Habrá zonas de la provincia en la que desaparecerán las playas de manera puntual durante la pleamar, y otras en las que, en la bajamar, saldrán a la luz superficies que siempre han permanecido bajo el agua
Foto tomada horas después, durante la pleamar correspondiente a esa misma jornada de 2006.
El fin de semana del 19-20 de marzo la provincia de Cádiz se verá reducida a su mínima expresión para, horas después, crecer de manera aún imprevisible.
La Junta de Andalucía, a través de su delegación de Medio Ambiente, quiso ayer llamar la atención a los gaditanos sobre un fenómeno natural, que se prevé histórico, calculado para el fin de semana del Día del Padre. En esos dos días se esperan unas mareas excepcionales que afectarán a toda la costa subatlántica andaluza, desde Huelva hasta el Estrecho.
Silvia López, la delegada provincial de Medio Ambiente, alerta que estas mareas incidirán de lleno en las costas de la provincia de Cádiz y, en especial, en el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, "un espacio íntimamente ligado al ritmo marcado por las mareas".
Todos son previsiones, puesto que son muchos los factores que influyen en los coeficientes mareales, sobre todo los meteorológicos, tales como el viento, la existencia de una borrasca o, por el contrario, de un anticiclón. Pero se da la circunstancia de que para ese fin de semana se prevé buen tiempo, lo que facilitará que los coeficientes de esos días sean, realmente, "históricos".
El término histórico es igualmente relativo, puesto que las referencias se toman según los registros más bajos grabados en los mareógrafos cada 19 años.
Pues a la vista de los registros almacenados, Silvia López avisó que la bajamar esperada puede llegar incluso a la cota cero, lo que significa que se llegará a registrar la marea más baja jamás vista (al menos desde que se vienen registrando este tipo de datos). Por contra, la pleamar prevista tendrá un coeficientes en torno al 117, "lo que da una idea de la magnitud de la energía que moverá la marea", según la delegada de Medio Ambiente.
¿Peligro?, "ninguno", advierte la delegada. Si las previsiones se cumplen, el fenómeno natural dará lugar a paisajes nunca vistos y a imágenes de nuestras costas dignas de quedar registradas. Y esa es la intención de la Junta, ya que, gracias a la intervención de un grupo de voluntarios que, de manera coordinada desde Medio Ambiente y desde la Universidad de Cádiz, tomarán imágenes y notas de las incidencias que se produzcan, que posteriormente quedarán plasmadas en un libro en el que se pretende detallar la auténtica relevancia de este evento natural.
La bajamar se prevé a las nueve menos cuarto de la mañana del sábado y a las nueve y media de la mañana del domingo, mientras que las pleamares se darán a las tres de la tarde y cuatro menos cuarto, respectivamente.
Estas pleamares "históricas" que alcanzarán un coeficiente en torno al 117, producirán, según Medio Ambiente, por ejemplo, que la mayoría de las salinas abandonadas y marismas queden bajo el agua. A su vez playas urbanas como La Victoria o La Caleta desaparecerán en el punto álgido de la marea, tanto que el agua tocará los muros de la ciudad.
La bajamar, por contra, favorecerá sobre todo a los amantes de la pesca, del marisqueo y de la fotografía. Emergerán espacios que nunca vieron la luz y, cómo no, todos los espacios intermareales.
La delegada de Medio Ambiente alerta a los amantes de marisqueo que se podrá llegar a pie a zonas de roqueo inaccesibles de manera habitual, a la vez que recuerda, de paso, que esta práctica tan gaditana "sólo está permitida con licencia profesional".
Por otra parte, otro aviso, esta vez a los amantes de la pesca, ya que las fuertes corrientes de agua movilizarán numerosos nutrientes y, tras ellos, muchos bancos de peces, que estarán inusualmente activos.
Silvia López invita también a observar otros puntos emblemáticos de la provincia, tales como Sancti Petri, en el que se podría incluso a llegar a unir su castillo con la Punta del Boquerón.
Otra alerta, posiblemente la más importante: estas mareas tan extremas conllevan fuertes corrientes y los cambios de coeficiente son tan drásticos y brutales que pueden provocar el aislamiento de cualquier paseante. La delegada hizo especial hincapié en este extremo pidiendo a los gaditanos que disfruten de esta oportunidad que brinda la naturaleza, calibrando, siempre, los peligros que conlleva.
