El Ayuntamiento cierra el tráfico al centro, pero aún no multará
Movilidad mantiene la división por sectores y la restricción de 45 minutos para los no residentes y no comenzará a tramitar las sanciones hasta septiembre, cuando ya se haya modificado la ordenanza
Fernando Pérez Ávila | Actualizado 30.06.2010 - 17:17
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* Los policías locales desconocen la entrada en vigor del nuevo plan
* El Ayuntamiento mantendrá la zona azul en el centro para facilitar la estancia máxima de 45...
El Ayuntamiento de Sevilla empezará a aplicar a partir de julio el plan de cierre del centro al tráfico privado. Lo hará en principio de manera experimental y sólo se notificarán las infracciones a los conductores que las cometan, sin que por el momento se cobren las multas. Esta situación cambiará a partir del mes de septiembre, cuando ya sí se tramitarán las sanciones, que serán de 90 euros, según informaron ayer fuentes de la delegación de Movilidad.
El blindaje del casco histórico al tráfico se pondrá en práctica con una serie de modificaciones sobre el primer plan presentado por el concejal de Movilidad, Francisco Fernández. Así, cuestiones como la división del centro en cuatro sectores y el límite de 45 minutos sólo se mantendrán efectivas para los no residentes pese a las protestas de las distintas asociaciones de vecinos.
A partir de mañana, veinte cámaras vigilarán las entradas y salidas del casco histórico para grabar las matrículas de todos los vehículos que accedan al interior del mismo. Estos equipos, instalados desde hace unos meses, están conectados con el centro de control de tráfico y con los sistemas informáticos de los aparcamientos subterráneos del centro.
De esta manera, las cámaras permitirán registrar una matrícula y la hora de entrada y salida del vehículo del casco histórico y si éste se ha quedado estacionado en alguno de los párkings. Los no residentes que opten por llegar al centro en sus vehículos privados tienen la posibilidad de dejar sus coches en los aparcamientos subterráneos sin que sean penalizados luego por sobrepasar el límite de los 45 minutos.
El plan de cierre del centro se pondrá en marcha con una serie de cuestiones aún por resolver. La primera y más importante es de carácter legal. Esta iniciativa todavía no cuenta con una base jurídica adecuada. El Ayuntamiento está trabajando en la modificación de las ordenanzas municipales para recoger las nuevas normas de tráfico y las sanciones para los infractores.
Todavía está por decidir qué pasará con la zona azul. En principio el Ayuntamiento ya apuntó que pretendía dejar una pequeña bolsa de zona azul en el Arenal y dejar el resto de aparcamientos disponibles para residentes. En este punto todavía no está claro si las empresas del centro dispondrán de pases o permisos para que sus empleados puedan aparcar en las zonas en principio destinadas a residentes.
Tampoco está claro cómo se organizará la carga y descarga, si tendrá un tiempo límite específico o si se le aplicará el de los 45 minutos válido para los no residentes. El Ayuntamiento tampoco ha informado sobre si mantendrá el sistema actual de carga y descarga en el centro, que no tiene límite horario y que no está controlado mediante ningún sistema tecnológico, ni si habilitará una serie de zonas específicas para que los proveedores puedan abastecer a los comercios. Otro punto que no está claro es la señalización. Movilidad tampoco ha aclarado si colocará señales que permitan a un conductor saber cuándo está saliendo de un sector y entrando en otro.
En lo único que se ha mostrado flexible la delegación de Movilidad ha sido en eliminar la división por sectores para los residentes. Cuando se presentó el plan, este dividía el centro en cuatro zonas estancas, de manera que un coche que accedía por una de estas cuatro áreas tenía que salir luego obligatoriamente por otra calle incluida dentro del mismo sector. Ahora esta medida sólo está contemplada para los no residentes, mientras que los que hayan acreditado su residencia en el centro pueden circular libremente por cualquiera de los cuatro sectores. Los no residentes también están obligados a salir del centro en los 45 minutos inmediatamente posteriores a la entrada, salvándose sólo de la multa de 90 euros en el caso de que utilicen alguno de los aparcamientos subterráneos del casco histórico.
