Ruego a la moderación deje este post aquí unos días aparte dada la importancia de por si que tiene en el mundo cofrade, cuando pasen unos días si lo creen conveniente fusionenlo con el post destinado a hablar de la Semana Santa de Sevilla. Gracias
Alberto Ybarra: "Estudiaremos la incorporación de las nazarenas en El Silencio"
Noticia que ha saltado en la web de Pasión en Sevilla y que ha sido como una bomba pues lleva nada más y nada menos que 33 comentarios y los que quedan, algo poco habitual en este espacio cofrade.
En esta entrevista se abre el debate sobre si deberían o no permitirse en la hermandad del silencio el salir mujeres nazarenas. Recordemos que de las 60 hermandades que hay en la nómina de la Semana Santa de Sevilla únicamente en 3 no se permiten salir a las mujeres con el hábito nazareno.
Éstas son El Santo Entierro, La Quinta Angustia y El Silencio. El año pasado una hermandad como el Gran Poder realizó su estación de penitencia por primer año con mujeres nazarenas.
La pregunta está en el aire.
¿Debe aprobarse la incorporación de mujeres nazarenas en la hermandad del Silencio? ¿Debe la madre y maestra de las hermandades de Sevilla dar una lección de adaptarse a los tiempos o por el contrario debe seguir con la tradición de cientos de años por decisión de los propios hermanos?
En el enlace a la noticia hay múltiples opiniones, tanto a favor como en contra de la incorporación de mujeres nazarenas. ¿Qué pasará? ¿Veremos el año que viene mujeres con el hábito nazareno en la hermandad del Silencio?
Alberto Ybarra: "Estudiaremos la incorporación de las nazarenas en El Silencio"
Escrito por Fernando Carrasco Miércoles 03 de Noviembre de 2010 11:30
Alberto Ybarra, hermano mayor del Silencio
De nuevo el apellido Ybarra al frente de los designios de una hermandad como la de El Silencio...
Estoy muy orgulloso de ser otro hermano mayor con el apellido Ybarra. Mi familia está ligada a la Hermandad desde el siglo XIX con mi bisabuelo, Tomás Ybarra González, que fue hermano mayor; su hijo, Eduardo Ybarra Osborne, hermano mayor también, y Eduardo Ybarra Hidalgo, mi padre, también. Para mí es un orgullo absoluto.
Se puede decir que le «tocaba».
Yo llevo 24 años en distintas juntas de gobierno con diferentes hermanos mayores, y esto es algo como una especie de colofón. Aunque el tiempo pasa muy deprisa, llega un momento en el que hay que tomar esta decisión.
¿Es el momento de dar este paso?
Creo que sí. Cuando estuvimos hablando Antonio Rodríguez Cordero, actual hermano mayor en funciones, y yo hace seis años al ir en su candidatura, planificamos un poco el futuro de la hermandad. Y yo entraba dentro de ese futuro como hermano mayor. Lo que puedo decir es que soy un hermano mayor más y ofrecer todo mi servicio a la hermandad y a los hermanos.
¿Hablamos de continuidad?
Antonio Rodríguez Cordero ha hecho un muy buen trabajo en la hermandad actualizándola y modernizándola. Cada hermano mayor es diferente y nuestro carácter nos irá guiando en nuestro mandato, pero la línea marcada por él me parece correcta, si bien cada uno tiene sus propias ideas. Cada mandato tiene sus cosas buenas y malas. En mi caso, voy a incidir más en la parte interior de la hermandad y en la formación de los hermanos.
—Aspectos que, muchas veces, en general, pueden quedar un poco olvidados.