Veremos que nos depara esta marea.
Foto tomada horas después, durante la pleamar correspondiente a esa misma jornada de 2006.
El fin de semana del 19-20 de marzo la provincia de Cádiz se verá reducida a su mínima expresión para, horas después, crecer de manera aún imprevisible.
La Junta de Andalucía, a través de su delegación de Medio Ambiente, quiso ayer llamar la atención a los gaditanos sobre un fenómeno natural, que se prevé histórico, calculado para el fin de semana del Día del Padre. En esos dos días se esperan unas mareas excepcionales que afectarán a toda la costa subatlántica andaluza, desde Huelva hasta el Estrecho.
Silvia López, la delegada provincial de Medio Ambiente, alerta que estas mareas incidirán de lleno en las costas de la provincia de Cádiz y, en especial, en el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, "un espacio íntimamente ligado al ritmo marcado por las mareas".
Todos son previsiones, puesto que son muchos los factores que influyen en los coeficientes mareales, sobre todo los meteorológicos, tales como el viento, la existencia de una borrasca o, por el contrario, de un anticiclón. Pero se da la circunstancia de que para ese fin de semana se prevé buen tiempo, lo que facilitará que los coeficientes de esos días sean, realmente, "históricos".
El término histórico es igualmente relativo, puesto que las referencias se toman según los registros más bajos grabados en los mareógrafos cada 19 años.
Pues a la vista de los registros almacenados, Silvia López avisó que la bajamar esperada puede llegar incluso a la cota cero, lo que significa que se llegará a registrar la marea más baja jamás vista (al menos desde que se vienen registrando este tipo de datos). Por contra, la pleamar prevista tendrá un coeficientes en torno al 117, "lo que da una idea de la magnitud de la energía que moverá la marea", según la delegada de Medio Ambiente.
¿Peligro?, "ninguno", advierte la delegada. Si las previsiones se cumplen, el fenómeno natural dará lugar a paisajes nunca vistos y a imágenes de nuestras costas dignas de quedar registradas. Y esa es la intención de la Junta, ya que, gracias a la intervención de un grupo de voluntarios que, de manera coordinada desde Medio Ambiente y desde la Universidad de Cádiz, tomarán imágenes y notas de las incidencias que se produzcan, que posteriormente quedarán plasmadas en un libro en el que se pretende detallar la auténtica relevancia de este evento natural.
La bajamar se prevé a las nueve menos cuarto de la mañana del sábado y a las nueve y media de la mañana del domingo, mientras que las pleamares se darán a las tres de la tarde y cuatro menos cuarto, respectivamente.
Estas pleamares "históricas" que alcanzarán un coeficiente en torno al 117, producirán, según Medio Ambiente, por ejemplo, que la mayoría de las salinas abandonadas y marismas queden bajo el agua. A su vez playas urbanas como La Victoria o La Caleta desaparecerán en el punto álgido de la marea, tanto que el agua tocará los muros de la ciudad.
La bajamar, por contra, favorecerá sobre todo a los amantes de la pesca, del marisqueo y de la fotografía. Emergerán espacios que nunca vieron la luz y, cómo no, todos los espacios intermareales.
La delegada de Medio Ambiente alerta a los amantes de marisqueo que se podrá llegar a pie a zonas de roqueo inaccesibles de manera habitual, a la vez que recuerda, de paso, que esta práctica tan gaditana "sólo está permitida con licencia profesional".
Por otra parte, otro aviso, esta vez a los amantes de la pesca, ya que las fuertes corrientes de agua movilizarán numerosos nutrientes y, tras ellos, muchos bancos de peces, que estarán inusualmente activos.
Silvia López invita también a observar otros puntos emblemáticos de la provincia, tales como Sancti Petri, en el que se podría incluso a llegar a unir su castillo con la Punta del Boquerón.
Otra alerta, posiblemente la más importante: estas mareas tan extremas conllevan fuertes corrientes y los cambios de coeficiente son tan drásticos y brutales que pueden provocar el aislamiento de cualquier paseante. La delegada hizo especial hincapié en este extremo pidiendo a los gaditanos que disfruten de esta oportunidad que brinda la naturaleza, calibrando, siempre, los peligros que conlleva.
Veremos que nos depara esta marea.
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