El plan sólo se aplica para los vehículos privados. No es válido para el transporte público -autobuses y taxis-, motocicletas, ciclomotores, bicicletas y clientes de los hoteles del centro. Este proyecto estará vigente entre las ocho de la mañana y las diez de la noche, por lo que durante la madrugada los vehículos no tienen restricción de acceso. La implantación de esta medida obligará a cambiar varias calles de sentido, como Luis Peraza, Fray Luis de Sotelo, Alonso Vázquez, Macarena, Gallos, Verónica, Pascual de Gayangos, Guadalete y Lumbreras.
Movilidad mantiene la división por sectores y la restricción de 45 minutos para los no residentes y no comenzará a tramitar las sanciones hasta septiembre, cuando ya se haya modificado la ordenanza
Fernando Pérez Ávila | Actualizado 30.06.2010 - 17:17
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El blindaje del casco histórico al tráfico se pondrá en práctica con una serie de modificaciones sobre el primer plan presentado por el concejal de Movilidad, Francisco Fernández. Así, cuestiones como la división del centro en cuatro sectores y el límite de 45 minutos sólo se mantendrán efectivas para los no residentes pese a las protestas de las distintas asociaciones de vecinos.
A partir de mañana, veinte cámaras vigilarán las entradas y salidas del casco histórico para grabar las matrículas de todos los vehículos que accedan al interior del mismo. Estos equipos, instalados desde hace unos meses, están conectados con el centro de control de tráfico y con los sistemas informáticos de los aparcamientos subterráneos del centro.
De esta manera, las cámaras permitirán registrar una matrícula y la hora de entrada y salida del vehículo del casco histórico y si éste se ha quedado estacionado en alguno de los párkings. Los no residentes que opten por llegar al centro en sus vehículos privados tienen la posibilidad de dejar sus coches en los aparcamientos subterráneos sin que sean penalizados luego por sobrepasar el límite de los 45 minutos.
El plan de cierre del centro se pondrá en marcha con una serie de cuestiones aún por resolver. La primera y más importante es de carácter legal. Esta iniciativa todavía no cuenta con una base jurídica adecuada. El Ayuntamiento está trabajando en la modificación de las ordenanzas municipales para recoger las nuevas normas de tráfico y las sanciones para los infractores.
Todavía está por decidir qué pasará con la zona azul. En principio el Ayuntamiento ya apuntó que pretendía dejar una pequeña bolsa de zona azul en el Arenal y dejar el resto de aparcamientos disponibles para residentes. En este punto todavía no está claro si las empresas del centro dispondrán de pases o permisos para que sus empleados puedan aparcar en las zonas en principio destinadas a residentes.
Tampoco está claro cómo se organizará la carga y descarga, si tendrá un tiempo límite específico o si se le aplicará el de los 45 minutos válido para los no residentes. El Ayuntamiento tampoco ha informado sobre si mantendrá el sistema actual de carga y descarga en el centro, que no tiene límite horario y que no está controlado mediante ningún sistema tecnológico, ni si habilitará una serie de zonas específicas para que los proveedores puedan abastecer a los comercios. Otro punto que no está claro es la señalización. Movilidad tampoco ha aclarado si colocará señales que permitan a un conductor saber cuándo está saliendo de un sector y entrando en otro.
En lo único que se ha mostrado flexible la delegación de Movilidad ha sido en eliminar la división por sectores para los residentes. Cuando se presentó el plan, este dividía el centro en cuatro zonas estancas, de manera que un coche que accedía por una de estas cuatro áreas tenía que salir luego obligatoriamente por otra calle incluida dentro del mismo sector. Ahora esta medida sólo está contemplada para los no residentes, mientras que los que hayan acreditado su residencia en el centro pueden circular libremente por cualquiera de los cuatro sectores. Los no residentes también están obligados a salir del centro en los 45 minutos inmediatamente posteriores a la entrada, salvándose sólo de la multa de 90 euros en el caso de que utilicen alguno de los aparcamientos subterráneos del casco histórico.
El plan sólo se aplica para los vehículos privados. No es válido para el transporte público -autobuses y taxis-, motocicletas, ciclomotores, bicicletas y clientes de los hoteles del centro. Este proyecto estará vigente entre las ocho de la mañana y las diez de la noche, por lo que durante la madrugada los vehículos no tienen restricción de acceso. La implantación de esta medida obligará a cambiar varias calles de sentido, como Luis Peraza, Fray Luis de Sotelo, Alonso Vázquez, Macarena, Gallos, Verónica, Pascual de Gayangos, Guadalete y Lumbreras.
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