Bueno, vamos a intentar que no sea así. Esta junta va a insistir mucho en la formación y en la labor social. La hermandad tiene unos cultos extraordinarios que hay que mantener y fomentar y una Bolsa de Caridad que funciona muy bien. Y vamos a incrementarla con la Fundación «Mater Inmaculatta». Como se sabe, el hermano mayor es el presidente del Patronato de la Fundación. Así que vamos a incrementar la labor social ayudándonos y apoyándonos en la Fundación. Sobre todo en estos tiempos que corren. Como miembros de la Iglesia que somos, tenemos que ayudar en lo que podamos a ésta. Nos lo pide nuestro arzobispo, monseñor Asenjo, y así debe ser.
La juventud también es parte importante.
Me preocupa el hermano joven que llega y hay que saber darle lo que está buscando. Hay que formarlos como hermanos y hacerles ver que no se pueden quedar sólo con la procesión. Es importante, pero hay que saber diferencia entre lo importante y lo esencial. Tenemos que crear buenos cristianos en la sociedad. Es importante salir de nazareno, pero el nuevo hermano que vaya a salir debe saber que lo esencial es que vamos a la Catedral para adorar al Santísimo. Y, además, hay que ofrecerles cosas para que se quede, y ahí incidimos en la formación. Los hermanos van a tener todas las herramientas para la formación. Y algo que quiero destacar: quiero crear vínculos entre los hermanos, aunarlos a todos.
Habla de nazarenos. ¿Y las hermanas nazarenas?
Es una cuestión que quiero plantear, pero a través de los cauces establecidos, esto es, a través de la junta de gobierno. Estudiaremos la incorporación de las nazarenas, si bien no podemos hablar de tiempo ni fechas. Hay que recordar que nuestras reglas no lo permiten. Pero sí puedo decir que lo vamos a abordar desde el primer momento.
En la nómina de la hermandad, ¿cuántas hermanas hay?
Somos unos 3.000 hermanos y, en números redondos, podemos decir que unas 400 hermanas.
¿Qué me puede decir de su junta?
—Hay mucha juventud pero también, a la par, experiencia. Los dos consiliarios, Eduardo del Rey Tirado y Eduardo Castillo Ybarra, conocen a la perfección el funcionamiento de la hermandad. Son dos pilares muy importantes. Lo mismo que los censores.
¿Mucha la responsabilidad?
—Mucha, pero siempre he vivido este ambiente y asumo el compromiso que mi padre me inculcó.
Escrito por Fernando Carrasco Miércoles 03 de Noviembre de 2010 11:30
Alberto Ybarra, hermano mayor del Silencio
De nuevo el apellido Ybarra al frente de los designios de una hermandad como la de El Silencio...
Estoy muy orgulloso de ser otro hermano mayor con el apellido Ybarra. Mi familia está ligada a la Hermandad desde el siglo XIX con mi bisabuelo, Tomás Ybarra González, que fue hermano mayor; su hijo, Eduardo Ybarra Osborne, hermano mayor también, y Eduardo Ybarra Hidalgo, mi padre, también. Para mí es un orgullo absoluto.
Se puede decir que le «tocaba».
Yo llevo 24 años en distintas juntas de gobierno con diferentes hermanos mayores, y esto es algo como una especie de colofón. Aunque el tiempo pasa muy deprisa, llega un momento en el que hay que tomar esta decisión.
¿Es el momento de dar este paso?
Creo que sí. Cuando estuvimos hablando Antonio Rodríguez Cordero, actual hermano mayor en funciones, y yo hace seis años al ir en su candidatura, planificamos un poco el futuro de la hermandad. Y yo entraba dentro de ese futuro como hermano mayor. Lo que puedo decir es que soy un hermano mayor más y ofrecer todo mi servicio a la hermandad y a los hermanos.
¿Hablamos de continuidad?
Antonio Rodríguez Cordero ha hecho un muy buen trabajo en la hermandad actualizándola y modernizándola. Cada hermano mayor es diferente y nuestro carácter nos irá guiando en nuestro mandato, pero la línea marcada por él me parece correcta, si bien cada uno tiene sus propias ideas. Cada mandato tiene sus cosas buenas y malas. En mi caso, voy a incidir más en la parte interior de la hermandad y en la formación de los hermanos.
