En el siglo XVI, el Imperio Español dominaba el mundo.
Se decía que en sus dominios no se ponía el sol, y era cierto, pues por todos los continentes había posesiones españolas.
América, Asia, Europa, África...
España tenía posesiones por todo el mundo.
En ese contexto, nos situamos ya en el año 1527.
Carlos V de España y I de Alemania, era el Rey del Imperio Español.
Clemente VII, que era Papa de la Iglesia Católica por aquél entonces, se sentía muy incómodo por lo que él llamaba "dominación imperial" del Sacro Imperio Romano Germánico, integrado por, entre otros países y ducados, Alemania (tierra de la que Carlos, rey de España, era a su vez rey), Países Bajos, Borgoña, etc, y que motivó que la Iglesia apoyara a la llamada "Liga de Cognac" (formada por la alianza de Francia, Milán, Venecia, Florencia, y la propia Iglesia).
En la práctica, el motivo real de la guerra era la disputa de la hegemonía en Europa, entre Francia y el naciente Imperio Español.
Carlos V mandaba mensajes de paz al Papa debido a que su postura era claramente pro-francesa, pero ya el acuerdo con los franceses en la "Liga de Cognac", provocó un terremoto en la corte española, que consideraba escandaloso que la Iglesia tomara parte tan decididamente por el bando francés, y desencadenó toda la situación posterior
La guerra comienza en Italia, y el ejército del Sacro Imperio Germánico (compuesto en su gran mayoría por españoles al servicio de su Rey, no olvidemos que los españoles eran los soldados más temibles de la época), vence las batallas al de La Liga de Cognac, compuesto en su mayoría por franceses.
Hubo una concatenación de batallas ganadas por los españoles, pero los soldados no recibían su soldada correspondiente (su sueldo, para que nos entendamos). No había fondos disponibles, pues los dineros se habían gastado en la guerra.
Estuvo a punto de estallar una rebelión, pero antes de que ésto sucediera y corriera la sangre, se obligó al comandante del ejército, el Duque de Borbón llamado Carlos III, a dirigirse a Roma para su saqueo, con dos objetivos.
1- Hacer pagar a la Iglesia su apoyo a la Liga de Cognac.
2- Para que los soldados, mediante el pillaje de la ciudad Santa, vieran satisfechas sus ansias de dinero, que se le debía por su trabajo.
Tras varias batallas más, los soldados llegaron a Roma el 5 de Mayo de 1527.
Asediaron las murallas de la ciudad, resultando muerto su comandante Carlos III, con lo que el ejército quedó sin un líder, lo que acentuó la crueldad de los soldados españoles y su indisciplina, aumentando por tanto la intensidad del asedio y desapareciendo cualquier atisbo de moderación entre los soldados, ávidos de dinero y riquezas.
Ese mismo día conquistaron la ciudad, con clara intención de hacer pagar al Papa tanta miseria.
Hubo enfrentamientos con la Guardia Suiza, a la que masacraron en casi su totalidad, y el Papa estuvo también a punto de ser asesinado, de no ser porque pudo escaparse por el llamado "Passetto di Borgo", un pasadizo que va desde el Vaticano, donde se encontraba el Papa en aquéllos momentos, hasta el Castillo de Sant Ángelo, que era su residencia habitual (adjunto fotografías del Passetto di Borgo y su recorrido, desde el Castillo hasta las dependencias papales en el Vaticano).
El saqueo duró unas semanas, durante las cuales el ejército español sembró el caos en la ciudad Santa, cometiendo todo tipo de fechorías propias de soldados sin un comandante.
Roma sintió la ira del ejército español, uno de los mejores y más crueles que ha dado la Historia de la Humanidad, sus calles fueron barridas, sus riquezas arrasadas, muchas obras de arte destruídas...Excepto todo lo español que hubiera por Roma, que no era poco, todo fue pasado a sangre, fuego y espada.
Mientras tanto, el asedio al Castillo de Sant Ángelo seguía produciéndose, estando Clemente VII recluído en él, sin poder salir.
Un mes después de la entrada de las tropas en la ciudad, el Papa se rindió.
A cambio de su vida, Clemente VII ofreció el pago de 300.000 ducados florentinos para pagarle al ejército, aparte de la cesión al Sacro Imperio Germánico de Parma, Piacenza, Civitavecchia y Módena.
Tras la retirada de los soldados españoles, Carlos I de España y V de Alemania alegó una gran pena por lo ocurrido (fingida, sin duda), para lavarse de culpa por lo ocurrido, alegando que se trataba de un acto de indisciplina de la soldadesca, y que él no era culpable.
De cualquier modo, desde esos acontecimientos, Clemente VII procuró no contrariar en lo más mínimo al Rey español y alemán, sin duda el haber estado a punto de perder su vida hizo que se andara con mucho tiento en su trato con Carlos V de España y I de Alemania.
Hasta aquí el relato de este episodio de la Historia, en el que el representante de Dios en la Tierra estuvo a punto de perder su vida ante soldados de uno de los más grandes, aguerridos, fieros y crueles Imperios que ha dado la Historia.
