El juez ha ordenado la libertad sin fianza para el actor Willy Toledo, detenido por participar en un piquete informativo durante la huelga general. La Fiscalía le acusaba de un delito penado con tres años de cárcel y pedía prisión provisional, argumentando que existía riesgo de fuga y también para “garantizar la no impunidad” de sus acciones. Es decir, como medida ejemplarizante.
En su auto, el juez rechaza la exagerada petición del fiscal al considerar que el dudoso argumento de la “no impunidad” tiene un “carácter de prevención general del que no puede participar la prisión provisional”. También pone en cuestión la acusación al asegurar que “no existen indicios suficientes de la comisión de un delito” y que los daños en el local “no están acreditados”. “Ni la propia policía ha reseñado en el atestado los trabajadores coaccionados ni ha tomado declaración a dichos posibles trabajadores constando solo la declaración del propietario del local”, explica el juez en el auto, que hay que leer en detalle.
Visto esta resolución judicial, el “caso Willy Toledo” se queda en nada. Tampoco hay ningún vídeo, como se llegó a especular. ¿Rectificará alguno de los medios que criminalizaron al actor solo con los indicios? ¿Darán la misma importancia al auto judicial que dieron a su detención y a la denuncia?
Un par de preguntas más para la Fiscalía, al hilo de sus últimas actuaciones: ¿lo de “garantizar la no impunidad” vale para un acusado aún sin juzgar como Willy Toledo y no vale para el corrupto Jaume Matas? ¿Por qué la fiscalía pide prisión para el actor y permite que este expresidente autonómico condenado a seis años siga en la calle?