—Aspectos que, muchas veces, en general, pueden quedar un poco olvidados.
Bueno, vamos a intentar que no sea así. Esta junta va a insistir mucho en la formación y en la labor social. La hermandad tiene unos cultos extraordinarios que hay que mantener y fomentar y una Bolsa de Caridad que funciona muy bien. Y vamos a incrementarla con la Fundación «Mater Inmaculatta». Como se sabe, el hermano mayor es el presidente del Patronato de la Fundación. Así que vamos a incrementar la labor social ayudándonos y apoyándonos en la Fundación. Sobre todo en estos tiempos que corren. Como miembros de la Iglesia que somos, tenemos que ayudar en lo que podamos a ésta. Nos lo pide nuestro arzobispo, monseñor Asenjo, y así debe ser.
La juventud también es parte importante.
Me preocupa el hermano joven que llega y hay que saber darle lo que está buscando. Hay que formarlos como hermanos y hacerles ver que no se pueden quedar sólo con la procesión. Es importante, pero hay que saber diferencia entre lo importante y lo esencial. Tenemos que crear buenos cristianos en la sociedad. Es importante salir de nazareno, pero el nuevo hermano que vaya a salir debe saber que lo esencial es que vamos a la Catedral para adorar al Santísimo. Y, además, hay que ofrecerles cosas para que se quede, y ahí incidimos en la formación. Los hermanos van a tener todas las herramientas para la formación. Y algo que quiero destacar: quiero crear vínculos entre los hermanos, aunarlos a todos.
Habla de nazarenos. ¿Y las hermanas nazarenas?
Es una cuestión que quiero plantear, pero a través de los cauces establecidos, esto es, a través de la junta de gobierno. Estudiaremos la incorporación de las nazarenas, si bien no podemos hablar de tiempo ni fechas. Hay que recordar que nuestras reglas no lo permiten. Pero sí puedo decir que lo vamos a abordar desde el primer momento.
En la nómina de la hermandad, ¿cuántas hermanas hay?
Somos unos 3.000 hermanos y, en números redondos, podemos decir que unas 400 hermanas.
¿Qué me puede decir de su junta?
—Hay mucha juventud pero también, a la par, experiencia. Los dos consiliarios, Eduardo del Rey Tirado y Eduardo Castillo Ybarra, conocen a la perfección el funcionamiento de la hermandad. Son dos pilares muy importantes. Lo mismo que los censores.
¿Mucha la responsabilidad?
—Mucha, pero siempre he vivido este ambiente y asumo el compromiso que mi padre me inculcó.
Noticia que ha saltado en la web de Pasión en Sevilla y que ha sido como una bomba pues lleva nada más y nada menos que 33 comentarios y los que quedan, algo poco habitual en este espacio cofrade.
En esta entrevista se abre el debate sobre si deberían o no permitirse en la hermandad del silencio el salir mujeres nazarenas. Recordemos que de las 60 hermandades que hay en la nómina de la Semana Santa de Sevilla únicamente en 3 no se permiten salir a las mujeres con el hábito nazareno.
Éstas son El Santo Entierro, La Quinta Angustia y El Silencio. El año pasado una hermandad como el Gran Poder realizó su estación de penitencia por primer año con mujeres nazarenas.
La pregunta está en el aire.
¿Debe aprobarse la incorporación de mujeres nazarenas en la hermandad del Silencio? ¿Debe la madre y maestra de las hermandades de Sevilla dar una lección de adaptarse a los tiempos o por el contrario debe seguir con la tradición de cientos de años por decisión de los propios hermanos?
En el enlace a la noticia hay múltiples opiniones, tanto a favor como en contra de la incorporación de mujeres nazarenas. ¿Qué pasará? ¿Veremos el año que viene mujeres con el hábito nazareno en la hermandad del Silencio?
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