El proyecto de ley de reforma de las pensiones no verá la luz a final de año, como pretendía el presidente del Gobierno. Será en primavera, según ha anunciado el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez. En concreto, entre marzo y abril de 2011.
Tras reunirse en el Congreso de los Diputados con los miembros de la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo, Gómez ha acordado con los diferentes grupos intensificar los trabajos que están realizando para poder presentar al Ejecutivo sus propuestas de reforma.
El ministro ha indicado que la idea es que las recomendaciones de los partidos estén antes de que acabe este año.
Inmediatamente después, en torno a mediados de enero, la intención es discutirlas con los agentes sociales (empresarios y sindicatos) para presentar no más allá del tercer o cuarto mes la propuesta del Gobierno en forma de proyecto de ley, ha precisado Gómez.
Esto no supone "ningún aplazamiento de la reforma", ha advertido el ministro de Trabajo, que ha añadido que el Gobierno mantiene un "calendario más estricto y más intenso de trabajo para lo que queda de año".
El Ejecutivo mantiene su apuesta por elevar la edad de jubilación de los 65 a 67 años y considera que debe ser incorporada a la recomendaciones tal y como la ha planteado el Gobierno hasta ahora para "afrontar el reto demográfico".
Por otro lado, ha insistido en desvincular el acuerdo del Pacto de Toledo de la "medida coyuntural" de la congelación de las pensiones contributivas en 2011. "El Pacto siempre ha excluido la coyuntura económica y debe seguir siendo así", ha remarcado.

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