de esas que habíamos escuchado en los telediarios, esos programas tan aburridos…

Y claro, con el comercio y los transportes acabaron viniendo conceptos como importación, exportación… Vamos que hasta para tomar un desayuno tranquilamente en casa antes del cole se metía el libro de Soci…

Por lo general no daba tiempo a dar el libro entero en un curso y los últimos temas se daban deprisa y corriendo que era cuando empezaba lo divertido, cosas como las señales de tráfico (lo de divertido era por los dibujos de guardias de tráfico) y cosas de vital importancia como las partes de una bicicleta (¿eso era sociedad?


Pero también era un libro que te hablaba del comportamiento cívico, de las corrientes ideológicas, de las religiones, las razas, los modelos de familia actuales, de cultura, incluso noticias… Un libro completo que, bien pensado, tenía el nombre perfecto, ya que aquella era nuestra sociedad.

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