Se sabe todo, ya se sabe todo, en realidad se sabía. Ahí están las imágenes para el mundo, de soldados jugando en jardines de infancia destrozados, de asesinatos a sangre fría, arrojando a una madre en frente de sus hijos desde un quinto piso, bombardeando campos de concentración como hicieron con pinches muy parecidos en el gueto de Varsovia, hacinando a mayores y niños en estadios de fútbol, dejándolos desnudos, matándolos aleatoriamente. Ahí están también las imágenes de helicópteros israelíes disparando contra los rehenes que huían, está todo; la mayor matanza y exterminio con pruebas del SXXI, y os da igual. No soporto compartir el aire con personas tan podridas por dentro que ven proporcionalidad o bandos, pero lo entiendo, es lo que nos rodea, la normalización de la fase superior del sistema y la utilización de la fuerza bruta para sus fines. Como dice Cordobéstico, al menos con el fin y la destrucción la muerte llegará para todos, también para aquellos que actúan en nombre de un Dios y de los privilegios.
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