P.D: Ruego que no haya comentarios trolls, que me he dado un buen curro como para que ahora me desviéis el post
Se decía que en sus dominios no se ponía el sol, y era cierto, pues por todos los continentes había posesiones españolas.
América, Asia, Europa, África...
España tenía posesiones por todo el mundo.
En ese contexto, nos situamos ya en el año 1527.
Carlos V de España y I de Alemania, era el Rey del Imperio Español.
Clemente VII, que era Papa de la Iglesia Católica por aquél entonces, se sentía muy incómodo por lo que él llamaba "dominación imperial" del Sacro Imperio Romano Germánico, integrado por, entre otros países y ducados, Alemania (tierra de la que Carlos, rey de España, era a su vez rey), Países Bajos, Borgoña, etc, y que motivó que la Iglesia apoyara a la llamada "Liga de Cognac" (formada por la alianza de Francia, Milán, Venecia, Florencia, y la propia Iglesia).
En la práctica, el motivo real de la guerra era la disputa de la hegemonía en Europa, entre Francia y el naciente Imperio Español.
Carlos V mandaba mensajes de paz al Papa debido a que su postura era claramente pro-francesa, pero ya el acuerdo con los franceses en la "Liga de Cognac", provocó un terremoto en la corte española, que consideraba escandaloso que la Iglesia tomara parte tan decididamente por el bando francés, y desencadenó toda la situación posterior
La guerra comienza en Italia, y el ejército del Sacro Imperio Germánico (compuesto en su gran mayoría por españoles al servicio de su Rey, no olvidemos que los españoles eran los soldados más temibles de la época), vence las batallas al de La Liga de Cognac, compuesto en su mayoría por franceses.
Hubo una concatenación de batallas ganadas por los españoles, pero los soldados no recibían su soldada correspondiente (su sueldo, para que nos entendamos). No había fondos disponibles, pues los dineros se habían gastado en la guerra.
Estuvo a punto de estallar una rebelión, pero antes de que ésto sucediera y corriera la sangre, se obligó al comandante del ejército, el Duque de Borbón llamado Carlos III, a dirigirse a Roma para su saqueo, con dos objetivos.
1- Hacer pagar a la Iglesia su apoyo a la Liga de Cognac.
2- Para que los soldados, mediante el pillaje de la ciudad Santa, vieran satisfechas sus ansias de dinero, que se le debía por su trabajo.
Tras varias batallas más, los soldados llegaron a Roma el 5 de Mayo de 1527.
Asediaron las murallas de la ciudad, resultando muerto su comandante Carlos III, con lo que el ejército quedó sin un líder, lo que acentuó la crueldad de los soldados españoles y su indisciplina, aumentando por tanto la intensidad del asedio y desapareciendo cualquier atisbo de moderación entre los soldados, ávidos de dinero y riquezas.
Ese mismo día conquistaron la ciudad, con clara intención de hacer pagar al Papa tanta miseria.
Hubo enfrentamientos con la Guardia Suiza, a la que masacraron en casi su totalidad, y el Papa estuvo también a punto de ser asesinado, de no ser porque pudo escaparse por el llamado "Passetto di Borgo", un pasadizo que va desde el Vaticano, donde se encontraba el Papa en aquéllos momentos, hasta el Castillo de Sant Ángelo, que era su residencia habitual (adjunto fotografías del Passetto di Borgo y su recorrido, desde el Castillo hasta las dependencias papales en el Vaticano).
El saqueo duró unas semanas, durante las cuales el ejército español sembró el caos en la ciudad Santa, cometiendo todo tipo de fechorías propias de soldados sin un comandante.
Roma sintió la ira del ejército español, uno de los mejores y más crueles que ha dado la Historia de la Humanidad, sus calles fueron barridas, sus riquezas arrasadas, muchas obras de arte destruídas...Excepto todo lo español que hubiera por Roma, que no era poco, todo fue pasado a sangre, fuego y espada.
Mientras tanto, el asedio al Castillo de Sant Ángelo seguía produciéndose, estando Clemente VII recluído en él, sin poder salir.
Un mes después de la entrada de las tropas en la ciudad, el Papa se rindió.
A cambio de su vida, Clemente VII ofreció el pago de 300.000 ducados florentinos para pagarle al ejército, aparte de la cesión al Sacro Imperio Germánico de Parma, Piacenza, Civitavecchia y Módena.
Tras la retirada de los soldados españoles, Carlos I de España y V de Alemania alegó una gran pena por lo ocurrido (fingida, sin duda), para lavarse de culpa por lo ocurrido, alegando que se trataba de un acto de indisciplina de la soldadesca, y que él no era culpable.
De cualquier modo, desde esos acontecimientos, Clemente VII procuró no contrariar en lo más mínimo al Rey español y alemán, sin duda el haber estado a punto de perder su vida hizo que se andara con mucho tiento en su trato con Carlos V de España y I de Alemania.
Hasta aquí el relato de este episodio de la Historia, en el que el representante de Dios en la Tierra estuvo a punto de perder su vida ante soldados de uno de los más grandes, aguerridos, fieros y crueles Imperios que ha dado la Historia.
P.D: Ruego que no haya comentarios trolls, que me he dado un buen curro como para que ahora me desviéis el post
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