Un niño de 10 años asesina de un disparo a su padre, líder de un grupo neonazi
Un nio de 10 aos asesina de un disparo a su padre, lder de un grupo neonazi | Estados Unidos | elmundo.es
En la escalera de la sala de estar le mostró a un amigo su último regalo: un cinturón de cuero fino estampado con una insignia de plata de las SS. Poco más de 12 horas después y en ese mismo lugar, la Policía de Riverside (California) encontraba al chico, de 10 años, con la pistola con la que supuestamente había matado a su padre, miembro destacado del Movimiento Nacional Socialista (NSM), el mayor partido neonazi de EEUU.
La Policía afirma que se trata de homicidio intencionado, aunque los motivos no están claros. Cualquiera que haya sido la razón, el episodio coloca el foco sobre el grupo al que el fallecido, Jeff Hall, dedicó su vida, según recoge 'The New York Times'.
Hall había predicho que sus actividades políticas, en un mundo lleno de odio, sospecha y violencia, le conducirían a la desaparición. "Quiero una sociedad blanca", reclamó. "Creo en la secesión, creo en dar mi vida por la secesión".
Lo que nunca podía esperar era que el autor de su muerte sería su propio hijo, a quien había forjado en la creencia de la supremacía blanca y con quien había compartido su obsesión por las armas, la simbología nazi y el discurso racista.
En los últimos dos meses, 'The New York Times' había asistido y documentado una serie de eventos organizados por Hall y su grupo, incluyendo manifestaciones violentas, barbacoas y otros eventos en el patio trasero de su residencia en Riverside, al este de Los Ángeles, convertida en sede del movimiento en el sur del estado.
Odio al inmigrante
Hall, figura emergente en el mayor grupo supremacista del país (400 miembros en 32 estados), fue capaz de capitalizar el sentimiento antiinmigrante para atraer a jóvenes cabezas rapadas, antiguos integrantes del Ku Klux Klan y extremistas de izquierda y derecha. En una reunión celebrada el día antes de ser asesinado, había izado una bandera con una esvástica no lejos de la cuna de otro hijo recién nacido.
Fontanero locuaz de 32 años, con una cruz y una calavera tatuadas en la nuca, Hall se había postulado como candidato del NSM a unas elecciones del distrito en otoño pasado, obteniendo un 28% de los votos.
Hacia la inmigración ilegal había apuntado también Hall, organizador de eventuales "patrullas fronterizas" en el desierto. En el tránsito de la caja de herramientas a las gafas de visión nocturna, solía presumir de estar enseñando a su hijo a usar su equipo y a disparar un arma.
Está previsto que el muchacho comparezca en los tribunales a finales de este mes. Su defensa ha señalado que podría alegar demencia. Tanto él como una hermana menor habían sido objeto de una amarga disputa por la custodia con la primera esposa de Hall, aunque finalmente fue éste quien quedó al cargo.
La Policía afirma que se trata de homicidio intencionado, aunque los motivos no están claros. Cualquiera que haya sido la razón, el episodio coloca el foco sobre el grupo al que el fallecido, Jeff Hall, dedicó su vida, según recoge 'The New York Times'.
Hall había predicho que sus actividades políticas, en un mundo lleno de odio, sospecha y violencia, le conducirían a la desaparición. "Quiero una sociedad blanca", reclamó. "Creo en la secesión, creo en dar mi vida por la secesión".
Lo que nunca podía esperar era que el autor de su muerte sería su propio hijo, a quien había forjado en la creencia de la supremacía blanca y con quien había compartido su obsesión por las armas, la simbología nazi y el discurso racista.
En los últimos dos meses, 'The New York Times' había asistido y documentado una serie de eventos organizados por Hall y su grupo, incluyendo manifestaciones violentas, barbacoas y otros eventos en el patio trasero de su residencia en Riverside, al este de Los Ángeles, convertida en sede del movimiento en el sur del estado.
Odio al inmigrante
Hall, figura emergente en el mayor grupo supremacista del país (400 miembros en 32 estados), fue capaz de capitalizar el sentimiento antiinmigrante para atraer a jóvenes cabezas rapadas, antiguos integrantes del Ku Klux Klan y extremistas de izquierda y derecha. En una reunión celebrada el día antes de ser asesinado, había izado una bandera con una esvástica no lejos de la cuna de otro hijo recién nacido.
Fontanero locuaz de 32 años, con una cruz y una calavera tatuadas en la nuca, Hall se había postulado como candidato del NSM a unas elecciones del distrito en otoño pasado, obteniendo un 28% de los votos.
Hacia la inmigración ilegal había apuntado también Hall, organizador de eventuales "patrullas fronterizas" en el desierto. En el tránsito de la caja de herramientas a las gafas de visión nocturna, solía presumir de estar enseñando a su hijo a usar su equipo y a disparar un arma.
Está previsto que el muchacho comparezca en los tribunales a finales de este mes. Su defensa ha señalado que podría alegar demencia. Tanto él como una hermana menor habían sido objeto de una amarga disputa por la custodia con la primera esposa de Hall, aunque finalmente fue éste quien quedó al cargo.
Comentario